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Arizona: migración, clave en campaña de gobernador

Un candidato a gobernador de Arizona pidió el envío de tropas de la Guardia Nacional y la construcción de cercas en la frontera de Texas con México para detener la ola de inmigrantes, y enviar la factura al presidente Barack Obama.

Otro candidato sugirió colocar satélites en órbita para controlar la frontera. Otro más participó en una protesta en la que los manifestantes trataban de bloquear un autobús que se decía llevaba niños migrantes a una pequeña ciudad de Arizona.

La campaña republicana a gobernador del estado, que comenzó calladamente con un enfoque en el programa gubernamental de asistencia médica para los pobres o discapacitados Medicaid, las normas de educación Common Core y formas de impulsar la economía del estado, ha dado un giro brusco hacia un tema familiar: la inmigración.

Si bien el tema ha estallado como tema de campaña en algunos lugares específicos del país desde el aumento masivo de inmigrantes, en ningún lugar ha sido más pronunciado que en Arizona, porque llega en momentos que las elecciones primarias para elegir al candidato republicano se caldeaban.

El tema ha dado a los republicanos una buena oportunidad para exhibir su retórica, con la que cortejan a los electores de las primarias, que son tan cruciales para su éxito. Uno de los candidatos está usando un anuncio que muestra una bandera mexicana superpuesta sobre el mapa de Arizona.

Ya no importa el hecho de que el flujo de niños migrantes no acompañados a Estados Unidos se ha desacelerado drásticamente. Apenas unos 200 niños centroamericanos fueron reasentados en Arizona y un centro en la ciudad fronteriza de Nogales que los albergaba quedó casi clausurado.

«El elector de las primarias republicanas (en Arizona) es un animal muy singular, es un microcosmos de una caricatura y es la especie de conservador más rabiosa, antiinmigrante y de extrema derecha», dijo Mike O’Neil, que realiza sondeos en el estado desde hace 35 años.

«Creo que cabezas más sensatas prevalecerán, pero no necesariamente de inmediato y no necesariamente en las primarias republicanas», señaló.

Pero la inmigración siempre ha sido un factor en la política de Arizona.

La gobernadora, la republicana Jan Brewer, que no puede volver a postularse por ley, hizo de la lucha con el gobierno federal en torno a los fracasos de éste para hacer cumplir las leyes de inmigración una parte muy importante de su período.

Brewer firmó una dura ley estatal contra la inmigración no autorizada, que dio un fuerte impulso al debate sobre la inmigración en todo el país.

Desde entonces, el tema ha ido perdiendo fuerza. El arquitecto de la ley fue sacado del Senado estatal en una votación para reprobar su labor. La comunidad empresarial dio marcha atrás y la Corte Suprema federal eliminó cláusulas clave.

Pero el regreso de la inmigración al debate por la gobernación es una especie de vuelta a la campaña pasada cuando Brewer firmó la iniciativa SB1070. La firma impulsó su perfil entre los republicanos y la ayudó a ganar.

Una encuesta de The Associated Press-GfK dada a conocer esta semana concluyó que dos tercios de los estadounidenses afirman que la inmigración no autorizada es un problema serio, un aumento de 14 puntos en comparación con mayo de este año y similar al de mayo del 2010, aproximadamente el momento en que Arizona aprobó su ley de inmigración

AP