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Atrapa ludopatía a más sonorenses (Primera Parte)

Casino
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Por Jesús Moreno Valenzuela

La primera vez que entró a un casino nunca supo que esa decisión arrumaría su vida por completo.

“Margarita” —nombre que usaremos para mantener en el anonimato a este testimonio—, es una mujer de 47 años de edad y estuvo al borde de destruir su vida a causa de las apuestas. Perdió tanto dinero que, después prácticamente trabajaba para su vicio, pero no solo eso, derrochó algo más valioso: el tiempo para su familia.

“Margarita” se adentró al mundo de los juegos de azar por una compañera del trabajo que asistía regularmente a los casinos y le platicaba de las ocasiones que llegaba a ganar dinero jugando, a ella esto se le hacía muy bien, pero lo que nunca le platicaba era la otra cara de la moneda, de todo lo que perdía inmiscuida en ese lugar.

El azar, entre sueños y monedas

Un día la acompañó a jugar porque iban a ir varias amigas, pero al final sólo fueron ella y otra compañera, ahí fue cuando se empezó a enamorar de este mundo de los juegos de azar, cayendo en esta silenciosa trampa que la fue atrapando poco a poco, cada que perdía le quedaba una sensación de que a la próxima estaría más cerca de ganar, una sensación que empezaba a ser como droga cautivadora para su cerebro. El juego se convirtió en su prioridad. A la semana le dedicaba unas 40 horas apostando en los casinos, de lunes a domingo sin parar, trabajaba toda la mañana, salía a las 4:00 pm, después se iba a su casa, se cambiaba y se iba al casino hasta las 11:00 de la noche. Los fines de semana no era la excepción, le dedicaba siete horas continuas jugando.

Así narra “Margarita” su experiencia: “llegaba y saludaba algunos amigos que iban mucho más al casino que yo, pedía un café y después me quedaba jugando en las máquinas de precio medio, de esas que le pones de 50 pesos o más, luego me pasaba a las más bajas, a veces me daban ganancias pero terminaba gastándome lo que ganaba y en la mayoría de las veces salía perdiendo”.

“Hoy sí tendré suerte…”

Sus hijos preocupados por ella, al ver cómo su madre invertía, tiempo, dinero y esfuerzo, cómo este vicio la iba cambiando, como poco a poco su madre se iba desgastando por tanto jugar, decidieron hablar con ella.

Su hija mayor se acercó un día y le preguntó: “¿Qué tanto haces dentro del casino?”. Fue ahí cuando ella le reveló cómo pasaba el tiempo entre apuestas. Aunque al principio evadía verlo como enfermedad.

Días después sus otros dos hijos hablaron con ella para que buscara un psicólogo porque viendo como afectaba su vida pensaban que este ya era un problema.

Hoy Margarita está en proceso de recuperación gracias a que aceptó buscar ayuda. Está consciente de su problema, evita tocar temas relacionados con los casinos o juegos de esa naturaleza ya que pudiera tener una recaída.

Buscando puerta de salida

Ella logró salir de ese ambiente perverso, desgastante, abrumador y no quisiera que nadie lo viviera.

“A las personas que sufren de ludopatía mi consejo es que se dejen ayudar, hay  mejores cosas qué hacer que pasar toda una vida encerrados en un casino. La soledad es muy fuerte y se entiende, pero no es motivo para arruinar tu vida”, recomendó.

Los casinos son lugares aparentemente muy atractivos, cuando los miras de lejos con esas luces brillantes, los colores, la música, la comida, los tratos amables, y con la posibilidad de estar con “suerte” y poder ganar un poco de dinero, todo eso resulta algo superficialmente agradable, pero realmente poco a poco se va acabando.

En las grandes ciudades por lo regular hay un lugar así, pero ¿a qué grado nos beneficia cómo sociedad? Tan solo en Hermosillo ya existen 12 casinos, es la tercera ciudad con más salas, al igual que Monterrey, le sigue Mexicali con 14 y Tijuana con 19, según datos de la Asociación de Permisionarios de casinos (AIEJA).

¿A qué grado nos afecta la ludopatía?

Sergio Oliver Burruel, psicólogo y docente de la Universidad de Sonora, quien cuenta con un doctorado y especialidad en adicciones platica que la ludopatía es un trastorno obsesivo compulsivo orientado al comportamiento del juego de manera descontrolada, se le ubica como adicción psicológica, ya que no es sustancia química.

Sergio Oliver Burruel, psicólogo y docente de la Universidad de Sonora.

Y refiere que el abuso de las apuestas se va convirtiendo en una adicción como cualquier otra droga, que consiste en la búsqueda del placer y sensaciones, que en la mayoría de los casos son motivados como fugas para no enfrentar la realidad.

Empiezan primero por el uso de estas máquinas para distraerse y divertirse, pero se va convirtiendo en un problema cuando se abusa de ello, pasando finalmente a la dependencia donde no puedes vivir sin asistir a los casinos.

Asimismo, ilustró que las familias son las que conforman a una sociedad, y si un integrante sufre del vicio de la ludopatía puede afectarla. “Para una familia, entendiendo al linaje como sistema social, está claro que al alterarse uno de sus miembros, este repercute en todo el sistema. Se manifiestan conductas disfuncionales incluyendo la violencia verbal y física, y sobre todo afectarse a uno mismo como persona, quedando en la ruina, divorcios, cárcel y de más problemas hasta llegar al grado del suicidio”.

Una llamada puede hacer la diferencia

Ray Hernández es jugador compulsivo en recuperación, tiene cuatro años y medio en sobriedad. Actualmente se dedica a pasar el mensaje a aquellos que son afectados por esta enfermedad, su labor es orientar vía telefónica a quienes ocupen ayuda, el forma parte de la agrupación nacional de Jugadores Anónimos de México célula Ciudad de México.

