DestacadaGeneral

Miguel Ángel «Mágalo» Figueroa, la emoción del dar y contribuir

Por Feliciano J. Espriella/

“Mi vida ha sido de muchas experiencias y de muchos retos. Qué curioso, lo más bonito que he tenido, las emociones más fuertes, e incluyo mi vida empresarial, han sido por los reconocimientos que he recibido por mis actividades de contribución”

“Que tu mano derecha no se entere lo que hace la izquierda”, recomienda el precepto bíblico. Mucha gente no lo entiende y mucho menos lo practica. Algunos lo interpretan a su manera y lo ejercen a su conveniencia. La mayor parte ni lo entienden ni lo practican. Muy pocos lo entienden y lo practican. Miguel Ángel Figueroa Salcido, el popular “Mágalo” es uno de ellos.

Hará unos diez años tenía una breve intervención en un programa radiofónico dominical con José Ángel Partida. En alguna ocasión llegó a cabina un individuo que había sido deportado de la Unión Americana a solicitar ayuda económica para regresar a Oaxaca, entidad en la que radicaba. El conocido locutor lanzó al aire el mensaje y a los pocos minutos, durante un corte comercial, entró a cabina una de las asistentes con una cantidad que casi cubría el total del pasaje. “Lo acaba de traer el señor Miguel Ángel Figueroa para el paisano que quiere regresar a su tierra, pero me pidió que no lo mencionaran”, dijo.

Al amanecer de hace ya varios años se incendió la tienda de autoservicio Ley Bulevares. El fuego con el poco equipo que contaba el cuerpo de bomberos no pudo ser eficientemente controlado y consumió buena parte del inmueble y mercancías. Ese día, a media mañana llegué a saludar y platicar un rato con mi amigo “Mágalo”.

En la plática surgió el tema del incendio y los estragos que causó el fuego como consecuencia de no haberse podido combatir con eficiencia. Mágalo a la sazón presidente de la Canaco Hermosillo tenía una amplia visión del estado en que se encontraban los bomberos. “No es posible —me comentó—, que una ciudad de la importancia de la nuestra tenga una sola estación de bomberos y tan mal equipada. Le voy a proponer al gobernador que en el cambio de placas se incluya algo para los bomberos, como se hace con la Universidad. El día que haya un incendio realmente fuerte puede ocasionarse una tragedia”.

En aquella época el gobernador era el priísta Armando López Nogales y el alcalde Pancho Búrquez. Como el cuerpo de bomberos pertenece al ayuntamiento me pareció que por cuestiones partidistas había pocas posibilidades de materializar aquella que indudablemente era muy buena idea, y así se lo comenté.

“De cualquier manera vale la pena intentarlo, me respondió”. No sólo lo hizo, también lo logró, aunque para ello tuvo que vencer su fuerte temor a volar en avión; para tener la oportunidad de planteárselo en corto al gobernador lo acompañó a una gira en avioneta, quien tal vez como respuesta a la acción de Figueroa de vencer su fobia de la cual tenía conocimiento, allí mismo la aprobó.

Presidió el Patronato de Bomberos durante nueve años en los que logró que se construyeran cuatro estaciones, tres en Hermosillo y una en Miguel Alemán. Se compró y modernizó el equipo y en la actualidad Hermosillo cuenta con un cuerpo de bomberos de primer nivel que cubre toda la ciudad. El tiempo máximo de respuesta ante un siniestro en la actualidad es de seis minutos desde el momento en que se recibe la llamada de auxilio.

Fue también precursor de los estacionamientos en el primer cuadro de la ciudad con lo cual se han alcanzado dos objetivos:

1)     Proporcionar espacios de estacionamiento a los hermosillenses que van al centro de la ciudad de compras con algún otro propósito.

2)     Recaudar fondos que se aplican en el remozamiento y embellecimiento de esa importante parte de la ciudad que se había venido paulatinamente estropeando.

Logró implantar un Récord Guiness y estuvo a punto de lograr otro cuyo evento a última hora se suspendió por causas de fuerza mayor. Los ingresos fueron íntegros para el Asilo de Ancianos.

Ha participado como consejero en varias instituciones altruistas, algunas de las cuales presidió.

Durante varios años apoyó económica y personalmente la construcción y desarrollo de una escuela para niños de escasos recursos.

Cada año ofrece un desayuno en el que los asistentes donan uno o varios pares de tenis que son entregados a niños y jóvenes de condición humilde.

También en diciembre, período en el que el movimiento de su negocio se incrementa geométricamente, encuentra tiempo para alegrar a decenas de miles hermosillenses que durante 20 noches disfrutan de hermosos cuadros navideños, en el cual participa el propio “Mágalo” como Santa Claus.

Orígenes

Nació en Hermosillo, Sonora, el 6 de octubre de 1945 en el mero centro de la ciudad, cerca del conocido parque del mundito. Sus padres fueron Miguel Figueroa Levi originario de Hermosillo y Socorro Salcido Maytorena de Ures. Es el segundo de tres hermanos.

El ampliamente conocido apodo Mágalo lo lleva desde muy pequeño. “Mi hermano mayor por decirme Miguelito me decía magalito y de ahí viene el famoso magalo”, platica el comerciante.

