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Urge que la comunidad científica se diversifique: María Elena Tejeda

La doctora en física por la Universidad de Durham, en Inglaterra, es una de las escasas veinte mujeres en México que trabaja a tiempo completo en el área de la física de partículas; lidera el Cuerpo Académico de Partículas y Cosmología de la Unison

Por Imanol Caneyada

El estereotipo de un científico, tanto en México como en el extranjero, corresponde a las siguientes señas: hombre blanco perteneciente a la clase media, media alta. Por lo tanto, en la comunidad de las ciencias exactas es difícil encontrar a una mujer, a un miembro de algún grupo indígena o a una persona proveniente de los estratos más pobres de la sociedad.

La doctora en física María Elena Tejeda Yeomans se atrevió a romper con el estereotipo y hace ya más de dos décadas decidió estudiar en la Universidad de Sonora una carrera que “no era para mujeres”: física.

Después se atrevió a incursionar en el campo aún más elitista de la física teórica, concretamente en la física nuclear.

En la actualidad es una de las escasas veinte mujeres investigadoras de planta y a tiempo completo que hay en el país en el área de la física de partículas. Es también líder del Cuerpo Académico de Partículas y Cosmología de la misma Unison e integrante de MEXnICA, un grupo de físicos para trabajar en el experimento MPD-NICA del laboratorio JINR en Dubna, Rusia. En dichos experimentos se realizarán colisiones de núcleos de iones pesados para estudiar la materia en condiciones de temperatura y densidad extrema.

En su cubículo, tapizado de fórmulas matemáticas hasta en las ventanas, nos recibe amablemente para saber si, como decía Mafalda, la mujer en la ciencia juega un papel o un trapo.

Reconoce de entrada la urgencia de que la comunidad científica se diversifique, se abra al mundo y refleje lo que es la sociedad actual. Es necesario eliminar ciertos mitos elitistas y promover la presencia de mujeres, indígenas, habitantes de medios rurales en la comunidad científica.

De esta forma, reflexiona la doctora Tejeda, las múltiples visiones que aporta la diversidad puede enriquecer la ciencia y lograr mayores avances. Como nunca antes la idea de que el aspirante a científico tiene que salir al extranjero para enriquecerse está siendo desplazada en la actualidad por esta otra idea de que tu entorno inmediato y tu condición, independientemente de su naturaleza, son los principales elementos para hacer ciencia.

Es apasionada al hablar María Elena e inmersa totalmente en un mundo de fórmulas y ecuaciones que buscan nada menos que clarificar el origen de la materia, del universo. Esta pasión la llevó a terminar una carrera muy dura, que empezaron pocos y finalizaron mucho menos, siendo ella la única mujer en hacerlo.

Según recuerda, ni en el salón de clases durante sus años de estudiante ni en la actualidad con sus colegas científicos mexicanos, sintió o ha sentido algún tipo de discriminación por ser mujer. La valoran y respetan por sus ideas, independientemente de su sexo.

No obstante, subraya, es cuando sales de esta pequeña burbuja altamente especializada que la sociedad pone por delante tu condición de mujer por encima de tu capacidad como científica.

Para ilustrar lo anterior cuenta un par de anécdotas que si no fuera por el humor con que lo hace, sería para frustrar a cualquiera.

La Dra. María Elena Tejeda, es de las pocas expertas en el campo de la investigación en física nuclear en el país.
La Dra. María Elena Tejeda, es de las pocas expertas en el campo de la investigación en física nuclear en el país.

Cuando en 1998 se presentó en la Ciudad de México ante un grupo de sinodales del CONACYT que evaluarían la pertinencia de otorgarle o no una beca para estudiar la maestría y el doctorado en la Universidad de Durham, en Inglaterra, la primera pregunta que le hicieron fue si en ese periodo tenía pensado embarazarse y/o casarse.

Por supuesto que esta pregunta no se la hacían a los hombres.

Posteriormente, ya que concluyó el doctorado en física en dicha universidad, entró como investigadora al Instituto Yang de Física Teórica perteneciente a la Universidad del Estado de Nueva York.

Era la única mujer, y además, mexicana. Cuenta que tiene por costumbre trabajar con la puerta de su cubículo abierta, así que cada vez que llegaba al centro de investigaciones un mensajero de Fedex o DHL o algún colega de otro departamento, la tomaban por “default” por la secretaria, y le dejaban los paquetes y recados correspondientes. Decidió no dar los recados y ocultar los paquetes; con el tiempo, el propio director del proyecto le tuvo que pedir una disculpa por lo sucedido.

Con esto, María Elena insiste en que es la misma sociedad la que te recuerda constantemente que, independientemente de tus ideas y capacidades, eres una mujer con un rol específico.

Sucede en la Unison, en donde, si bien en los salones de clase no percibe un trato discriminatorio hacia las alumnas, en cuanto salen del departamento de física se encuentran con señales que anteponen su condición de mujer a sus ideas y capacidades.

Sucede en el seno de las familias, en las que se disuade a las mujeres de estudiar carreras tradicionalmente asociadas con lo masculino. “Eso mejor se lo dejamos a tu hermano”.

Madre de un niño de siete años, la doctora Tejeda considera urgente desarrollar políticas públicas que apoyen a las científicas en sus periodos de embarazo, pues en esta carrera tan exigente, si haces algún tipo de paréntesis, quedas fuera y difícilmente puedes regresar.

Pero reconoce con cierto optimismo que cada vez hay más mujeres en la ciencia, sin embargo, aún son relegadas a roles de organización y asistencia, pocas son las que tienen la oportunidad de asumir puestos directivos, posiciones de liderazgo.

Explica que, desgraciadamente, en el mundo de la física hay una marcada diferencia entre quienes se dedican a la física teórica y la experimental; los primeros se ven a sí mismos y los ven un escalón más arriba que los segundos; la física experimental se lleva a cabo en el laboratorio, es decir, en la cocina (hace la analogía la doctora), en donde las mujeres son bienvenidas y bien vistas por la comunidad científica, pero hay mucho más reparos cuando se trata de entrar al círculo de los físicos teóricos; de hecho, en todo el país son menos de veinte, ella incluida, las mujeres que investigan a tiempo completo, de base, la física de partículas.

Por todo lo anterior, la doctora María Elena Tejada aprovecha sus horas como docente en el departamento de física para estimular a las alumnas, apoyarlas e impulsar sus carreras, romper estereotipos y poco a poco lograr que la comunidad científica se diversifique, pues en ello está su riqueza.