Vórtice

Padre canadiense encarcelado por llamar hija a su hija

Robert Hoogland, muestra una foto de su hija.

Robert Hoogland fue arrestado porque decidió seguir llamando a su hija, hija; a su hija que nació siendo una niña, con cromosomas XX, y también la estaba llamando por el pronombre “ella”. Tiene solo 14 años de edad

Por Dr. Jorge Ballesteros

“Aquí estoy sentado como padre, mirando como destruyen a una criatura perfectamente saludable. Y no puedo hacer nada más que sentarme a mirar de acuerdo a la justicia o iré a la cárcel”.

Un padre canadiense que ha sido encarcelado, la sentencia es de 5 años, por llamar a su hija, hija. Los canadienses a cambio de bienestar económico le entregaron al estado su libertad, y la educación de sus hijos, las leyes de género, se impusieron  desde el gobierno, creándose así una dictadura de género, que tiene a su merced a todos los ciudadanos canadienses a los caprichos y fantasías de esta perversa ideología.

El primer ministro Justin Trudeau aprobó una reforma del Código Penal para que se prohíba criticar la transexualidad a pesar de las numerosas evidencias médicas y científicas que alertan de los efectos del ‘cambio de sexo’ y que se traduce en un alto porcentaje de depresiones y suicidios. Hasta tres años de cárcel contempla el proyecto que prepara el liberal canadiense.

Esta persecución auspiciada por el lobby LGTB tiene ya otro precedente en el país. Entre las leyes de Canadá existe ya una en que tampoco permite las críticas a la homosexualidad y que se ha cobrado algunas víctimas. Es el caso de un predicador que fue condenado en 2013 por el Tribunal Supremo por distribuir panfletos en el que censuraba las prácticas homosexuales.

Vivimos en un mundo distópico, como el libro “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, en una tecno-dictadura sin darnos cabal cuenta, ya elegimos democráticamente a un presidente de la república y resulta ser un liberaloide pro gay como Justin Trudeau, o una bestia como López Obrador que empiezan a cambiar la constitución para comunizar al país e implantar la dictadura LTBGI.

El nombre del padre encarcelado es Robert Hoogland, y fue arrestado luego de que él decidiera seguir llamando a su hija, hija; a su hija que nació siendo una niña, nació siendo mujer, sus cromosomas son XX, y también la estaba llamando por el pronombre “ella” contrario a la ley canadiense.

La niña tiene solo 14 años de edad, y en febrero de 2019, la Corte Suprema de Canadá ordenó que la niña recibiera inyecciones de testosterona (que es una hormona masculina), sin el consentimiento de los padres, lo que estamos viendo aquí, es que es un estado que claramente está excediendo su poder.

¿Con 14 años una niña no es lo suficiente madura como para ir y comprar cigarros y alcohol, pero sí es lo suficientemente madura para inyectarse una hormona masculina que le va a cambiar su vida y deformar su cuerpo?

Esta hormona testosterona, que va a tener que tomar durante toda su vida, puede generar enfermedades relacionadas con el corazón, puede generar diabetes, diferentes tipos de cáncer, porque le van a detener su pubertad, su densidad ósea será detenida, le va a salir bello facial, le va a aumentar el tamaño del clítoris para que simule un pene, se va a masculinizar, la mandíbula se le va a ampliar, su voz va a enronquecer,  puede quedar estéril, que de alguna manera es lo que se busca.

El padre de la niña dijo: “¡no! esto no va a pasar, no doy mi consentimiento. Están creando una ilusión y están forzando a padres como yo a vivir en este engaño. ¿Y entonces qué pasará cuando la burbuja de la ilusión explote? Nunca podrá regresar a ser una chica. Quiero decir ella es una chica, pero nunca podrá regresar a ser una chica en un cuerpo sano. Siempre tendrá una voz diferente. Se tendrá que afeitar el pelo de la cara, no podrá tener una familia… Estos niños ni siquiera entienden lo que es una familia. ¿Qué niño a los 13 años se pregunta sobre tener una familia? No muchos. ¿Quién eres tú estado, para meterte en mi casa, para meterte en mi familia, para quitarme a mi hija?”.

Un Psicólogo de la escuela fue quien le recomendó a la niña tomar hormonas de sexo cruzado a los 13 años. “El estado ya nos está obligando desde las mismas escuelas públicas que supuestamente son gratis, pero que las estamos pagando con nuestros impuestos, pagándole al psicólogo que le está metiendo estas ideas en la cabeza a una menor de edad. Mira qué tipo de educción les estamos pagando, mira qué tipo de psicólogos le estamos pagando”.

El tribunal también señaló que si se referían sus padres a ella con el pronombre de “ella”, o su nombre de nacimiento, serían considerados culpables de violencia familiar. “O sea a tu niña que nació siendo niña, que la viste crecer siendo niña, a los 14 años se te ocurre decirle “ella” o el nombre que tú le habías puesto al nacer, si se te ocurre decirle eso, eres culpable de violencia familiar”.

