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El fantasma que se niega a dejar de recorrer

“Si la muerte de 49 niños no es suficiente para señalar a los responsables, ¿qué tiene que pasar en este país para que los señalemos?». Ministro Arturo Zaldívar.

Por Héctor Rodríguez Espinoza

I. Encuentro padres–AMLO: En entrevista para la Primera Emisión de Imagen Radio con Pascal Beltrán del Río, Patricia Duarte Franco, integrante del Movimiento 5 junio, se refirió al encuentro: “Fue una reunión muy positiva con respecto a otras que se ha tenido, se dieron muchas propuestas y peticiones que ya se habían hecho y que jamás fueron atendidas y hoy salimos con mayor compromiso, incluso algunas ya se están ejecutando”.

Según Milenio, en entrevista con Azucena Uresti, Patricia Duarte, madre de Andrés Alonso, dijo que en el encuentro se retomaron varios acuerdos que se plantearon en reuniones pasadas. Entre ellos, la homologación de las atenciones y apoyos para los menores que resultaron heridos y la atención en el IMSS, así como dar seguimiento a las denuncias contra funcionarios involucrados en el caso.

“Se va a trabajar para dar un documento jurídico legal que nos garantice la atención, como debe ser, de calidad”, comentó. Dijo que el presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró “muy sensible, receptivo y comprometido con la causa”.

II. República. A partir de la famosa teoría de la división de poderes, de Montesquieu, sujeta a interpretaciones y revisiones propias de la natural evolución tanto de la ciencia política o teoría del estado como de la marcha de los modernos estados democrático constitucionales, se perfiló la república, contrapuesta a la monarquía.

Republicano es el gobierno en el que la jefatura de Estado no es vitalicia, sino de renovación periódica, para lo cual se consulta la voluntad popular.

La separación de Poderes es un elemento esencial de un Estado de Derecho contemporáneo, aquel que está constituido por el pueblo para el Derecho, en el cual la actividad está sometida incondicionalmente al orden jurídico y cada uno de sus actos debe legitimarse por el Derecho.

La concepción individualista liberal dentro de la que nació la separación de poderes se ha transformado radicalmente, pasando de una democracia política a otra social, en la que tal separación ya no es tripartita, sino bipartita: de un lado los poderes políticos, y frente a ellos el poder judicial.

Si aquí y ahora podemos atribuir un sentido a tal separación, lo corresponde al oficio del juez. Ahí donde se plantea la constitucionalidad de las competencias de los poderes políticos, tienen que acudir al juez para que decida.

III. Suprema Corte de Justicia. Por eso fue gratificante la elección del nuevo presidente de la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación, Lic. Arturo Saldívar Lelo de Larrea.

Tres años después de su dictamen sobre la Guardería ABC, volvió a mostrar de qué estaba hecho cuando redactó el proyecto de sentencia de amparo que liberó a Florence Cassez.

Todavía vibra su argumento: “Producto de una escenificación ajena a la realidad se produjo un efecto corruptor en la totalidad del proceso (y) sus resultados.”

La de Florence Cassez fue una sentencia polémica y probablemente mal comprendida por la mayor parte de la opinión pública; no obstante, se trató de una victoria fundamental de la Constitución a favor del debido proceso, así como del derecho a la presunción de inocencia.

Tan llamativo como los dos casos anteriores fue su razonamiento que ofreció, en 2014, para despenalizar el consumo de marihuana. Decidió atacar el corazón mismo de la política prohibicionista porque, según su entendimiento, ésta “limita indebidamente los derechos fundamentales a la identidad…, la propia imagen, el libre desarrollo de la personalidad y la autodeterminación”.

Comenzó en México a modificarse un paradigma que, desde antes de la segunda guerra, imperó en nuestro país para permitir que el gobierno interviniera en la soberanía del individuo cuando éste decide consumir sustancias que alteran su conciencia.

IV. Un brilloso botón de muestra. Lo retrata, ante la faz de la sociedad mexicana.

En Justicia radical, Víctor Fuentes (Cd. de México, 03 enero 2019) publicó que Arturo Zaldívar no llevaba ni siete meses como Ministro de la Suprema Corte de Justicia cuando lanzó el primero de los muchos golpes que, durante nueve años, le ha asestado a las prácticas y creencias tradicionales del Poder Judicial de la Federación.

