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El hilo se rompió por lo más delgado

Por Lourdes Encinas/

Desde la cárcel, Delia Irene Botello, ex Coordinadora Zonal de Guarderías argumenta que altas autoridades del Seguro Social se lavaron las manos de la tragedia en la Guardería ABC, al inculpar a las supervisoras

Alguien tenía que pagar por la tragedia de ABC y los altos funcionarios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se encargaron de que el hilo se rompiera por lo más delgado, acusa Delia Irene Botello Amante, ex Coordinadora Zonal de Guarderías y en Hermosillo, al momento, la única persona presa el incendio del 5 de junio de 2009.

En entrevista para Primera Plana desde el Cereso Femenil de Hermosillo, Botello Amante considera que quienes deberían estar en su lugar son los ex directores del IMSS, Daniel Karam Toumeh y Juan Molinar Horcasitas; la ex Coordinadora Nacional de Guarderías, Carla Rochín Nieto y el ex Director de Prestaciones Económicas y Sociales, Sergio Antonio Salazar Salazar.

En la cadena de mando del Seguro Social eran ellos los facultados para actuar sobre los reportes de las inspecciones, asegura, pues las supervisoras y funcionarios delegacionales sólo tenían atribuciones para reportar las observaciones pero no para actuar en consecuencia ni decidir sobre la operación de las estancias infantiles.

«Alguien tenía que pagar, claro que se tenían que proteger los de la más alta, yo estoy aquí porque así lo decidieron las autoridades del Instituto (IMSS), que yo era probable responsable, y estoy aquí como una delincuente más, como tal estoy. ¿Y a ellos quién los castiga?, porque ellos sí son delincuentes de cuello blanco. ¿Por qué ellos están protegidos?», se cuestiona.

Delia reprocha también que a Karam le ha valido de justificación para su desconocimiento del sistema de guarderías el hecho que sólo tenía tres meses al frente del IMSS, argumento que a ella no le ha servido, siendo que apenas tenía 35 días como coordinadora zonal.

El hilo más delgado eran ellas

Recuerda que tras ocurrido el incendio, personal de la Delegación del IMSS y las oficinas centrales de la Ciudad de México se trasladaron a Hermosillo y se concentraron en la suite de un hotel, donde estuvieron revisando todos los expedientes relacionados a las guarderías.

Delia y sus compañeras estuvieron colaborando en la localización de niños y sus papás. Hasta ahí, dice, creía que estaban trabajando en equipo, pero a los dos días fueron destituidas y les pidieron que firmaran su renuncia voluntaria, a lo que ella se negó.

«No sé qué pretendían al traerse todos los expedientes, obvio que no nos lo van a decir, todo lo revisaron, algo buscaban. Qué tristeza que a los días nos dimos cuenta qué buscaban, ¿qué?, un indicio para que nosotras fuéramos las responsables, para que el personal que estaba supervisando esas guarderías fueran las primeras personas que se les detuvieran”, sostiene.

La amarga felicitación

A Delia le tocó realizar sólo una inspección a la Guardería ABC, reporte fechado el 26 de mayo de 2009, en la que se le encargó revisar aspectos administrativos y pedagógicos, además de verificar que se hubieran atendido observaciones, que en esta materia, le habían hecho en una visita anterior.

Sobre cuestiones de seguridad, dice que de acuerdo a la Guía Técnica de Supervisión del IMSS debía revisar aspectos como que hubiera extinguidores recargados, y los había; que no estuvieran obstruidas las puertas de emergencia, pero no medir sus dimensiones; que el techo y las paredes se observaran en buen estado, pero no verificar los materiales.

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El 26 de mayo de 2009, elaboró un informe de la estancia infantil donde da cuenta de aspectos administrativos y pedagógicos. El documento, argumenta, fue usado para incriminarla.

Al final de su reporte escribe una felicitación a la directora por lo bien que le pareció la distribución de las instalaciones, la atención que el personal prestaba a los niños y el buen ambiente de trabajo que había entre ellos.

“De ese halago, de ese detalle, hacen un circo: que superviso y digo que las instalaciones están perfectamente bien, que yo doy la autorización para que esa guardería funcione al cien», refiere.

