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Daño educativo en México, como el de país en guerra

En Siria, dos millones de niños no asisten a la escuela. La guerra civil que inició hace más de dos años ha destruido arriba de tres mil planteles y mantiene cerrados más de mil 500.

En México, los alumnos que han estado fuera de las aulas desde que inició el ciclo escolar representan una cifra similar a esos dos millones de alumnos sin clases, en un país golpeado por  bombardeos y ataques.

La gran diferencia con Siria es que en nuestro país no hay combates devastadores que detengan las clases para proteger la vida de los menores, sino que el conflicto se reduce a paros magisteriales que han impedido a los niños asistir a las escuelas con normalidad, porque los docentes se niegan a acatar la reforma educativa, aprobada el pasado 11 de septiembre.

En entrevista con Excélsior, Anthony Lake, director ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) explicó que dos millones de niños en Siria no asisten a la escuela, debido a que la violencia en ese país ha crecido brutalmente, a causa del conflicto bélico, lo cual podría representar que en un futuro esos niños no cuenten con la formación básica para restaurar la paz en su país.

“En Siria hay dos millones que están sin escuela y no sólo no tienen escuela, sino que están faltando y significa que no tienen un lugar seguro por toda la violencia, por lo que será muy complicado recuperar el tiempo perdido, ya que no tendrán las habilidades para cursar los grados acordes a su edad”, explicó Lake.

Al comparar ese número de alumnos sirios que están sin clases a causa de los enfrentamientos armados en todos los rincones de esa nación con los estudiantes mexicanos que han tenido que estar fuera de las aulas por el conflicto magisterial, la cifra fue equivalente el primer día del ciclo escolar, ya que alrededor de dos millones de estudiantes de Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas se quedaron sin clases, debido al paro indefinido de labores en protesta contra la reforma educativa.

Desde que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) inició el paro masivo el pasado 19 de agosto, más de un millón 300 mil alumnos de Oaxaca, alrededor de 300 mil de Michoacán, más de 200 mil de Guerrero y cerca de 100 mil de otras entidades del país se vieron forzados a estar fuera de sus salones de clases.

En aquel país del oriente próximo, situado entre Líbano y Turquía, el levantamiento armado de grupos civiles rebeldes contra el gobierno autoritario y el ejército represivo ha destruido más de tres mil escuelas y mantiene cerradas mil 300.

Pero esos planteles en Siria son incluso menos comparados con los que han permanecido vacíos en México desde que inició el ciclo escolar 2013-2014, debido a los paros escalonados que han llevado a cabo los docentes de la CNTE de las secciones de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Quintana Roo y Veracruz.

A pesar de que en nuestro país el problema no radica en una guerra civil ni existe el riesgo de perder la vida en medio de enfrentamientos bélicos, los maestros disidentes que rechazan las leyes educativas han detenido el curso normal de las clases, dejando con ello a más de dos millones 500 mil alumnos fuera de las aulas.

Si se suman los diferentes paros que han efectuado en los estados desde agosto hasta la fecha, en el inicio del ciclo escolar fueron cerca de dos millones sin clases; en septiembre, la cifra descendió a un promedio de un millón 600 mil niños, pero cuando Oaxaca regresó a las aulas, un millón 300 mil niños de esa entidad volvieron a las escuelas.

Sin embargo, entre septiembre, octubre y lo que va de noviembre, los estudiantes de Chiapas y de Quintana Roo suman cerca de un millón 300 mil que no pueden ir a la escuela, debido al paro que mantienen los profesores disidentes, quienes aún con una ley aprobada que establece el despido a los tres días de ausencia seguidos o en un lapso de 30 días, ninguno de los que ha estado en el plantón de la Ciudad de México ha sido sancionado.

Sobre la pérdida de clases, ya sea por un conflicto bélico o magisterial, el director ejecutivo de UNICEF aseveró durante la Quinta Cumbre Mundial de la Innovación en la Educación, efectuada en Qatar, que los niños que están fuera de la escuela por diferentes circunstancias, como la ocasionada por la CNTE en México, representa un potencial perdido “casi irrevocable” si no se actúa a tiempo.

“Tenemos que proteger el derecho a la educación; de otro modo, la próxima generación de niños serán  adultos que recibieron una formación muy escasa, es decir, estamos hablando de una generación perdida, por ponerlo claramente”, puntualizó al afirmar que los niños reclaman su derecho a la educación, porque se debe aprovechar la energía que tienen.

Pero en México, casi un millón de alumnos chiapanecos llevan casi la mitad del ciclo escolar perdido, pues hasta ahora llevan más de 75 días sin tener clases; mientras que los de Oaxaca permanecieron 40 días sin poder ingresar a los diez mil planteles de la entidad.

EXCELSIOR

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