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Elda Molina, el valor de atreverse y soñar

“Mientras los hogares nos siguen necesitando, también la vida productiva del país nos necesita, es una dualidad que tenemos que vivir con ella”

 

Por Rigo Gutiérrez E.

Un aire de frescura, innovación y entusiasmo se respira en los pasillos de las modernas instalaciones de Televisa Hermosillo. La luz de la mañana se filtra desde lo alto de los ventanales bañando el interior. Paredes de cristales dividen las distintas áreas, como ventas, directivos, y hacia abajo se extiende una ordenada redacción con escritorios y computadoras que parecieran recién desempacados. Más al fondo se ven los cubículos de producción con enormes pantallas en las paredes, consolas y cronómetros con dígitos en rojo corriendo (el programa “La Tatahuila” está al aire).

“El ejemplo de una madre honesta y trabajadora, que nunca se rinde ni pierde la fe, es el mayor aprendizaje para una mujer”, subraya la recién nombrada directora de Televisa Hermosillo.
“El ejemplo de una madre honesta y trabajadora, que nunca se rinde ni pierde la fe, es el mayor aprendizaje para una mujer”, subraya la recién nombrada directora de Televisa Hermosillo.

Hace dos años inauguraron este edificio ubicado por el Boulevard Morelos final, y hace un par de semanas estrenaron directora general: Elda Molina Yépiz. La única mujer con ese cargo en toda la región.

Después de veinte años de carrera profesional, Molina Yépiz regresa a sus orígenes, vuelve a la empresa donde inició como practicante. “El puesto que tengo hoy es un sueño hecho realidad, un sueño que tengo desde niña”, confiesa Elda sonriente en entrevista para Primera Plana. Aunque como precisa, esa es la parte románica.

Originaria de Navojoa, Sonora, su familia siempre ha sido un motor fundamental. Los aprendizajes de su padre, el ejemplo de su mamá, sus dos hijos Andrea y Álvaro; el respeto y responsabilidad en los equipos donde ha laborado, esta combinación le han dado el empuje diario. “No me rindo fácil”, sostiene con firmeza Elda.

A continuación la charla completa:

Si nos pudieras platicar ¿cuándo y cómo es que decidiste te dedicarías a ejercer periodismo?

Mis primeros recuerdos se remontan a cuando tenía 10 años. Mi papá (que en paz descanse) era una persona muy informada. Era abogado, maestro de inglés, tenía carrera en lingüística. Por ese entonces comenzó CNN Español. Él me decía: “tu algún día vas a trabajar en CNN”. Definitivamente eso influyó en mi formación.

Me hablaba de la Guerra del Golfo, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Cristera, del baby boom, aprendizajes que hicieron abrirme mi mundo y me dejó la inquietud de estar informada. Poco a poco fui delimitando lo que quería hacer. Soy una persona muy inquieta y curiosa, me gusta estar descubriendo qué pasa y cómo.

Fui una adolescente muy creativa, crecí en Navojoa y cuando nadie tenía una cámara de video, mi papá tuvo la primera. No me la prestaba, era un aparato grandote, entonces agarraba la cámara a escondidas y junto con mis amigas nos grabábamos. Una vez en la secundaria, nos fuimos a Álamos hicimos películas, spots, talk shows. Siempre tuve esa inquietud de producir televisión.

Tenía claro lo que quería estudiar, en Navojoa no estaba la opción y decidí buscar una beca y me fui a estudiar a la Universidad de Monterrey en la Licenciatura en Ciencias de la Información y Comunicación.

Desde que empecé la universidad tuve mi primer programa de radio. Antes de graduarme tenía un noticiero en Televisa y ahí comienza la historia. Fue muy curioso, no había vacantes y me dejaron practicar y ahí fue donde me enamoré de esta carrera.

