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Se detecta un caso de brucelosis humana

Por Redacción/

Se trata de un hermosillense que tras exámenes dio positivo a Brucella Abortus; desde noviembre pasado autoridades estatales detectaron la enfermedad en ganado local, sin embargo por falta de recursos no sacrificaron todas las cabezas

 Sonora es un estado carnívoro por excelencia; su dieta, su economía, su cultura, se basan en gran medida en la carne bovina. ¿Pero sabemos realmente lo que ingerimos? ¿Tenemos garantías de que la carne destinada al consumo local (y nacional) ha pasado por los diferentes controles sanitarios?

En la edición del pasado 28 de junio de Primera Plana apareció la denuncia de los ejidatarios de Villa de Seris en el sentido de que el Comité de Campaña para la Erradicación de la Tuberculosis Bovina y Brucelosis en el Estado de Sonora estaba dándole un manejo poco transparente al problema de brucelosis que afecta al ganado de la región.

En esa ocasión, el presidente del Ejido, Néstor Badilla, explicaba que en octubre del año pasado, el Comité detectó la enfermedad de la brucelosis en algunas cabezas de ganado de los ejidos Villa de Seris, San Miguel y La Yesca, además del rancho de San Pedro y la localidad de Biznaga.

Para el mes de noviembre, el Comité, dependiente de la Sagarhpa, sacrificó a 750 cabezas en total, 300 de las cuales pertenecían a pequeños ganaderos del ejido Villa de Seris.

El Gobierno del Estado pagó a los propietarios de estas reses seis mil pesos por cabeza.

Asimismo declaró inservibles las tierras de pastura por 172 hectáreas en Villa de Seris y 87 en La Yesca. Obligó a sus propietarios a barbecharlas y les prohibió sembrar forraje.

Toda la región a la que Néstor Badilla hacía referencia fue puesta en cuarentena

No obstante, por falta de dinero, la Sagarhpa detuvo el sacrificio del ganado incluido en la zona en cuarentena.

Néstor Badilla aducía que el procedimiento correcto hubiera sido el sacrificio de todas las reses y la limpieza de los terrenos afectados por la enfermedad.

Contrario a esto, las reses fueron marcadas con las letras CN (Carne Nacional), lo que impedía que esa carne fuera exportada.

Del mes de noviembre al mes de junio, los coyotes (intermediarios entre el productor y el destino final de la res), denunció el presidente del ejido en cuestión, habían comprado a los ejidatarios estas cabezas de ganado marcadas con las letras CN a la mitad del precio de subasta.

Hasta aquí, la denuncia de la que este semanario se hizo eco.

Pero el pasado 2 de julio se detectaba un caso de Brucella Abortus en un humano, aquí en Hermosillo; el paciente, sexo masculino, de 42 años, dio positivo a esta enfermedad bacteriana, según el resultado de los análisis clínicos realizados en Laboratorios Biolabs, solicitados por el doctor Alan Caro Contreras, del hospital San Benito, médico que atendía al paciente infectado.

Según el Manual de Procedimientos Estandarizados para la Vigilancia Epidemiológica de la Brucelosis de la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, “la brucelosis, también llamada fiebre malta o fiebre ondulante, es una enfermedad bacteriana (infecciosa) que ataca a varias especies de mamíferos dentro de los cuales se encuentra el hombre, causando la brucelosis humana. También infecta a otros mamíferos dentro de los cuales se encuentran algunos con alta relevancia económica como pueden ser los ganados bovino, equino, porcino, ovino y caprino y a otras especies silvestres”.

El manual establece que “las vías de contagio son: mucosas, heridas en la piel y la vía digestiva. La bacteria puede incluso entrar por las vías respiratorias mediante aerosoles. Muchas infecciones provienen de la manipulación de animales contaminados, por ingesta de leche o de sus productos no pasteurizados y de carnes poco cocidas”.

En cuanto a los síntomas, el manual de la Secretaría de Salud los describe así:

“La forma aguda de la brucelosis se caracteriza por fiebre que en la mayoría de los casos es alta e intermitente (ondulante), presentándose generalmente por la tarde/noche acompañada de cefalea intensa frontal y occipital, y diaforesis. En bazo, hígado, ganglios linfáticos aparecen nódulos granulomatosos que pueden evolucionar hasta convertirse en abscesos.

“En la forma crónica, las manifestaciones más comunes son:

Síndrome febril: habitualmente de poca intensidad.

Osteoarticulares: poli o monoartritis, gránulos óseos, abscesos.

Psíquicas: síndrome depresivo, nerviosismo, irritabilidad.

Digestivas: esplenomegalia, hepatomegalia, hepatitis”.

El objetivo de este manual, establece la Secretaría de Salud, es describir los procedimientos de detección, notificación y seguimiento de los casos, brotes y defunciones, así como los mecanismos de análisis de la información captada a través del sistema y los mecanismos de evaluación del mismo, ya que la brucelosis es “un padecimiento de importancia de salud pública del cual es necesario conocer su magnitud, trascendencia y vulnerabilidad, para lo que es necesario contar con procedimientos homogéneos y estandarizados que permitan la detección de casos de brucelosis y su caracterización epidemiológica”.

Por su parte, la Sagarpa, declaraba en mayo de 2011 que el estado de Sonora (casi en su totalidad) era el único que había sido declarado libre de esta enfermedad, mientras que Baja California Sur, Yucatán, Campeche y regiones de Guerrero (Costa Chica y Costa Grande) se encuentran en fase de erradicación.

Del 2010 a la fecha, el Gobierno del Estado ha invertido poco más de siete millones de pesos para erradicar la brucelosis, especialmente en el sur de Sonora, con el objeto de conseguir el estatus acreditado modificado avanzado, el mismo con cuenta el norte del estado, es decir, que la enfermedad está controlada.

Lo anterior contradice las reiteradas denuncias de los ejidatarios de Villa de Seris, San Miguel y La Yesca, en el sentido de que su ganado se encuentra en cuarentena por padecer brucelosis, además del supuesto coyotaje que compra carne contaminada para consumo nacional.

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