“Aquí se trabaja como los grupos de doble A con la misma literatura en el grupo, se maneja como cualquier adicción para el ser humano, la ludopatía es el vicio, cuando hay ansiedad de emociones”.

Aclaró que el que inició todo esto fueron los grupos de doble A, porque este problema se ve como una adicción, los narcóticos y neuróticos también la usan, así es como se dan cuenta del problema que tiene el paciente ya sea sustancia química o de juego. Las terapias que ellos ofrecen son servicios de psicólogos, psiquiatras que van funcionando porque van llegando varios adictos al juego y en conjunto se ayudan, existe esa comprensión que ayuda a mitigar este problema.

En esa comunidad han pasado diversos casos fuertes, según recuerda: “En una ocasión un cuate que es adicto a las apuestas llegó en plena madrugada a su casa, eran las 5:00am y le dice a su esposa que rápido agarrara una maleta y guardaran todas sus pertenencias porque acababa de perder la casa apostando”.

Actualmente dicha organización cuenta presencia en 15 estados de la República y en las ciudades grandes con más de un centro de ayuda que brinda estos servicios.

La pérdida siempre va acompañada

Manuel Rendón Ortega, sociólogo, con maestría en innovación educativa por la Universidad de Sonora comenta que es complicado ganarse la vida con las apuestas. “Vivir en la incertidumbre, el azar y las posibilidades, configuran a una persona que se encuentra en constante riesgo de ser víctima de sus propios problemas generados alrededor del juego. Si alguien está más preocupado por pagar sus deudas de juego que por sus problemas cotidianos, pone en riesgo a toda persona que lo rodea”.

Manuel Rendón Ortega, Sociólogo.

El especialista explica que el vicio del juego va más allá del ludópata.

“Gente estafada, víctima de robo, chantajeada, amenazada, agredida, etc., el problema radica más en las personas que rodean al ludópata, ya que su condición de poner en la mesa toda para ganar o perder, convierte en víctimas a sus más conocidos amigos, sus familiares o desconocidos”.

Desde el punto de vista sociológico, el maestro señaló que pensar en las afectaciones de las apuestas puede referirse a los problemas cotidianos cómo pagar deudas de casa, servicios, comida, incluso gastos de la escuela, y demás, con el agravante de las apuestas, que lo ponen en constante incertidumbre y en condiciones de salirse con la suya o terminar en condiciones precarias.

“La gente apuesta todos los días, toma decisiones en función de costumbres o normalidades que permiten mantener una seguridad en términos sociales, donde se sabe que no tendrá ninguna repercusión, castigo o coacción. Sin embargo, una persona con problemas de apuestas, se juega los riesgos de la vida cotidiana más los riesgos de la apuesta de sus bienes o capitales, porque es ahí donde lo hace solo por satisfacer esa necesidad que su cuerpo ha generado de querer seguir jugando, con la idea de que a la próxima sí ganará”, expresó.

Vicio, una raíz venenosa   

Adriana Moreno Valenzuela, Licenciada en Filosofía por la universidad ICES, quien cuenta con una maestría en Educación por Universidad del Valle de México, aborda la problemática desde un punto de vista filosófico.

“En la ética, es donde se ve el tema de los hábitos, un hábito si es bueno se llama virtud, si es malo se llama vicio; un hábito es la repetición de los actos: el hábito bueno engrandece a la persona y el vicio rebaja a la persona, porque pudiendo llegar a ser alguien mejor la bloquea, la apuesta propiamente no está mal, pero si llega a hacerse un vicio el acto de las apuestas, si te vuelves adicto, afecta a la persona, evita que pueda engrandecerse, ser mejor, también afecta a la familia si es que la tiene, y la familia en sí tiene un trabajo, porque ahí directamente afectaría a la sociedad”.

Como hemos visto, los casinos también pueden llegar a afectar a la economía personal, no así a los empresarios del juego. La casa nunca pierde.

Regular casinos… no es tema de interés para diputados

El actual diputado federal Heriberto Aguilar de Morena nos informó que el tema de la regulación de horarios para los casinos en funcionamiento no se encuentra en la agenda legislativa para este periodo. Se debe revisar dado que los horarios de los establecimientos mercantiles es del ámbito local.

Diputado Federal Heriberto Aguilar de Morena

Se le preguntó si se tiene pensado revisar la normatividad para otorgar los permisos para los casinos en México, y agregó: “No hay sistema que se haya retomado en lo que va de la legislatura, por tanto aunque sabemos que ha sido un tema muy recurrente y de impacto, estamos desagregado varios asuntos, pero los casinos no es uno de ellos para este periodo ni el otro”.

Este tema no se ha mencionado en el Congreso. “En caso de retomar el tema, se estará informando, ahora se están engrosando los temas relacionados con el combate a la corrupción y las reformas con temática de participación ciudadana”.

Denuncian casino ante PROFECO

Un asesor de denuncias de PROFECO, delegación Sonora, confirmó a “Primera Plana” que en sus oficinas dieron seguimiento a una queja de un jugador en contra de una sala de juegos.

De acuerdo al funcionario, se trató de un jugador que denunciaba “Casino Imperial”, ubicado por el Luis Encinas 535. Según esta fuente consultada (la cual pidió reservar el nombre), el cliente del casino depositó la cantidad de 20,000 pesos a su tarjeta electrónica para jugar. Momentos después solicitó al casino un rembolso, pero no se le fue otorgado.

Hasta el momento, según explicó el funcionario consultado, esta denuncia sigue en trámite y se está revisando.