Comencé con notas, cortes informativos, hasta que un buen día se abrió una vacante en un espacio Imagen del Mundo con Gregorio Martínez, quien me ayudó mucho. Profesionalmente hablando comencé en Televisa hace 20 años.

A los 21 años ya tenía mi espacio propio, era titular de Info7 en TV Azteca Noroeste, en Monterrey, y empecé a ser corresponsal de Hechos, empecé a escribir, producir, coordinar reportajes, estuve unos años y me regreso a Sonora porque me casé y estuve en Telemax; después regreso a Milenio; y de vuelta a Sonora a Comunicación Social con la gobernadora Pavlovich, aparece esta oportunidad de Televisa y la verdad fue muy buena la experiencia y tenía que regresar a lo mío. No sé si Dios me da lo que merezco pero sí me da lo que necesito y aquí estoy.

En tus años de trayectoria periodística ¿cuál ha sido la experiencia que más te ha marcado, la más enriquecedora?

Hay muchas anécdotas y experiencias, pero la que más me ha marca es una. Cuando estaba en TV Azteca, mi papá estaba muy grave (un cáncer). Él me veía todos los días a las cinco de la mañana, tiempo de Navojoa, yo salía al aire a las seis de la mañana (tiempo de México) como corresponsal en el noticiero de Hechos con Ana María Lomelí y Ramón Fregoso. Una vez, me habla mi mamá y me dice: te tienes que venir a Navojoa, traigan ropa negra porque creo que tu papá no pasa este fin de semana, nos dicen los doctores… Entonces sin decir nada me voy a Navojoa. Y sí, en efecto mi papá estaba muy grave y me dice: “¿qué estás haciendo aquí?”. Pues te vine a ver…

Me dijo: “No, no, tú tienes un trabajo y una responsabilidad, tienes un trabajo de estar todos los días y a una misma hora, porque la audiencia no tiene la culpa de tu vida personal. Yo no me voy a morir, ahorita estoy mal, pero por favor “Chiquis” —nombre de cariño en su familia— regrésate a tu trabajo”.

La persona que quiere ser exitosa en cualquier profesión, tienes que amarla como a ti mismo y respetar a la gente que está a tu alrededor, los que trabajan contigo, los que creen lo que estás informando. Ese momento se me quedó muy marcado.

Mi papá era un hombre muy inteligente sabía que tenía que educar diferente al hombre y a la mujer, a mí nunca me enseñaron que por ser mujer no iba a trabajar o estudiar, nunca vi esa diferencia. Desde chica sabía que tenía que salir a delante, estudiar y trabajar por mi casa, seguimos siendo una familia que tenemos una vida sencilla y entre todos nos ayudamos, mi hermana Inés la mayor, Manuel, y yo la más chica.

Por el hecho de ser una mujer ¿cuál consideras que ha sido el principal obstáculo al que te has enfrentado en el mundo de los medios de comunicación?

Elda Molina con equipo de producción del programa matutino “La Tatahuila”.
Elda Molina con equipo de producción del programa matutino “La Tatahuila”.

Sí por supuesto, y por ser mujer, porque eres foránea, claro. Sin duda, todavía en estos tiempos, es ir cuesta arriba.

Lo que me costó en un principio fue luchar por ganarme puestos directivos, porque trabajo en un medio muy competido, donde hay muchas personas, mujeres que tienen talento y aptitudes, pero no nada más en esta industria sino todas la industrias en este país siguen siendo un mundo de hombres principalmente y ganarte el respeto y volteen a ver y valoren trabajo es algo que vas ganando con el tiempo.

Hoy conservo amistad con el primer jefe que tuve en Televisa hace 20 años, ahora es mi jefe. El jefe que tuve después en TV Azteca hasta el día hoy es uno de mis mejores amigos. Es ir construyendo y abrir brecha.

