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La 4 carriles ni tan tan, ni muy muy

La obra va muy avanzada y aunque en pérdidas personales ha sido onerosa, la seguridad que brindará una vez concluida que reducirá el índice de accidentes

Por Feliciano J. Espriella

El pasado sábado tuvimos necesidad de transitar por la carretera de 4 carriles hacia el norte. Mucha de la gente que tuvo conocimiento de que haríamos ese viaje nos había alertado del mal estado en que se encuentra con comentarios verdaderamente alarmantes.

Le verdad es que la mayoría de ellos fueron sumamente exagerados. Es cierto de que hay una gran cantidad de tramos en reparación en los que se transita en doble circulación, igual que en el 95 por ciento de la red estatal.

En lo personal me parece que hace falta colocar más señalamientos en algunas de las desviaciones, que no son tales en el sentido estricto de la palabra, pues no implican dejar la carretera para continuar por una brecha, sino moverse de un cuerpo al otro.

Sin embargo, ello no creo que redujera el número de accidentes fatales. Estos se producen por la imprudencia de algunos conductores que no acatan las indicaciones de no rebasar y sobre todo los límites de velocidad. De hecho en un par de ocasiones fuimos rebasados de manera muy imprudente y a una velocidad superior incluso a los límites permitidos en situación normal.

El viaje lo hicimos hasta Los Ángeles, California, y en algunos tramos de la interestatal 10 después de Phoenix se realizan también algunas obras. Allí sí abundan los señalamientos previos y en los tramos en reparación, pero aunque muchos de los automovilistas exceden los límites de velocidad que fluctúan entre los 30 y 55 millas, los excesos suelen ser moderados.

Por otra parte, los tramos de nuestra carretera en los que ya se concluyó la ampliación son en verdad excelentes, la convierten ahora sí, en la autopista que nunca hemos tenido. La obra sí ha costado muchas pérdidas de vidas y bienes materiales, pero me parece injusto culpar de ellos sólo a la dependencia que la realiza. Si todos quienes han sufrido algún accidente hubieran observado las indicaciones, estoy seguro de que hubieran sido mínimos.

En fin, la obra va muy avanzada y aunque en pérdidas personales ha sido onerosa, la seguridad que brindará una vez concluida que reducirá el índice de accidentes, deberá compensar con el tiempo el costo actual.

México en vías de venezolización

Lo que está sucediendo en Venezuela debiera servir a la clase élites económicas y políticas mexicanas para que pusieran, como dice el dicho, sus barbas a remojar. Nicolás Maduro está a punto de convertirse en un dictador con más poder y control político del que llegó a tener el extinto Hugo Chávez.

En virtud de que las comunicaciones en la actualidad permiten conocer los acontecimientos en cualquier parte del mundo en cuestión de segundos, en nuestro país mucha gente tiene conocimiento de lo que está sucediendo en Venezuela y la actual dictadura que la gobierna. Sin embargo pocos saben cómo y porqué se originó.

El actual sistema de gobierno venezolano fue instaurado por Hugo Rafael Chávez Frías, mejor conocido como Hugo Chávez, quien algunas semanas antes de su fallecimiento designó a Nicolás Maduro Moros como su sucesor.

A diferencia de la mayoría de los dictadores que han existido en Latinoamérica, Hugo Chávez no llegó al poder por medio de un golpe de estado. Fue electo presidente de la presidente de la República Bolivariana de Venezuela el 2 de febrero de 1999 y permaneció en el poder hasta su fallecimiento en el año 2013. Había intentado un golpe de estado en 1992 pero fue derrotado y encarcelado durante dos años.

Anteriormente a Hugo Chávez Venezuela vivía una situación muy similar a la que actualmente tenemos en México. El poder económico y político concentrado en unas cuantas familias con grados de corrupción e impunidad que llegaron a niveles inimaginables. La democracia, como sucede actualmente en nuestro país, sólo existía en el discurso oficial.

Si analizamos nuestra situación en la que recientemente se dio a conocer que el 48 por ciento de los ingresos va a dar a los bolsillos del uno por ciento de la población, que más de la mitad de los mexicanos son pobres y un alto porcentaje se encuentran literalmente inmersos en la miseria, luego le añadimos los procesos electorales recientes en los que cuando menos en dos entidades del país fueron elecciones de estado y que son un preludio de lo que veremos en el 2018, llegaremos a la conclusión de que somos un espejo de la Venezuela de fines de los 90s.

Allá también como aquí, fue dilapidada la riqueza petrolera.

En resumidas cuentas, si Enrique Ochoa Reza y Ricardo Anaya Cortés, quienes llenan los espacios electrónicos con advertencias del peligro que representa Andrés Manuel López Obrador quieren evitar que el año próximo éste llegue a la presidencia de la república, no lo van a lograr sólo denostándolo.

Necesitan que desde Los Pinos y las entidades que gobiernan, empiece a cambiar radicalmente la situación económica, política y social de sus gobernados, y más difícil aún, que la población se los crea.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.