Y es en este único reporte que Daniel Karam se basó para declarar que la estancia cumplía con todas las medidas de seguridad. Según Delia, era tal su desconocimiento del sistema de guarderías que en dos ocasiones se reunió con ella para que le dijera qué decir a la prensa sobre las condiciones de la estancia.

La única presa y sin derecho a fianza

Delia Irene está acusada de uso ejercicio indebido del servicio público, homicidio y lesiones culposas, ha sido aprehendida en tres ocasiones: la primera a siete días de ocurrido el incendio, obtuvo un amparo y salió libre el mismo día. En esa ocasión le tomaron su única declaración ministerial en cuatro años de proceso.

A los dos días de liberada se suma la muerte de otro menor a la causa y la vuelven a detener, logra la libertad pagando una fianza cercana a los 300 mil pesos. La tercera ocasión ocurrió el 30 de junio de 2011 y se le ha negado el beneficio de la caución por haber incumplido con una de las firmas de control en el juzgado.

Además de la causa penal, la Secretaría de la Función Pública la encontró culpable de negligencia administrativa y ordenó su destitución, inhabilitación por 18 años para ocupar cargo público y una multa de 3 millones 290 mil pesos.

Informó que aunado a esto, el IMSS la demandó a ella y las otras coordinadoras por daños a la institución y recibieron una sanción por 3.5 millones de pesos y a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se le embargó su casa, lo único que tenía para hacerle frente y únicamente en parte.

Sin embargo, en el dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el caso, se excluyó de responsabilidad a ella y las otras dos coordinadoras zonales, considerando que, si bien incurrieron en omisiones en el seguimiento de las observaciones que realizaban, carecían de los elementos técnicos para realizar su trabajo.

Sobre su parentesco (cuñada) con el ex Secretario General del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social, Valdemar Gutiérrez, le parece que queda claro que si le hubiera servido de influencia no estuviera presa.

Mantiene la esperanza de libertad

Delia Irene es madre soltera de dos hijos, trabajó durante seis años en una guardería en Nogales como trabajadora social, hasta que consiguió el puesto de coordinadora en Hermosillo, con lo que aumentaría su ingreso y podría cubrirles la educación universitaria.

Delia Botello
Delia Botello, es la única tras las rejas por el caso del incendio en la Guardería ABC.

«Lo más curioso es que cuando me la dieron les dije: ahora sí plebes, la vida nos va a cambiar y nos va a cambiar en todos los sentidos. Te lo juro que así se los dije, en todos los sentidos nos va a cambiar la vida, ya no vamos a batallar porque nos alcance la quincena. Y no me equivoqué, les cambié la vida a mis hijos en todos los sentidos”, lamenta.

Su hijo mayor, no pudo acudir a la universidad y entró a trabajar precisamente al IMSS, donde gana 4 mil pesos a la quincena, de los cuales le da a ella mil y el resto es para su manutención y la de su hermano menor, que acaba de presentar su examen de ingreso a la Universidad de Sonora.

Al hablar de sus hijos el rostro de Delia cambia, del enojo y la impotencia se conmueve y las lágrimas llenan sus ojos, pero es también por ellos que mantiene la fortaleza y no pierde la esperanza de recuperar su libertad. Actualmente, está a la espera de que se resuelva un amparo sobre el delito de homicidio culposo, o bien, que se dicte sentencia.

«No tengo más que dos opciones y esa es mi realidad: espero un milagro y que me toque, y la otra opción es que al final yo pague el pato. El resultado lo sabremos cuando se cierre el caso. Por supuesto que añoro y ruego por un milagro y quedar libre».

Que luchen contra los verdaderos culpables

Por último, Delia Irene pide a los papás de las víctimas del incendio que no dejen de luchar porque se castigue a los verdaderos culpables; al presidente Enrique Peña Nieto, que cumpla el compromiso que hizo con ellos.

“A los papás de los niños que sigan luchando, en un tiempo fueron mi terapia. Que no decaigan y que sigan pidiendo y exigiendo culpables, pero que no se conformen con inocentes, que estén en el lugar que tengan que estar los verdaderos culpables”.

Y los directivos del IMSS:

“A los directivos del Seguro Social les digo que qué suave que a ellos les sepa un 10 de Mayo, un Día del Padre, y unas Navidades con su familia. Pero qué cobardes fueron en lavarse las manos con quienes menos tenían responsabilidad. A ellos les digo que son delincuentes de cuello blanco”, sentencia.

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