Hoy es mucho más fácil considerar a un puesto directivo una mujer, pero aún falta camino por recorrer. Si nos ponemos hacer un balance es un reto muy fuerte porque las mujeres que alcanzamos un puesto directivo tenemos la responsabilidad moral de ayudar a otras mujeres para que lleguen a puestos directivos, porque no nada más significa un mejor sueldo para una persona, sino un nuevo paradigma para la sociedad en general.

Es un reto bien fuerte, porque mientras los hogares nos siguen necesitando, también la vida productiva del país nos necesita, es una dualidad que tenemos que vivir con ella. Nos necesitan en la casa, pero también en la vida productiva del país que está en crisis económica, sociales, de liderazgo, crisis generalizada en donde la mujer tiene un papel muy importante.

¿Cuál consideras que sean tus principales valores o motivaciones para mantenerte en esta ajetreada profesión?

Te puedo mencionar uno: no me rindo fácil. No me dan miedo las crisis, no me da miedo equivocarme, no me da miedo pedir por favor, decir gracias. Creo que los valores importantes para que te abran las puertas uno es ese, el valor de atreverte. No decir este es un puesto para hombre, es decir, quitarte todas esas telarañas mentales que no llevan a ningún lado.

Por otra parte, aunque siempre he trabajado en un mundo de hombres, nunca he querido ser como un hombre, siempre he querido conservar mi naturaleza como mujer, pero sí entender y aprender a pensar como un hombre te sirve.

La parte romántica de esto es no dejar de soñar. El puesto que tengo hoy es un sueño hecho realidad, un sueño que tengo desde niña; quizá pudo haber llegado después o quizá antes de lo que pensé, pero llegó. Mientras no dejes de soñar y tener los ideales, tarde o temprano la vida te da lo que necesitas.

El ejemplo de una madre honesta y trabajadora, que nunca se rinde ni pierde la fe, es el mayor aprendizaje para una mujer. En ese sentido yo he tenido a la mejor.

Eres la primera directora de un medio de comunicación tan importante como es Televisa en Sonora. ¿Qué significa para ti y a qué retos te lleva esta responsabilidad?

Es una carga importante porque tienes el foco encima, te ve la sociedad, la gente que depende de ti, están atentos a qué estás haciendo, qué sucede, puede ser parte de romper paradigma, de una clase empresarial que está cambiando.

Para mi significa un reto porque en la medida de que responda y haga un trabajo bien hecho, responsable, honesto y que logre transformar al medio, que tanto lo necesita, seguramente no nada más para Elda Molina va a ser de beneficio, sino para todas las mujeres que están buscando tener un puesto clave en las empresas, instituciones, gobiernos, política. Estoy muy consciente de la responsabilidad que tengo. Sé que estamos muchas mujeres en el foco.

Es un proyecto de vida en el cual tengo oportunidad de demostrar no nada más que sí podemos, sino para seguir dando el ejemplo a mis hijos que al final de cuentas es el motor que me despierta todos los días, es mi legado lo que le voy a dejar a mis dos niños Andrea y Álvaro. Para mí no hay nada más importante que ellos me digan estoy orgullosa de ti mamá y para eso trabajo todos los días yo, como millones de mexicanas.

Finalmente ¿qué recomendaciones le darías a otras mujeres periodistas o comunicadoras?

Aquí lo importante es más de fondo que de forma. Que se den su lugar, que busquen su lugar. Para desarrollarnos en este ambiente se necesita valor, decir las reglas básicas de la vida, pedir por favor, dar las gracias, pedir una oportunidad, son cosas sencillas y esperar sin prisa pero sin pausa a la primera oportunidad para ascender. Si uno no tiene muy claro lo que quieres en la vida, es muy difícil que tengas las oportunidades.

Siempre quise dirigir una televisora y fui encaminando mi vida a ello y es chistoso lo que sucede, porque cuando tienes claro lo que quieres, las oportunidades se te abren solas. Pero la mayoría de las veces creemos que no podemos; el mayor consejo es tener el valor y seguir todos los días. No darse por vencidas.