“Ustedes vean cómo un estado puede volverte un criminal, esto es lo que pasa en Cuba y Venezuela diariamente, lo que pasa que en Latinoamérica tenemos carencias económicas, por eso tendemos a identificarnos más con la distopía de 1984 donde la gente no tiene nada”. 

En la distopía de un “Mundo feliz” la gente vive bien, como en Canadá, pero las familias están completamente rotas y las personas sin ningún tipo de propósito y esto es precisamente materialismo científico que propone la disolución de la familia como está en el manifiesto comunista, Marx propone la disolución de la familia porque dice que es explotación de clases ya que los padres son los dueños de los hijos y que los hombres somos dueños de las mujeres.

La familia dice Marx, debe de ser suprimida para el proletariado, pues no existe más que para convertir en burgueses a sus integrantes. Además  el comunismo ha de abolir la servidumbre de los hijos para con sus padres, destruir los vínculos más  íntimos, sustituir la educación familiar por una educción social. Además, concluye Marx, “los dulces lazos de los padres con sus hijos resultan repugnantes”.

Hace pocos años las cosas empezaron a cambiar en Canadá. La izquierda tomó las riendas del poder con Justin Trudeau. El país de la hoja de maple es el campo de experimentos de un modelo de una tecno dictadura que pronto se implantará en todos los países.

Recordemos que Pierre Trudeau, el padre del actual primer ministro de Canadá, era el hombre de confianza de la Unión Soviética en Canadá. Junto con su esposa tuvieron una gran amistad con Fidel Castro, que algunos dicen que hasta compartieron pareja, y por eso algunos afirman que Justin Trudeau, es hijo ilegitimo de Fidel Castro.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau reformó la Ley para prohibir criticar la transexualidad.

Poco después fue cuando se decidió cambiar la bandera de Canadá por la actual de la hojita de maple. Ahora en el siglo XXI, su hijo se convirtió en primer ministro, Justin Trudeau, posiblemente la persona menos calificada  en todo el planeta para manejar un país. Un profesor suplente de teatro que logró encantar a todos con su propia sonrisa y también con la fama de su padre.

El gobierno de Ontario ha aprobado uno de los proyectos de ley más restrictivos de su historia gracias a los liberales, el partido del primer ministro canadiense Justin Trudeau. Se trata del Proyecto de Ley 89 que muchos grupos pro-familia han calificado como “totalitario”.

Y es que como advierten estos grupos el Proyecto de Ley 89 aumenta el poder del Estado hasta tal punto que podrían incluso apoderarse de los niños cuyas familias se oponen de manera más radical a la agenda del lobby LGBTI y a la ideología de género.

También permite a las agencias gubernamentales prohibir tanto el acogimiento como la adopción de niño.

El Proyecto 89, conocida como Ley de Apoyo a la Infancia, los Jóvenes y las Familias de 2017, deroga y sustituye a la anterior, llamada Ley de Servicios a la Infancia y la Familia que regulaba los servicios de protección de la infancia, la adopción y de cuidados para la crianza.

En esta última versión de la ley se añaden la “identidad de género” y la “expresión de género” como factores a tener en cuenta “en aras al mejor interés del niño”.

Adviértase que se ignora gravemente el derecho de los padres de educar a sus hijos, reconocido por casi todas las Constituciones de los Estados, así como por las legislaciones nacionales sobre niños y adolescentes.

Pero con el agravante que el Estado se arroga el derecho de quitar la tenencia de los niños a sus padres que no compartan los acientíficos postulados de la ideología de género, que no reconoce las diferencias biológicas naturales entre hombres y mujeres.

Como lo postularon el pasado algunos gobiernos comunistas conocidos para “educar” a los menores en la ideología comunista. El Estado priva a los padres de un derecho natural y se auto asigna la tarea de “educar” a los niños…justamente en una ideología nefasta y falsa, en el caso comentado, la de género, que atenta contra el derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos.

Trudeau se ha empeñado en hacer un rediseño social del país cuyas consecuencias serán (y están siendo) nefastas para Canadá. Los ejemplos abarcan desde la salud a los símbolos nacionales pasando por el sentido común que debería regir en un país. Unas políticas que además se ven avaladas por un sistema judicial igualmente infectado por estas ideologías.

Con esta cesión al lobby LGTBI aún reciente se ha hecho pública una sentencia del Tribunal Supremo que pone la piel de gallina. El fallo de la Corte Suprema, con seis votos a favor y únicamente uno en contra, considera que muchos actos sexuales con animales, es decir, de bestialismo o zoofilia, son legales en el país. El único límite que ponen los jueces es la penetración. Por ello, cualquier relación entre un hombre y su perro está avalada por la Justicia canadiense.

La realidad de Canadá es que ya está dominado completamente por la ideología de género y la dictadura del relativismo convirtiéndose así en un verdadero referente de la deriva de Occidente.