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Cuidado con los alimentos ultra procesados

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En el mercado ya hay productos que en sus empaques ya tienen los rombos negros donde se dice que tienen grasas o azúcares en exceso, el problema es que no sabemos interpretarlo

Por Gerardo Moreno

Lo principal para lograr que los niños y niñas consuman alimentos saludables, es inculcar desde casa la buena

Doctora Ana María Calderón de la Barca, especialista en nutrición.

alimentación y buenos hábitos, para contrarrestar la gran cantidad de productos ultra procesados que existen en el mercado, aseguró la Doctora Ana María Calderón de la Barca.

La especialista en ciencias de la salud del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) señaló que no es suficiente solo crear leyes que prohíban la venta de estos productos o que se ponga en su etiqueta el contenido en exceso, sino que debe haber alternativas de alimentación saludable para las familias sonorenses.

“El asunto está, le vamos a quitar a los niños los alimentos procesados, no van a poder comprar procesados, qué les vamos a dar a cambio, qué es lo que les ofrecemos a cambio, qué se sugiere. Yo no he visto que las leyes estas traigan sugerencias de alternativas, verdad, porque los niños se van a quedar ahí sin comer nada”.

La Doctora Calderón de la Barca es licenciada en química de los alimentos, y maestra y doctora en ciencias de la nutrición, es parte de la coordinación de Nutrición del CIAD, donde ha investigado la composición de los alimentos de consumimos en Sonora y el país.

Por esto, dijo que el principal problema ahorita es que muchos de los alimentos que se venden son ultra procesados, donde intervienen procesos químicos para prepararlos agregándoles proteínas, hidrocoloides, endulzantes y demás cosas que no están dentro de la cultura culinaria de nuestro país o región.

“Por ejemplo, nosotros vemos un cereal para el desayuno, y sí sabemos que tiene a lo mejor maíz o que tiene trigo, pero después de eso lo que tiene de maíz y del trigo son partes del maíz y del trigo, y después de eso tiene un montonal de agregados y unos procesamientos, sobre todo, que no están en nuestra costumbre, en nuestra historia culinaria”.

Para darnos una idea de la magnitud de la situación, señaló que la mayoría de las consultas que dan los gastroenterólogos pediatras es por problemas del estómago y una tercera parte del total son por estreñimiento.

“Cuando se les pregunta qué es lo que comen, son solamente alimentos ultra procesados. No es que le doy juguito que dice natural, pero las etiquetas que leemos y los anuncios que escuchamos es súper difícil que si es positivo y que no es negativo”.

Aclaró que los empaques ya tienen el contenido de cada producto, incluso algunos ya tienen los rombos negros donde se dice que tienen grasas o azúcares en exceso, el problema es que no sabemos interpretarlo, saber qué es un exceso.

“Si al niño le damos un dulcecito que tiene azúcares en exceso, pero es uno solo en todo el día o cada dos días, o cada tres días, no pasa nada. El problema es basar toda su dieta en esos productos, su alimentación completa en esos productos… sabemos que por más letreros que tenga, que diga orgánico o natural, y no sé qué más cosas, no va a ser muy sano. Ese es el asunto”.

A un niño se le tienen que dar tres comidas diarias y dos colaciones, es decir, cinco comidas diarias y eso debe ser una dieta bien diseñada y de contenido sano. Por eso, dijo que no está en contra de prohibir la venta, solamente debe ir acompañada de alternativas sanas y eso se está dejando de lado.

“Un chavalo de 17 años ustedes creen que va a acatar esta disposición, va a decir si no me lo venden en la tienda lo compro en otra parte, aunque sea un doble del precio, como la gente que compra los cigarros y el alcohol, aunque le pongan cualquier cosa en el empaque y aunque cuesten mucho”.

Recalcó que es necesario tener buenos hábitos alimenticios y buenos hábitos de vida, donde no solo se realice una buena dieta sino también actividad física. La recomendación es generar buenos hábitos alimenticios, acompañarlos de actividad física y que los padres enseñen con el ejemplo.

“Yo creo que se debe unir las prohibiciones con alternativas con educación, y si trabajar mucho con los padres de familia para que a los niños pequeños les den buenos alimentos y ponerles el ejemplo”.

Hablar con los industriales para que le bajen los químicos en sus alimentos y le quiten los edulcorantes, porque eso es mucho más dañino para la salud.

Además, las autoridades y legisladores deben incluir en sus leyes y programas alternativas de alimentación sana y acciones que generen una cultura saludable en las casas.

Aclaró que en el CIAD se realiza asesoría sobre la buena alimentación y el contenido de los productos ultra procesados y hay un departamento en la Universidad de Sonora donde se enseña a las personas a nutrirse bien.

“Unirnos también para esto, el problema ahorita son los costos, porque los alimentos sanos están muy altos… este es el trimestre con la inflación más alta y es debido y está asociada a frutas y verduras… Entonces hay que buscar alternativas saludables”.