Héctor Rodriguez Espinoza

AMLO, mitad del camino, Harvard y presidencia de la República

Mexico's President-elect Andres Manuel Lopez Obrador talks to supporters as he continues with his tour to thank supporters for his victory in the July 1 election in Monterrey, Mexico October 19, 2018. REUTERS/Daniel Becerril

Brevísimo ensayo

Por Héctor Rodríguez Espinoza

I.- Andrés Manuel López Obrador cursó primaria, secundaria y preparatoria en escuelas públicas de Tabasco. En 1973 estudió en la capital, becado del gobierno del Estado, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en CU (1973-1976) y terminó de “milagro”, no recibió apoyo familiar, vivían situación económica difícil. Se tituló hasta en 1987 —al acabar la mayoría de materias se regresó a Tabasco para dirigir el Centro Coordinador del Instituto Nacional Indigenista—, con tesis “El Proceso de Formación del Estado Nacional en México 1824-1867”. Retoma desde Guadalupe Victoria, primer presidente constitucional, hasta el triunfo de la República sobre el Imperialismo. “En la Facultad … aprendí lo básico para luchar por mis ideales humanistas. …Me vinculé más al maestro Carlos Pellicer, mi gran inspiración”, escribió. Después de tres intentos, fundó el Partido Morena, hoy es el presidente de la República y concibe una cuarta transformación (4T).

II.- No es la primera vez —ni la última— que el presidente López Obrador denosta y desconfía de los universitarios mexicanos que, con su mira en alto, becas de gobiernos (vgr. Jesús Silva-Herzog Márquez), de embajadas, de fundaciones o los privilegiados que lo hacen por sus propios medios económicos familiares o caros créditos bancarios, cursan onerosos posgrados en USA, regresan a ocupar cargos públicos de alto nivel y se encumbran en funciones de decisiones políticas fundamentales, principalmente en el orden ejecutivo federal del gobierno.

III. Su repulsa obedecería, en particular, a las escuelas de Derecho y de gobierno de Harvard. No es la única privada más famosa en el mundo, en Cambridge, Mass. USA. La más antigua de Estados Unidos, opera continuamente, con la biblioteca de derecho más grande del mundo. Introdujo el currículum estándar para el 1° año —clases de contratos, propiedad, agravios, derecho penal y procedimiento civil— en la década de 1870, bajo el Decano Christopher Columbus Langdell, quien desarrolló la enseñanza del derecho con base en casos, modelo dominante en las escuelas de derecho estadounidenses.

Jurista sonorense Oscar Morineau, retrato de Diego Rivera, 1936

The Paper Chase es una novela sobre un estudiante de primer año en la facultad («One L»), de John Jay Osborn, Jr., base para película y serie de tv. Scott Turow, novelista, también escribió un libro sobre su 1° año en Harvard, One L.

No tan notable es el recuento de Richard Kahlenberg sobre su experiencia, Broken Contract: A Memoir of Harvard Law School. Se aparta de los anteriores y describe sus dos últimos años, afirma que el ambiente lleva a los estudiantes a alejarse de sus aspiraciones sobre intereses PÚBLICOS y los lleva hacia trabajos MUY BIEN REMUNERADOS en firmas de derecho.

Para el año académico 2021-2022, el desglose de tarifas es: Estudiantes tiempo completo: $51,904 dólares. Estudiantes tiempo parcial: $25,952 dólares. Estudiantes doctorado que cumplieron con la matrícula: $2,595 dólares. Cuenta con Asistencia financiera.

IV.- De un reciente e indignado twitt (“no le debo nada a este señor”) del Mtro. Joaquín Cabrera (JC), egresado de Harvard, del despacho de abogados Tapia, Robles, Cabrera (RTCLAW), por la despección del presidente López Obrador contra abogados políticos graduados en Harvard, se derivó esta conversación virtual:

HRE. Nunca debemos generalizar, Joaquín. Bien tu orgullo y legítima defensa de tu posgrado, te felicito. Pero debemos considerar la coyuntura ideológica de AMLO.

El primer graduado en esa universidad, con beca pública, fue el Lic. Raúl Salinas Lozano (1917-2004), en período 1958-1964 llegó a secretario de Industria y Comercio (régimen de Adolfo López Mateos), padre de Adriana Margarita, Sergio (+), Raúl y del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, también egresado de Cambridge.

Del ex presidente Carlos, la historia de su régimen como “villano favorito” ha sido, para unos, el modernizador de la administración pública federal e impulsor del TLC y de Solidaridad; pero para otros, el culpable y responsable impune del alto índice corrupción, “fiebre de concesiones mineras” históricamente “se había cedido 117 millones de hectáreas, más de 50 % de territorio del país”, del “crimen de Estado” (Luis Colosio Fernández dixit) del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y, según el ex secretario de energía, Carlos Téllez, quien “se robó la mitad de la partida secreta” https://expansion.mx/actualidad/2009/02/12/tellez-acepta-grabacion-contra-salinas.

