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Las claves de Morena y los partidos en Sonora

Lo que está sucediendo ahora en Sonora con los gobiernos de Morena es inédito. Dice Jorge Zepeda Patterson que los de Morena “están consumiendo con alarmante celeridad el entusiasmo que genera el triunfo”

Por Bulmaro Pacheco

En el pasado, las críticas a los gobiernos de alternancia eran tomadas como “resistencias” de aquellos que –decían– no se resignaban a haber perdido el poder. Resistían, les restregaban a cada rato, porque extrañaban las comodidades y los privilegios que disfrutaron mientras gobernaron y, ante las alternancias, resistían con una variedad de estrategias, queriendo sabotear a los que llegaron a sustituirlos. ¿Verdad o mentira? La realidad es que la lucha por el poder da para todo.

Vicente Fox por algún tiempo adjetivó como “freno al cambio” a quienes desde un principio le señalaron sus frivolidades y ligerezas en materia de gobierno, en lugar de cumplir con la promesa del cambio a quienes confiaron en su propuesta para sacar al PRI de Los Pinos en el 2000.

Fox creyó que nada más por haber ganado la Presidencia ya todos los astros se le iban a alinear, y el primer error garrafal que cometió fue el marginar al PAN de su equipo de trabajo y refugiarse equivocadamente en los llamados “head hunters” para armar su gabinete que, al final, resultaron auténticos representantes de los grupos de poder, que buscaron reorientar ideológicamente la conducción del gobierno federal hacia la recuperación de posiciones ideológicas y de poder perdidas tiempo atrás. Así gobernaron por ejemplo, representantes de la Coparmex y de empresas trasnacionales como Gillette y Dupont, entre otros. El modelo de Fox hizo crisis y el cambio prometido se frustró.

Felipe Calderón quiso adelantarse a sus críticos y trató de colonizar la administración pública federal con puro panista. No quería saber nada de priistas en responsabilidades de gobierno, y aun cuando llegó al poder con el apoyo de varios gobernadores del PRI, a los que les prometió respetarles su opinión en la designación de los delegados federales, nunca lo hizo. Con el tiempo los gobernadores se enteraban de los nombramientos de delegados a través de los medios de comunicación; ni siquiera tuvo la cortesía de avisarles previamente.

Calderón tejió redes y alianzas para desalojar también al PRI de varios gobiernos estatales. Para ello armó alianzas impensables con el PRD, sedujo a priistas inconformes y uso agresivas campañas de desprestigio contra personajes previamente escogidos en medios de comunicación, utilizando la información confidencial del gobierno en materia financiera y política contra sus adversarios (Humberto Moreira), y así el PAN avanzó en estados que el PRI nunca había perdido como Puebla, Sonora, Sinaloa y Oaxaca, entre otros.

Guillermo Padrés también señalaba frecuentemente a sus críticos como “enemigos del progreso” y llegó al extremo de calificarlos de “mal nacidos”, en aquella famosa crisis del 2011 cuando el Congreso local no le aprobó el proyecto presupuestal del 2012 y el Estado tuvo que conducirse –bajo la reconducción presupuestal– con el presupuesto del 2011. Esa crisis amainó hasta el mes de agosto del 2012 cuando el PANAL se alineó con el Gobierno panista y se pudo destrabar el pendiente financiero que existía en la administración.

Lo que está sucediendo ahora en Sonora con los gobiernos de Morena es inédito. Dice Jorge Zepeda Patterson que los de Morena “están consumiendo con alarmante celeridad el entusiasmo que genera el triunfo”. Y tiene razón. Desde luego que no se le puede aplicar el mismo rasero a todos sus representantes populares, porque hay una variada mezcla de vocaciones, historias, militancias y antecedentes sociales y políticos, lo que obliga a analizar –para no perderse en generalizaciones– caso por caso, ante la irrupción con mucha fuerza de un partido político de nuevo cuño que despertó expectativas en el escenario político local.

Por eso y más allá de que a los críticos de Morena se les moteje con la frase de que “no se resignan haber perdido” o “no han terminado de digerir lo que realmente pasó el 1 de julio”, más vale ratificarles que la crítica es y ha sido pareja, que ellos llegaron al poder ejerciéndola sin piedad contra sus adversarios y que el mejor apoyo que puede proporcionárseles es precisamente la crítica y los señalamientos sobre todas las pifias que pueden cometer, sea por inexperiencia o por una interpretación errónea de la realidad, como son los señalados casos de nepotismo en que han incurrido algunas de sus autoridades municipales.

Comparado con su incursión electoral del 2015, cuando Morena apenas logró 28,694 votos en la elección de gobernador, 27,008 para los ayuntamientos (357,600 en 2018) y 33,757 para diputados locales (434,385 en 2018), el partido cuenta ahora con la mayoría de las posiciones legislativas en la entidad: Ganó las dos senadurías, las siete diputaciones federales, en alianza con el PT y el PES, 21 diputaciones locales y una de representación proporcional.

