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ADN, prueba clave para la Justicia

Maribel Enciso tendrá absoluta certeza de si la niña María José es o no su hija gracias a la prueba del ADN; desde la aparición de la Dactiloscopia en el siglo XIX, ningún avance científico ha aportado tanto a la aplicación de justicia

Por Imanol Caneyada

Dentro de un mes aproximadamente, Maribel Enciso tendrá certeza de si la niña rescatada de tortura y maltrato en Hermosillo es o no su hija María José.

Una vez que los resultados de las pruebas de ADN queden listos, las autoridades podrán tomar una decisión basada en una evidencia científica infalible en las circunstancias en que está practicándose la prueba.

Hace veinte años este caso habría entrado en un laberinto jurídico del que nadie hubiera salido con la seguridad de que la niña extraída de la colonia El Sahuaro de esta ciudad, la cual mostraba signos evidentes de tortura y abandono, es en efecto la hija de una mujer del Estado de México que la busca hace siete años.

La comprobación hubiera pasado por testimonios poco fiables y subjetivos, y comparaciones periciales de retratos de una bebé de once meses con los de una niña de siete años.

Esta tragedia que tiene en ascuas a todo el país podría tener un final feliz gracias a un descubrimiento científico que ha transformado la criminalística en particular y la forma de impartir justicia en general.

7 Recolectando PruebasEn el famoso juicio llevado a cabo en California contra el exjugador de futbol americano OJ Simpson, quien era acusado de asesinar a su exmujer Nicole Brown y a un amigo de ésta, Ronald Goldman, el polémico jugador perteneciente al salón de la fama tuvo que ser absuelto porque la fiscalía no pudo probar fuera de toda duda su participación en el crimen, a pesar de que todas las pruebas apuntaban a él.

OJ Simpson se enfundó durante el juicio uno de los guantes que llevaba supuestamente la noche de los homicidios y resultó que le quedaba chico; esto fue suficiente para que la probable duda disuadiera a un jurado de condenarlo.

Era 1995 y las pruebas de ADN aún no formaban parte de la investigación criminal ni del sistema de aplicación de justicia en California. Un par de años después, OJ Simpson habría tenido una sentencia condenatoria o absolutoria mucho más apegada a la verdad.

En 2013, la policía española pudo resolver el homicidio de una joven sucedido tres años atrás gracias al ADN encontrado en una bacha de cigarro.

La incorporación de las pruebas del impronunciable Ácido desoxirribonucleico a los procedimientos jurídicos de cualquier tipo han significado una revolución que supera a la, en su momento, revolucionaria invención de la dactiloscopia.

Ciencia y justicia

El primer acercamiento de la ciencia a la justicia data del siglo XVI, con la aparición de la medicina legal. Si bien ya en los imperios egipcio y romano hay documentos que señalan la realización de autopsias en casos de homicidio, el más famoso el de César apuñalado por Bruto, en el que el médico determinó que sólo una puñalada había sido mortal, no es hasta la promulgación del código Carolino por parte de Carlos V en 1537 que se establece que un experto médico debía auxiliar a los jueces en casos de homicidio, lesiones, envenenamiento, aborto e infanticidio.

Pero es en el siglo XIX cuando la ciencia se convierte en protagonista inequívoco en la aplicación de la justicia.

En México, por ejemplo, el presidente de la República Valentín Gómez Farías fundó en 1832 el establecimiento de ciencias médicas para la carrera de medicina, donde el doctor Agustín de Arellano fue nombrado el primer catedrático de la materia de medicina legal en 1833.

Unos años antes, en 1809, un delincuente francés, Vidocq, es incorporado a las filas de la Seguridad Nacional francesa y se convierte en el primer director de la institución recién creada. A él se le atribuye la creación de expedientes criminales, la introducción de estudios de balística y la recolección de huellas en el lugar de los hechos.

Una de las grandes aportaciones que la ciencia va a realizar en los procedimientos jurídicos es el de la creación de la dactiloscopia.

La primera persona que ideó un sistema eficaz de clasificación de huellas dactilares fue el empleado de la policía bonaerense Juan Vucetich, que publicó en 1888 un tratado de dactiloscopia comparada. Tres años después, la policía argentina abrió el primer archivo de huellas de 23 procesados.

Desde entonces, ningún descubrimiento científico había sido tan revolucionario en el terreno de la criminalística como la aparición de la huella genética.

Fue el científico Alec Jeffreys, de la Universidad de Leicester, quien en 1985 publicó su trabajo sobre la llamada “huella genética”, una nueva técnica que permitía distinguir entre los individuos de una misma especie utilizando muestras de su ADN.

7 PeritoDesde ese momento, de forma paulatina, los sistemas judiciales del mundo entero fueron incorporando este procedimiento hasta convertirlo en una de las herramientas más precisas para la identificación de individuos en interés de la investigación criminal de muy diversos delitos, la identificación de restos humanos y personas desaparecidas y la investigación biológica de paternidad y otras relaciones de parentesco.

Las pruebas de ADN sirvieron también en los años 90 para excarcelar a cientos de individuos en Estados Unidos acusados de homicidio, los cuales esperaban ser ejecutados en el corredor de la muerte, a pesar de su inocencia.

En México, la genética forense está en pañales, entre otras cosas, por la falta de presupuesto para un procedimiento que resulta caro, y porque en muchas entidades no hay una legislación clara al respecto.

En la actualidad, existen laboratorios de genética forense con tecnología reciente dirigidos por la Procuraduría General de la República y algunas procuradurías estatales, entre ellas la de Sonora; también la Policía Federal Preventiva cuenta con laboratorio de Genética forense, así como el SEMEFO (Servicio Médico Forense), además laboratorios particulares de genética, que sirven de apoyo para estas instituciones.

La Genética forense

Con el estudio del ADN y de su estructura comenzaron a desarrollarse nuevas técnicas de análisis, que conforman lo que hoy se conoce como Genética forense.

La información genética está contenida en la estructura molecular del ácido desoxirribonucleico (ADN), formada de nucleótidos que se repiten millones de veces con una estricta periodicidad.

El ADN repetido lo puede estar en tándem o de forma dispersa en el genoma.

Los STR’s tienen de 2 a 7 pares de bases y son muy abundantes en todo el genoma, además de que son extremadamente polimórficos, poseen una herencia mendeliana simple, lo que los hace muy adecuados para la tipificación de individuos en el área forense.

Las ventajas de estos marcadores genéticos son su estabilidad y la posibilidad de amplificación simultánea hasta en 16 loci microsatélites a partir de cualquier vestigio biológico aún en cantidades muy pequeñas, muy degradados o antiquísimos.

Estos marcadores se han convertido rápidamente en la herramienta legal y forense que aporta confiabilidad a los resultados y rapidez al proceso de investigación.

El ADN que se analiza puede ser cromosómico, mitocondrial o del cromosoma Y. Se han utilizado diferentes métodos para analizar los polimorfismos del ADN que constituyen la “huella genética” de cada individuo.

*Fuentes consultadas:

La genética forense en México su aplicación legal y el banco de datos Genéticos, de Miguel Angel Tadeo Rangel.

La investigación criminal mediante el uso del ADN, de Ignacio Acón Ortego.

Historia de la criminalística, de Adriana Barros Álvarez.