Zaldívar, por la tragedia de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, en un dictamen de 370 hojas, propuso que constituyeron violaciones graves a los derechos humanos y a las garantías individuales. Murieron 49 niños, 80 heridos y algunos de estos lisiados. Por ello, debían ser señalados como responsables, así fuera de manera simbólica, el entonces Secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar, y su sucesor como Director General del IMSS, Daniel Karam, además del ex Gobernador de Sonora, Eduardo Bours y el Ayuntamiento de Hermosillo.

El Gobierno de Felipe Calderón había cabildeado durante meses, primero para averiguar el sentido del proyecto de Zaldívar sobre el caso, y luego para tratar de frenarlo, asombrado por la actitud rijosa de un Ministro al que esa misma administración había enviado a la Corte.

“Es momento de que esta Corte envíe un mensaje claro a la sociedad de que nuestro país debe dejar de ser un lugar en el que todo pasa, y no pasa nada, en el que suceden cosas muy graves y no hay consecuencias. Si la muerte de 49 niños no es suficiente para señalar a los responsables, ¿qué tiene que pasar en este país para que los señalemos?”, dijo Zaldívar, al defender su proyecto. Los ministros que votaron a favor son Arturo Zaldívar, Olga Sánchez Cordero y Juan N. Silva.

Al final, seis de los once ministros rechazaron condenar a los altos funcionarios. El ministro presidente, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Sergio Aguirre Anguiano, José Ramón Cossío, Margarita Luna Ramos, Fernando Franco, José de Jesús Gudiño Pelayo, Luis María Aguilar y Sergio Valls votaron por que la SCJN no responsabilice a los funcionarios involucrados en la tragedia. Pero Zaldívar pintó su raya y nunca se ha movido de ella.

Tal vez porque nunca trabajó en el Poder Judicial, donde la mente tiene que estar sometida a los usos y costumbres que forjaron a otros ministros en juzgados y tribunales, Zaldívar ha preferido una y otra vez el tratamiento de shock para mover a la Corte.

Eso quiere decir que, con frecuencia, lo que dice la ley o incluso la Constitución no es tan importante para el Ministro, sino lograr su objetivo y hacer lo que él ve como más justo.

Con esa filosofía, fue Zaldívar quien aplicó la doctrina del “fruto del árbol envenenado” para elaborar el proyecto que resultó en la liberación de Florence Cassez, la ciudadana francesa acusada de secuestro, que técnicamente no fue absuelta por la Corte, pero sí fue puesta en un avión de regreso a su país, porque su caso fue viciado por la exhibición de ¡un montaje televisivo del momento (posterior) al de su captura!

También fue Zaldívar el que, en 2015, propuso declarar inconstitucional la prohibición del consumo de la mariguana. Encontró, en alguna parte de la Constitución, que el libre desarrollo a la personalidad permite experimentar con ese narcótico para fines recreativos, y la mayoría de sus colegas de la Primera Sala estuvo de acuerdo.

Este estilo radical y activista fue el que pareció provocar el choque de personalidades con José Ramón Cossío, quien llevaba seis años como el Ministro de avanzada de la Corte cuando llegó Zaldívar, con la clara intención de rebasarlo. Ambos ya están fuera de la Primera Sala (Cossío retirado), cuyos criterios futuros son una de las incógnitas que deja esta elección.

Zaldívar llega a la presidencia de la Corte con una evidente buena relación con elementos clave del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador: la Ministra en retiro y Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, su aliada en casos como el de Cassez y la Secretaria de la Función Pública, Eréndira Sandoval.

Sin embargo, la idea de que Zaldívar será dócil a las exigencias de la Cuarta Transformación parece desconocer su historial como Ministro, y el compromiso que enfrenta de ganarse la confianza de muchos de los mil 502 jueces federales que, por ahora, lo ven como un extranjero que amenaza a la gran familia judicial.

¡Sea bienvenido, a encabezar la impartición de la justicia nacional, el presidente Arturo Saldívar!