Creció en el centro de Hermosillo en los alrededores del mercado municipal. El primer año de primaria lo hizo allí mismo, en la Escuela Leona Vicario y el resto de la primaria en otras escuelas del centro. Su paso por la secundaria lo platica de la siguiente manera:

“Entré a la secundaria en la Universidad de Sonora y allí estuve como el uno, dos y tres. El primero lo hice en un año, el segundo en dos y para el tercero me dije: ‘ya párale Mágalo. El tercero lo vas a hacer en tres’”. Fue como se enroló en el comercio, actividad en la que se ha mantenido durante toda su vida. Inició en una pequeña tienda que tenía su padre frente al mercado.

Actividades de contribución

Mágalo encontró su vocación en el comercio, actividad en la que ha sido muy exitoso y es ampliamente reconocido. Le gusta también la política, es distinguido militante del Partido Revolucionario Institucional y en dos ocasiones ha sido servidor público. Primero como Regidor en el Ayuntamiento de Hermosillo y durante el mandato del gobernador Eduardo Bours ocupó un importante puesto en la administración estatal. En el año 2000 contendió sin éxito por una diputación local.

Sus actividades como comerciante, dirigente gremial, servidor público y político han sido muchas veces publicadas en distintos medios de comunicación locales. Sin embargo, aquellas acciones que han brotado como respuesta a un carácter generoso y humanista que no predica pero sí practica el popular refrán que dice “haz el bien sin mirar a quién”, son poco conocidas a pesar de ser muchas y haber sido objeto de varios reconocimientos entre los que se cuenta el “Premio a la Filantropía” en el año 2010.

Para hablar de algunas de ellas le solicitamos la presente entrevista. La constante en todas y cada una de ellas es que los beneficiarios son personas necesitadas.

Agua para una invasión

En una ocasión siendo regidor visitó una invasión de nombre Mirador. “Fue de lo más bonito la experiencia que viví allí —recuerda—. Había puras casas de madera y de cartón, en una vi en la mesa  una cocacolona de dos litros y le recomendé a la mamá que mejor comprara leche, pero me respondió ‘no hijo, así no se levantan’. Les servía de energético por el azúcar, para poder ganarle a la desnutrición”.

Como invasión no podían tener agua ni energía eléctrica y era el mes de agosto. A pesar de ser regidor y consciente de que era un delito, el Mágalo se apareció un buen día por la madrugada con mangueras y material para junto con los vecinos jalar una toma de agua. Clandestina naturalmente.

Escuela en el Palo Verde

El sacerdote Luis López, ya finado, fue un incansable constructor de obras en beneficio de colonias populares. “Estaba haciendo una escuela primaria en el Palo Verde y nos invitó a mi esposa y a mí como tesoreros —recuerda Mágalo—. Llegó a hacer nomás dos aulas antes de morir pero su obra estaba empezada y no podíamos abandonarla. Continuamos apoyándola durante varios años”. Cuando el matrimonio Figueroa empezó a ayudar la matrícula era de 80 alumnos, cuando la dejaron en otras personas tenía alrededor de 500.

Alegría para la Navidad

El año de 1994 fue extremadamente difícil para los mexicanos. Inició el 01 de enero con el levantamiento armado en Chiapas que se agravó con los asesinatos políticos. La economía había sido desastrosa y el desánimo de la gente no parecía tocar fondo. En diciembre Mágalo, con la intención de ofrecer algo a la población que la reanimara, inició con sus actividades como Santa Claus, que cada año disfrutan varias decenas de miles de hermosillenses y ya forma un ícono de la ciudad. Él la platica de la siguiente manera:

“Fue cuando la crisis del 94. Me acuerdo que en Satélite antes había mucha iluminación y ese año estaba oscuro. A mí me agarró con una deuda fuerte, pero pues no era con desánimo como íbamos a atacar la situación. ‘Vamos dándonos ánimos’ le dije a un compadre.

“El Magalito el siempre iluminaba la casa, y le dije a mi compadre Salvador Villaseñor ‘nos vestiremos de Santa Claus, un rato tu y otro yo nos mientras nos tomamos un seis. Estuvo de acuerdo y empezamos”. En cuanto iniciaron la gente empezó a llegar en grandes cantidades y los santaclauses les regalaban paletitas, el año pasado entregaron alrededor de 50 mil paletas. Dice Figueroa que es el único negocio que año con año crece y no le sale competencia.

Santa Claus a domicilio

“Siempre he dicho que el dar es un privilegio —agrega Mágalo— como Santa Claus, pero no nomás es salir y dar la paletita, Santa Claus también trabaja por fuera. Este año entregó 700 pares de tenis a gente humilde. Tengo 14 años con esto, empecé con 150 pares luego, 300, 500, 700 y el próximo año vamos por 1,000. Le vamos a agregar 300 más de la Cruz Gálvez, me lo pidió el Dr. Ocaña y ya le dije que con mucho gusto”.

Habría mucha más tela de donde dónde cortar, pero el espacio no nos lo permite. Nos dijo para despedirnos:

“He tenido experiencias muy bonitas. Mi vida ha sido de muchas experiencias y de muchos retos. Qué curioso, lo más bonito que he tenido, las emociones más fuertes, e incluyo mi vida empresarial, han sido por los reconocimientos que he recibido por mis actividades de contribución. Por el dar. Eso es lo más bonito”.