Del total de las 504 regidurías que integran los ayuntamientos de Sonora, Morena cuenta con 159, el PRI 152 y el PAN 90. Las otras 63 se reparten entre el resto de los partidos, los indígenas e independiente.

Cuenta Morena además con 18 ayuntamientos –los más poblados– y con una asignación presupuestal de 32.4 millones de pesos para el 2019 de parte del Instituto Estatal Electoral. Partidos como el PRI, el PAN, Movimiento Ciudadano y el PRD apenas alcanzarán 25.3, 20.9, 10.03 y 6.8. Por primera vez en la historia electoral sonorense partidos como el PT (7.7) y el Verde ecologista (7.6) tendrán mayor financiamiento que el PRD.

¿Qué hacer con todo ese poder?

Para entender lo que puede suceder en el futuro inmediato, hay que visualizar varias cosas:

1.- La composición política de los representantes populares de Morena es variada; no provienen de una sola formación política sino de varias. Hay ex panistas, ex perredistas, ex priistas y un “ex” de una diversidad de corrientes y formaciones políticas locales sin ideología definida.

2.- Hay posiciones políticas importantes ganadas por personajes que en anteriores procesos electorales figuraron como candidatos del PAN (Hermosillo, Navojoa, Etchojoa, por ejemplo). Célida López era diputada local del PAN al momento de lograr la candidatura municipal. Rosario Quintero fue candidata a diputada federal por el PAN en 2006 y formó parte de gobiernos municipales de Álamos y Navojoa de Acción Nacional hasta 2017. Jesús Tadeo Mendívil Valenzuela fue hace tres años candidato a la municipal de Etchojoa por el PAN y Flora Lina Mungarro de Benito Juárez desarrolló trabajo social comunitario en el PRD. Tampoco militaban en Morena los candidatos ganadores en Nogales, Caborca y San Luis RC.

En Cajeme, Sergio Pablo Mariscal, Ingeniero Industrial de profesión con posgrado ganó la alcaldía —27 años después de haber sido por primera vez candidato del PRD en 1991— contra Faustino Félix Escalante. Fue regidor de ese ayuntamiento, dirigente sindical de Telmex, profesor del ITSON, rector del ITESCA, funcionario municipal en gobiernos del PRI y director del Cobach Villa Bonita. A nuestro juicio, el perfil más completo de los candidatos municipales de Morena.

4.- La mayoría ganó por el efecto AMLO. No se tiene otra explicación ante la primera incursión en la política local de varios de ellos, como el boxeador “Siri” Salido o el médico del IMSS Filemón Ortega Quintos.

5.- El PAN llegó al proceso electoral pasado con un exgobernador en la cárcel, un gran desgaste político y muy desorganizado, lo que lo condujo a no ganar ningún distrito local ni federal. De cara al 2021, el PAN no cuenta con candidatos competitivos para el gobierno estatal, a diferencia de otros años. Por ahora cuenta con 11 ayuntamientos y 90 regidurías.

6.- El PRI (36 ayuntamientos y 152 regidurías) se fracturó tanto en el proceso de selección de candidatos al Senado como en municipios importantes –Cajeme, Agua Prieta, Caborca, Guaymas y Puerto Peñasco–, lo que lo llevó al retroceso político en algunas posiciones fuertes y a la pérdida de una buena cantidad de votos. El panorama para el PRI en el 2021 se torna complicado, a menos que encuentre una candidatura que realmente lo unifique y sea competitiva, porque en el 2021 ya no va a aparecer AMLO en la papeleta electoral, de no ser que se les ocurra a los de Morena introducir –de forma inédita– la consulta sobre la revocación de mandato.

7.- El PRD casi desaparece del escenario sonorense, solo ganó la presidencia municipal en Ures, y por primera vez en 27 años no cuenta con presencia en el Congreso local. Por ahora cuenta con 9 regidurías.

8.- Una de las explicaciones que se dan con mayor frecuencia para fundamentar el triunfo de Morena es la del “hartazgo” de la gente sobre las prácticas políticas que ofendieron por años a la gente.

9.- Ahora con la avalancha de prácticas desaseadas en los gobiernos municipales, Morena puede frustrar la posibilidad de que la gente piense que llegaron a promover un cambio o a hacer las cosas en forma distinta.

10.- Es muy temprano para calificar a las nuevas autoridades de Morena en sus nuevas responsabilidades, pero sus primeras acciones no dejan un buen sabor de boca. Tendrán tiempo para rectificar. ¿Lo harán? Zepeda Patterson remata en su análisis: “El problema de contraer deudas es que tarde o temprano se pagan y en ocasiones con intereses prohibitivos”.

 

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