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Antifa: El rostro detrás de los disturbios

Las banderas y pintas en las marchas de la Ciudad de México.

Especialistas habla de su “modus operandi”, la historia detrás de estos movimientos y por qué pudieran ser considerados como “terroristas”

Por Gabriel Rigo Gutiérrez

Después de la ola de protestas en ciudades de Estados Unidos por la detención brutal y muerte de George Floyd, un afroamericano que fue sometido por un policía tras un delito menor, las manifestaciones han llegado a México con un tinte muy similar a lo visto a nivel internacional.

Para algunos analistas, se trata de una coyuntura política aprovechada por grupos radicales de extrema izquierda, con perfil tipo paramilitar, que se han auto proclamado como “antifascistas”. Sus pintas y banderas se han dejado ver en Guadalajara y la Ciudad de México.

El pasado viernes en Cdmx atacaron a transeúntes, reporteros, policías, vandalizaron edificios y realizaron disturbios fuera de la embajada de Estados Unidos. El lunes, esta agitación regresó a las calles de la capital mexicana para supuestamente exigir “justicia” por la detención de una joven en la protesta anterior. Esa marcha igual causó caos, daños y robos en comercios, grafitis.

Las personas se identificaron como anarquistas. Visten de negro completamente. Con o sin pandemia traen los rostros cubiertos. Y se hacen de todo tipo de artefactos para vandalizar, martillos, varillas, palos, aerosol y encendedor (improvisado como ‘lanza llama’). Sin embargo, la policía de la Cdmx no intervino. ¿Pero qué hay detrás de todo este caos?

Vínculo histórico con el comunismo

La periodista Mamela Fiallo Flor, de Panam Post, recientemente publicó un análisis alrededor de estos disturbios internacionales. Para entender “Antifa” da una explicación histórica de estos movimientos y señala que la “lucha anti fascista” amalgama ideas contradictorias como lo visto en Estados Unidos donde alegando solidaridad con la comunidad negra la dejaron devastada, destruyendo negocios, golpeando a sus mismos vecinos. Así lo contextualiza Fiallo:

“El ‘antifascismo’ viene acompañado de la destrucción de la propiedad privada, como reivindicación de su lucha contra el capitalismo, al que también se enfrentó el fascismo y su propio líder y fundador, el dictador italiano Benito Mussollini.

“Mediante el financiamiento de la Unión Soviética, el primer Estado socialista del mundo, nacieron agrupaciones enfrentadas al fascismo (que a su vez nació del sindicalismo y adoptó posturas nacionalistas recién con el auge de la Segunda Guerra Mundial) en las décadas de 1920 en Italia y luego en 1930 bajo el velo del Partido Comunista de Alemania (KPD) nació Antifaschistische Aktion (Acción Antifascista), que todavía sigue en pie. De modo que, contrario a lo que alegan sus defensores, no se trata simplemente de estar en contra al fascismo, sino que el movimiento tiene un vínculo político e histórico de respaldo al comunismo y de enfrentamiento al capitalismo”.

Justifican la violencia física

Recuerda que Scott Crow, uno de los organizadores de Antifa por 30 años, le declaró en una ocasión a CNN que “la destrucción de la propiedad privada no equivale a violencia”. Y esa ha sido la constante en sus “protestas”.

En ese mismo sentido, Mark Bray, autor de “El Manual Anti-fascista”, en un artículo para The Washington Post justificó que “sus partidarios son predominantemente comunistas, socialistas y anarquistas” los cuales creen que la violencia física es “éticamente justificable y estratégicamente eficaz”.

Bajo esa visión, es que por ejemplo en las recientes manifestaciones anarquistas en Guadalajara, Jalisco, uno de estos manifestantes se acercó a un agente de policía que estaba montado en su moto y por la espalda le vacío un líquido inflamable y con la chispa de un encendedor hizo que ardiera el oficial. La gente ayudó a apagar el fuego. El delincuente fue exhibido en redes.

El “giño” a los Millennials

Incendios y destrucción en las calles de Estados Unidos.

En la radiografía que ofrece la periodista Mamela Fiallo sostiene que las Universidades se han vuelto un caldo de cultivo para las ideas socialistas. Trae a colación un estudio publicado por el periódico alemán Blind, donde se establece que 7 de cada 10 millennials simpatiza con estos pensamientos. “El 92 % de los activistas de extrema izquierda todavía vive con sus padres, lo cual se pudo evidenciar en las protestas de EE.UU. donde se entregaron ante la justicia coordinadores de las manifestaciones violentas escoltados por sus padres”.

“Sí son terroristas”    

Pero no porque vivan con mamá son menos peligrosos. Andy Ngo, autor del libro “Desenmascarado: dentro del plan radical de Antifa para destruir la democracia”, en reciente entrevista para el diario Die Weltwoche confiesa que “Antifa es más peligroso que sus comunistas revolucionarios tradicionales”.

Y advierte que a pesar de su falta de organización formal, Antifa “está unida en su ideología para alcanzar sus objetivos a través de la violencia política”. Abunda sobre su ‘modus operandi’, el cual sostiene, usa tácticas paramilitares.

“Lo que he aprendido durante mis años de informes en los Estados Unidos, y también en Europa occidental y Canadá sobre este tema en particular, es que operan en células o grupos autónomos en ciertas áreas urbanas. No hay evidencia de que haya visto a un jefe central o centro de comando diciéndole a todos en los Estados Unidos que hagan esto o aquello. Se ejecutan de forma autónoma, pero tienen los mismos principios y una formación similar. Tienen la intención y el propósito de cometer violencia”, revela.

Finalmente, el periodista radicado actualmente en Oregón, le confirma a Die Weltwoche que Antifa sí se puede considerar un grupo terrorista. “Tienen grupos organizados para actos de violencia política, cambio de régimen y revolución. Lo que da tanto miedo es cuán efectivos son capaces de hacer todo eso con muy, muy poco dinero necesario”.