También egresó, de un curso anual, su némesis e hiper crítico en sus redes, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, en los 80s, le imputa de haberse “robado la presidencia, entregado la energía a la empresa española Iberdrola” y tener a Genaro García Luna de Secretario de Seguridad Pública, encarcelado esperando juicio en prisión federal de Nueva York, USA. ¡Imagínate, Joaquín!

Su crítica es a quienes, egresados de Harvard, se han dedicado al gobierno federal y escalado puestos de decisiones políticas fundamentales y trascendentes hasta la cúspide de nuestro poder público presidencial, para bien o/y para mal, del destino del 66% del bajo pueblo, pobre y miserable.

V. ¿Será que debemos recordar este documento de Robert Lansing, secretario de Estado del presidente de USA Woodrow Wilson, 1924 (estamos en la víspera de su 1° centenario)?:

«Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso conduciría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes y con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la misma Presidencia. Y sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos, y lo harán mejor y más radicalmente que lo que nosotros mismos podríamos haberlo hecho”. (former Secretary of Estate under Woodrow Wilson, 1924.» Fuente: Cockcroft James D. Mexico’s Revolution Then and Now. Montly Review Press. New York. 2010. p. 77. https://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/6Revolucion/1924CRL.html

VI.- En tu caso, como el del distinguido jurista y litigante sonorense Don Oscar Morineau, profesor de Introducción al Derecho y Filosofía del Derecho, miembro de la Barra Mexicana y del Colegio de Abogados, graduado en California USA en los lejanos 30s-40s; y el del Mtro. Eduardo Robles Elías (ERE) (de los mejores discípulos de nuestra Escuela de Derecho en los 60s) a quien como director del plantel, designé Maestro de Tiempo Completo en los 70s, que se dedican a asuntos corporativos y ofrecen servicios jurídicos confiables y de alto nivel a clientes de USA, con sentido patriótico para bien del País.

Más recientemente los hermanos Francisco y Jesús Acuña Méndez, especializados en Políticas Públicas, en los 90s., de los que conozco y aprecio.

JC: Muchas gracias, licenciado. Es exactamente como usted lo resume, pero nada le costaría a AMLO acotar sus expresiones. Hay una importante probabilidad de que mi hijo mayor, José Joaquín Cabrera Hurtado, vaya a Harvard el año entrante a su maestría. Está enfocado con dedicación y seriedad, desde hace años. Y si no a Harvard, a alguna por el estilo. ¡Saludos!

HRE. Hoy en Reforma: “¿Qué tienen en común la escritora Susan Sontag, la izquierdista Ifigenia Martínez, el ex presidente Barack Obama, el chelista Yo-yo Ma; Gerardo Esquivel, el subgobernador del Banxico, y el empresario Mark Zuckerberg? Que todos fueron a Harvard a aprender cómo robar. Al menos esa es la idea que tiene el presidente de quienes tienen la oportunidad de estudiar en el extranjero. Esta universidad, por ejemplo, cuenta en su historia con más de 150 Premio Nobel, pero nadie se lo recuerda al mandatario. Preocupa, sin duda, su desprecio por el conocimiento y la educación. Pero más que, ¡hasta en eso!, AMLO anda buscando polarizar y dividir a las y los mexicanos en buenos y malos. Alguien en Harvard debería hacer un estudio al respecto.”

Oscar F. Serrato (OFS) interviene: “El punto medular es el que mencionas al final: “anda buscando polarizar y dividir”. La educación como factor de movilidad social individual y como palanca de desarrollo de un país sigue siendo el único camino viable, ya no hay tierras por conquistar, pueblos a explotar y no hay loterías globales donde los países pobres compren cachitos en la esperanza de convertirse en millonarios. Como estudiante de Harvard se incluiría a Pablo Taddei que está por terminar su doctorado. Carlos Prieto (hijo) conductor de la Sinfónica Nacional, Maestría en Harvard (administración), Javier Gutiérrez Luken, director del hospital Cima, etc. etc. Así como hay infinidad de brillantes alumnos, profesionistas, investigadores y docentes egresados de las universidades mexicanas.”

ERE: “Es como si se satanizara a la UNAM y al Poli por haber egresado individuos que saquearon las arcas públicas desde el gobierno. No tiene sentido. Una buena pregunta: ¿Quién enseñó a Carlos Salinas a robar? ¿La UNAM, donde también estudió, o Harvard? ¿O su familia? ¿O ya venía así genéticamente? ¿O fueron sus genes y sus circunstancias? Lo interesante será ver si comentan o publican una postura los hermanos Acuña Méndez, ambos harvardianos y pegados a la 4T en Sonora”.

