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Denuncian supuesto fraude en certamen de belleza

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

Una tarde Esmeralda navegaba en Facebook, como suele hacerlo. Una publicación llenó sus ojos y de inmediato echó a volar la imaginación, pasarelas, elegantes vestidos de noche, maquillaje, luces… Dio like al post y los siguientes días los dedicó a prepararse para el “El Gran Casting” del concurso “Miss Petite Hermosillo”. Nunca imaginó que su sueño podría convertirse en pesadilla.

Valenzuela Martínez, recién egresada de Comercio Internacional en la UES. Meses antes había participado como embajadora en el Baile Ranchero de Ures. Platica que, como fue una enriquecedora experiencia, se animó a buscar otro concurso. Además, su familia siempre la ha apoyado.

Pero los concursos de belleza tienen sus propias restricciones, comenzado por la estatura. En la categoría Petite, la estatura máxima es 1.68 m.

Esmeralda no dudó en registrarse.

Los requisitos para el concurso, según se publicó en la página de Facebook del evento señalaban lo siguiente: Tener entre 18 y 25 años; estatura máxima de 1.65 m; Poseer belleza estética y armonía física; Poseer un talento demostrable; Conocimientos generales de Sonora y México; Ser soltera y sin hijos; Inscribirse.

Esmeralda Valenzuela Martínez, entre sueños y una estresante pesadilla.

“Recuerda que al formar parte de nuestra familia se abre un abanico de grandes oportunidades”, remataba la convocatoria que, también prometía que la ganadora pasaba a la ronda estatal.

Ella cumplía con los requerimientos del concurso y procedió a realizar su inscripción. Una inscripción que le avisaron sería de 1,500 pesos para participar. El 29 de marzo hizo la transferencia a una cuenta de Banorte —en la página de Facebook sugerían hacer el depósito desde Seven eleven o tiendas Oxxo—.

Ahora sí, ya estaba a bordo del barco de los sueños.

Según narra Esmeralda a “Primera Plana”, en total se registraron 14 jovencitas para buscar la corona de “Miss Petite”. Al principio, explica, les prometieron que tendrían una agenda llena de actividades, clases, nutriólogo, gym, y viajes a San Carlos y Bacanora; pero con las semanas, las actividades se hacían muy a prisa, desangeladas, mientras los “viajes” no se hacían, siempre se posponían.

En alguna ocasión, recuerda la ex candidata Petite, el organizador del evento, Adrián Cota, reunió a las participantes en el gimnasio Top Fitness Encinas, al que acudían regularmente —no tienen oficinas—, ahí les dio una noticia: Para poder asistir a la gran final, cada muchacha debía vender 20 boletos, a 200 pesos cada uno. Es decir, cada una debía reportar 4 mil pesos antes del evento. (Adicionalmente cada mesa tiene un costo de 2 mil pesos).

Pago que realizó la familia de Esmeralda para poder entrar al concurso.

Esmeralda comenzó a colocar los boletos con sus amigos, con familiares, lo publicó en su Facebook. Hizo todo lo posible por conseguir venderlos en unas cuantas semanas. El tiempo apremiaba.

En una ocasión, recuerda, invitaron a todas las concursantes para modelar prendas confeccionadas por estudiantes de la carrera de Diseño de Modas de la UDS; previamente un instructor de modelaje les había explicado la dinámica, pero al final el organizador de Miss Petite les cambió todo creando un caos, del cual culpó a las jovencitas.

Los niveles de estrés y la tensión iban en aumento día con día. Las muchachas, revela Esmeralda, no decían nada por temor a quedar fuera del concurso.

Comenta que a los eventos a donde les pedía acudir, iban más que nada como cualquiera edecán. Y nunca estuvieron de visita en los medios de comunicación.  

El pasado fin de semana, fue la gota que derramó el vaso: Ella no había logrado vender todos los boletos para la final y se lo comunicó a Cota, mientras estaban en el gym. La respuesta del organizador fue que si no había logrado venderlos, no tenía derecho a ganar. Con sus esperanzas rotas, la jovencita le entregó el dinero de las ventas así como el resto de los boletos, y se marchó renunciando al concurso (al igual que en el registro, no le entregaron recibos ni comprobantes de pagos).

Al ver lo sucedido, otras seis muchachitas también abandonaron el certamen, dejando atrás una pesadilla que duró tres meses.Este sábado 8 de junio será la coronación de “Miss Petite Hermosillo”, en un escenario de dudas por un nebuloso negocio que se hace a costa de la belleza juvenil sonorense.