Destacada

Conmociona asesinato de Investigadora Raquel Padilla

La tarde del jueves siete de noviembre fue asesinada la etnohistoriadora sonorense, a manos de su pareja; durante el juicio se cuestionó a Juan Armando Rodríguez si era culpable, él respondió: “totalmente señor”

Por Cristina Gómez Lima

“Quiero que haga justicia, soy responsable, lo reconozco”, declaró el indígena Juan Armando Rodríguez Castro al Juez que lo sentenció a 45 años de prisión al reconocer su responsabilidad en la muerte de la etnohistoriadora sonorense, Raquel Padilla Ramos.

El jueves 7 de noviembre a las 15:48 horas, la historiadora más importante de México en el estudio de la etnia yaqui, fue degollada por su pareja sentimental en la “Loretana”, una cabaña en El Sauz de Ures, a 71 kilómetros de Hermosillo.

En una audiencia que duró una hora y 45 minutos, dos agentes ministeriales de la Fiscalía General de Justicia de Sonora expusieron las pruebas periciales y el relato de siete testigos: tres vecinos, dos policías y dos hijos de la víctima, así como la presencia de una traductora de la lengua yaqui, para demostrar evidencias sólidas que inculparon al indígena, que por razones de género cometió el crimen.

Aunque el sentenciado no expuso sus motivos, se declaró responsable por el delito de feminicidio, por lo que el Juez lo condenó a 45 años de prisión sin derecho a ningún beneficio de libertad, así como el pago de una multa de 143 mil 752 pesos para la reparación del daño moral y material hacia la familia de la escritora.

Juan Armando fue aprendido a las 17:10 horas de este lunes en el Hospital General de Sonora, donde fue atendido por auto herirse con una navaja de acero de 15 centímetros, misma arma con la que provocó 45 puñaladas en rostro y cuello de la antropóloga.

Según el relato de los policías que recibieron a Juan en el Centro de Readaptación Social 1, previo al encuentro con el juez hablaba solo dirigiéndose a Padilla Ramos, e incluso al interior de una celda intentó por segunda ocasión quitarse la vida con una camiseta.

El hijo de Raquel, de 12 años de edad, fue el testigo presencial, quien expuso que tras una discusión entre la pareja, Juan le pidió saliera de la cabaña, escuchó gritos y entró a ver que el hombre de 58 años estaba acuchillando a su madre. Fue el menor quien solicitó el apoyo de la policía.

Otro testimonio fue el de su hija de 24 años, quien declaró que la relación de pareja que Padilla Ramos sobrellevaba con Rodríguez Castro, la que calificó como machista y celosa.

“La obligaba a caminar detrás de él, expresaba ideas antiguas respecto al rol de hombre y mujer, tenía comportamientos peleonero y grosero cuando ingería alcohol”, declaró la primogénita de la hoy occisa.

En el tribunal, el ministerio público expuso también la declaración de dos vecinos, que atestiguaron cinco años en unión libre entre la pareja, lidiando con los problemas de alcoholismo de Juan.

Detallaron que el imputado tenía cuatro días viviendo solo en “La Loretana”, luego de pasar un mes en Esperanza, comunidad del valle del yaqui. 

Según la declaración del primer policía respondiente, se encontró al agresor encima de Raquel, postrado sobre la cama y a un costado una laguna de sangre, misma sustancia con la que escribió la leyenda “Perdóname”, y más adelante monosílabos tachados con la misma sangre que derramó la víctima.

Con 230 fotografías a color de la escena del crimen y la navaja de asa negra como pruebas periciales, el Juez de Distrito Uno cuestionó a Juan Armando Rodríguez Castro si era culpable, quien respondió: “totalmente señor”.

El juicio concluyó a las 22:45 horas. La audiencia condenatoria se fechó el 13 de noviembre a las 20:00 horas, a la que advirtió no llegará.

*Periódico La Jornada.