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“Necesitamos confiar en nuestras instituciones”

Entrevista con la Dra. Rosela de Jesús Rendón, primera mujer en presidir la Barra Sonorense de Abogados, desde la fundación de este órgano colegiado.

 

Por Redacción

«No hace la diferencia el que dirija una mujer o un hombre, hace la diferencia el compromiso que uno adquiere», aseguró la Dra. Rosela de Jesús Rendón Rendón, quien desde el pasado 15 de octubre se convirtió en la primera presidenta de la Barra Sonorense de Abogados, desde su fundación en 1946.

En entrevista para el espacio informativo «De Primera Mano», conducido por el periodista Francisco Javier Ruiz Quirrín, habló de la responsabilidad que significa el estar al frente de una organización que ha sido ampliamente reconocida en el transcurso de 73 años de existencia.

Al ser elegida para tomar las riendas de este colegiado, dijo que no implica que sea únicamente un proyecto personal, sino que también se trata del proyecto de la propia organización, y en ese tenor, aseguró, se siente muy honrada de ocupar la presidencia.

 

Primeramente muchas felicidades, tengo entendido que es la primera mujer al frente de la barra sonorense de abogados, finalmente les llegó el tiempo a las mujeres…

Así es, en 73 años de existencia, soy la primera mujer en dirigir la Barra Sonorenses de Abogados. Y es tan emblemático y representativo nuestro gremio, con un gran reconocimiento de la sociedad y de cada uno de sus integrantes, que traigo muchas ganas de seguir trabajando y seguir impulsando el buen nombre de la Barra.

 

¿Los profesionales del derecho y los sonorenses veremos alguna diferencia en esta organización, al estar una mujer al frente?

Mire, no hace la diferencia el que esté una mujer o el que esté un hombre, hace la diferencia el compromiso que adquiere quien ocupe la presidencia de la Barra. A mí me parece eso mucho más importante: que exista un compromiso. Yo lo acepté desde el momento en el que participé en la campaña para ser elegida por el gremio y eso me compromete aún más porque desde la votación, si se elige a mí persona no sólo me comprometo con un proyecto personal, digamos, sino también con el proyecto de la propia organización; y eso es como la piedra del Pípila en la espalda; por qué, porque tengo que dar bien las cuentas, tengo que asumir las responsabilidades que significa estar al frente de una organización tan reconocida como lo es la Barra Sonorense de Abogados.

 

A ver si podemos aterrizar un poco más la idea, Dra., asumir el compromiso y responder a estas responsabilidades ¿Cómo lo pudiéramos esto materializar, cómo lo veríamos?

En nuestro plan de trabajo nosotros marcamos tres líneas de acción. La primera, es continuar con los proyectos de formación o de capacitación continua de nuestros agremiados. Lo segundo, es ser coadyuvante en la mejora en la administración y procuración de justicia, en todos los procesos en los cuales, como abogados, nos vemos involucrados ante estas instancias; porque es parte de nuestra formación profesional. También acudimos a esa responsabilidad de ser colaboradores de los departamentos o de las escuelas de derecho a lo largo del estado, incidiendo de manera importante en ellas, porque en el día a día los abogados profesionales estamos en el pulso de lo que es seguir los procedimientos judiciales, entonces es importante conectar la teoría y la dogmática, con lo que sucede en lo exterior y en los Tribunales.

 

¿Cuándo asumió usted la presidencia de la barra de abogados, doctora, y cuándo concluye? ¿Cabe la posibilidad de una futura reelección?

Yo asumí la presidencia el 15 de octubre de este año, dentro de dos años sería el tiempo en el que tengo que entregar la presidencia a otro consejo. Y no, dentro de los estatutos se establece que no hay reelección.

 

Uno pensaría que dentro de la responsabilidad de la Barra Sonorense de Abogados está también la de pronunciarse sobre ciertas acciones que aparentemente, desde el gobierno, estuviese perjudicando en el equilibrio de poderes ¿No le parece?

Por supuesto que sí, esto es algo inherente a la comunidad que integra la barra de abogados, pero también a la comunidad en general. El hombre y la mujer somos seres políticos por naturaleza, entonces nos atrae esa área de la política; pero cuando la combinamos con el derecho, creo yo que puede salir una mezcla muy importante, una opinión muy poderosa que debería de ser atendida y tomada en cuenta.

 

Como se sabe, el principio de legalidad establece que el servidor público solamente puede hacer aquello que la ley le exprese, pero hay quien establece su criterio personal y deja de lado la ley y es allí cuando nos gustaría ver a una barra sonorense de abogados diciendo: «hey, funcionario público te equivocaste, la ley establece esto y no te puedes salir de este marco jurídico”.

Así es. Nosotros vamos a coadyuvar, no somos el dedo flamígero que va a estar señalando de aquí y allá  a diestra y siniestra. De sobra sabemos que necesitamos mejorar la administración de justicia, necesitamos ampliar más el espectro del acceso de la justicia, pero sobre todo necesitamos tener juzgadores u operadores en el sistema judicial que asuman el compromiso de administrar justicia. Necesitamos confiar en nuestras propias instituciones a partir de reconocerlos y que ellos se reconozcan como entes capaces de mejorar el servicio que están prestando. En eso tenemos que incidir.