VII.- Harvard no es la única alma mater de encumbrados políticos y financieros mexicanos. El ex presidente Ernesto Zedillo estudió en Yale. Nuestro malogrado candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta y Ernesto Cordero en Pennsilvania State. Camilo Mouriño (+) en Tampa, Florida. Carstens de SHCP y en Chicago. Arturo Herrera Gutiérrez de SHCP y Banco de México, doctorado en economía por la Universidad de Nueva York. Rogelio Ramírez de la O, actual SHCP, doctorado en Economía por la Universidad de Cambridge, Reino Unido.

VIII.- Las universidades más prestigiosas del mundo se encuentran en lo alto del podio gracias a sus investigaciones y contribuciones a la sociedad internacional. Dentro de sus aulas y laboratorios se cuecen proyectos que han cambiado el ritmo de la Historia por su gran impacto social, político o económico. No dudan en poner los recursos necesarios para realizarlas, pero gran parte del mérito es de los alumnos, profesores e investigadores involucrados. Muchos han podido hacerse con el premio honorario más importante del mundo en cuanto a sus ramas de investigación, dotando de gran prestigio a sus respectivas casas educativas.

Las universidades con más Premios Nobel. 1.- Harvard. Encabeza la lista con 159 ganadores (49 profesores permanentes). 2.- Cambridge. 32 premios en física, 26 en medicina, 22 en química, 11 en economía, 3 en literatura y 2 de la paz; total 96 ganadores. 3.- Columbia. 91 Premios Nobel, 82 fueron profesores permanentes, alumnos, graduados o investigadores oficialmente inscritos como ‘residentes’. 4.- Chicago. 91 laureados; sólo presenta 89 en su sitio oficial, pues Emily Greene Balch y T. S. Eliot, no fueron profesores permanentes. 5.- Berkeley. De las más prestigiosas de California con 90 ganadores (47 alumnos y profesores permanentes entre ellos).

IX.- Destaco Iowa State, posgrado MBA de mi hija Rocío. También Georgetown (posgrado de mi hijo Héctor), con su tradición de excelencia académica, en Washington, D.C., valores jesuitas y redes regionales, una de las principales comprometidas con América Latina. Los profesores y estudiantes de sus programas de investigación y enseñanza abordan los desafíos críticos que enfrenta la región, incluyendo el desarrollo económico y la innovación; la gobernanza y el estado de derecho; la inclusión social y cultural y las relaciones hemisféricas. Es la católica más antigua de Estados Unidos. Pertenece a la Compañía de Jesús. Forma parte de la Asociación de Universidades Jesuitas, se integran las 28 instituciones; y con la Católica de América y la Trinity Washington, de D.C. Sus organizaciones estudiantiles incluyen la Sociedad Filodémica, fundada en 1830, una de las de debate más antiguos de la nación y la Mask and Bauble Dramatic Society, el grupo de teatro universitario más antiguo.

I.- En Filosofía del Derecho, ciencia política y Teoría del Estado, en la academia latinoamericana seria, alejada del interés y mezquino amor al poder y al dinero, tenemos como referentes a las Universidades europeas, en especial las de Berlín y la de Viena, cuna de los grandes jus filósofos Emanuel Kant, Hans Kelsen y Goeoge Jellinek, entre otros.

La Universidad Humboldt de Berlín celebró, en 2010, su 200 aniversario. Tenía 256 estudiantes y 52 docentes. Es la “madre de todas las universidades modernas” y habían surgido hasta ese año 29 Premios Nobel. La Escuela de Marburgo es una de las direcciones del neokantismo. Sus principales representantes han sido Cohen, Natorp, Cassirer y Stammler quienes, rechazando la tendencia materialista de la doctrina de Kant, hicieron suyos los principios del idealismo subjetivo consecuente. Allí abrevaron nuestros Mario de la Cueva y Eduardo García Máynez.

De la Universidad de Viena, entre los académicos e investigadores actuales y pasados que han enseñado se cuentan varios ganadores del Nobel: Robert Bárány, Julius Wagner-Jauregg, Hans Fischer, Karl Landsteiner, Erwin Schrödinger, Víctor Franz Hess, Otto Loewi, Konrad Lorenz y Friedrich von Hayek.

X. Tenemos a las Universidades de España. El ranking de sus mejores de Derecho: Autónoma de Madrid (UAM), Carlos III de Madrid (UC3M), Complutense de Madrid (UCM), Navarra (UNAV), Barcelona (UB) y Autónoma de Barcelona (UAB).

XI. Sea lo que fuere, no discriminemos los acreditados programas de posgrado de Universidades latinoamericanas, los de la UNAM y, por supuesto, los de nuestra Universidad de Sonora, de la que soy orgullosamente egresado.