Dardos | Las prioridades de López Obrador

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

En Palacio Nacional están más preocupados por la popularidad de López Obrador que los verdaderos problemas que afectan los mexicanos. A veces da vergüenza ver la empequeñecida estatura del primer mandatario nacional. Pero dan más pena, el séquito de colaboradores que, alérgicos a la autocrítica y amantes al arte de la zalamería, siguen tirándole pétalos de rosas a los tropiezos presidenciales que van desde la caída economía, la crisis de inseguridad, el desabasto de medicamentos, el retroceso en educación… En fin, ha quedado claro que su proyecto no es gobernar para el bien de la población, sino para sus particulares fines políticos.

Pero el ego presidencial poco a poco se está desinflando. Revelaciones periodísticas, como la vida de lujo en Houston, del mayor de los hijos del tabasqueño han ido corriendo el velo de pureza que presumían. Este asunto de la “Casa Gris” trascendió el “círculo rojo” y penetró a ras de calle. El discurso oficial de la “austeridad” quedó con una grieta que, de no ser la por la guerra entre Rusia y Ucrania, la agenda de los medios seguiría siendo dominada por “escándalos” alrededor de José Ramón… Para que vea lo que son las cosas, el equipo de reporteros de Latinus, tiró de un “gran hilo” y comenzó a desenredar una compleja madeja: de la mansión en Houston, el caso brincó a la esposa “cabildera”, luego a Loret, involucró a la petrolera Baker Hughes, salpicó a Grupo Vidanta, y hasta alcanzó a levantar sospechosismo de los terrenos donde se construirá la nueva planta fotovoltaíca en Puerto Peñasco.

En estos momentos, uno de los asuntos más urgentes de AMLO es el proceso de Revocación de Mandato. Lo prometió desde la campaña y lo va hacer. Este ejercicio desde luego resulta estéril, gastarán la friolera de más de 1,500 millones de pesos, para nada. De entrada, todos sabemos que al tabasqueño lo votaron para que gobierne seis años; no cuatro, ni ocho, solo seis años. Pero fiel al manual populista, López desea ser arropado por la gente. Y Morena ya trabaja en ello enviando brigadistas de chalecos guinda a las colonias para “acetitar” su maquinaria de acarreo, al más puro estilo del PRI rancio. Morena moverá estructura a las urnas, para así darle a AMLO un salvavidas que, no solo lo lleve al final de su mandato, sino que pueda ser una herramienta para ajustar tuercas y empujar reformas como la Eléctrica e incluso presionar con una nueva constitución, claro, con nuevo presidente: él mismo.

Ojo: la estrategia no es nueva, es un refrito del modus operandi de los regímenes autoritarios, tal como fue el caso del deschavetado de Nicolás Maduro en Venezuela.

DARDO FINAL: Estamos a casi un mes de la Revocación de Mandato, el resultado a favor de Andrés Manuel ya lo tienen listo en Palacio. Pero aquí la gran pregunta es ¿a qué hora se pondrán a trabajar?