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Netflix promueve la ideología de género

“Quien controla los medios, controla la cultura”

—Allen Ginsberg

Por Dr. Jorge Ballesteros

La ideología de género pretende cambiar la sociedad, nuestra cultura, más aún, nuestra civilización, a través de cambios legislativos que redefinan las evidencias antropológicas y biológicas que nos definen como hombre y como mujer, deconstruyendo el sexo y convirtiéndolo en algo sujeto al capricho de cada quien.

Para esto se pone en marcha lo que se llama coloquialmente “el lavado de cerebro colectivo”: se lanzan mantras y propaganda masiva a través de los medios de comunicación, siendo la TV, omnipresente en todos los hogares mexicanos, un instrumento formidable para influir en las mentes de todas las personas, especialmente en los niños y en los adolescentes.

A la hora de introducir una idea e inocularla en el imaginario popular, existen efectivas estrategias de comunicación para impactar en las personas, su propósito es  socavar nuestros intereses nacionales en beneficio de ciertas élites de poder político y económico extranjeras para el control de naciones del planeta mediante la disolución de las sociedades, a través del aniquilamiento de sus costumbres, su moralidad y su cultura.

Recientemente, el canal Netflix ha dado un paso adelante más en su estrategia de apoyo a la corriente mundial de la ideología de género. Cada vez más abundan las series en las que la “ideología de género” se traslada a la pequeña pantalla

Otra crítica a Netflix, es la acusación de sesgo ideológico hacia la izquierda política de las producciones de la plataforma, provocando que el público la mire con desconfianza.

Coincidentemente, el magnate neomarxista, impulsor de la ideología de género, el judío húngaro, George Soros, se ha convertido en uno de los principales accionista de la plataforma Netflix. Soros Fund Management es la empresa privada que gestiona las inversiones y apostó al liderazgo que tiene Netflix en cuanto a series y películas.


La serie animada “Super Drags” hace apología de la homosexualidad y la transexualidad, y luchan contra la maldad “heterosexual” que atenaza al mundo.

Netflix ha comenzado a emitir la serie de animación “Super Drags” que, haciendo abierta apología de la homosexualidad y la transexualidad, propaga una imagen que, pretendiendo ser divertida, narra las aventuras de tres súper héroes drag queens que, según el argumento descrito en varias webs, luchan contra la maldad “heterosexual” que atenaza al mundo.

Los superhéroes con los que se identifican los niños son manipulados para promover la ideología de género, por ejemplo, Netflix acaba de sacar una película de dibujos animados de Batman llamada Bad blood o mala sangre en español, con personajes torvos y oscuros, una madre asesina a uno de sus hijos y trata de matar al otro y mucha violencia y en la que se hace apología del lesbianismo, ya que una de las heroínas, nada menos, que Batichica, sale como lesbiana.

Otra serie para niños, “Los Jóvenes Titanes”, que la convirtieron de serie de dibujos animados, en serie con personas de carne y hueso, es muy oscura, con referencias a satanismo y brujería, los personajes son fenómenos, desadaptados. Robin el compañero de Batman, tiene escenas de sexo con una de los personajes de la serie. Obviamente esta serie, no es recomendable ni para adultos, menos para niños.

Una serie más de Netflix, Sense8, creada por los hermanos Wachowski, que promovía abiertamente la homosexualidad, causó tal repudio entre el público, que  hubo presiones internacionales para que se cancelara.

Por otro lado Star Butterfly es una serie de televisión animada estadounidense producida por Disney Television Animation. Si la serie ya había causado controversia por haber presentado una escena de beso entre personajes del mismo sexo, ahora le toca el turno a una princesa, Turdina, que revela ser un chico.

Así como estos podemos encontrar muchas series, películas, programas de tv, etc. que se enfocan en promocionar todo lo relacionado a la ideología de género como algo normal y necesario en este tiempo. Netflix está repleto de esta temática.

Actualmente no existe una película en TV, Netflix o el cine que no contengan escenas sugerentes o explícitas homosexuales, presentadores “afeminados” o travestis, debido a que los estados han sido “inducidos” a incluir en sus legislaciones el tema de “género” con el objetivo de expandir su doctrina.

La TV tiene un poder manipulador, la fuerza de la imagen permite que todos los mensajes conecten directamente con la mente, con el inconsciente, modifican la percepción de la realidad con elementos audiovisuales y generalmente no se trata de provocar reacciones reflexivas o de producir material con fines artísticos, se trata de vender una realidad que no existe.

La TV está invadida por la ideología de género, principalmente los programas para niños. Por ejemplo la caricatura de Avatar Korra en la última temporada, la protagonista se vuelve lesbiana y en vez de quedarse con Mako se queda con Asami, lo mismo en la serie juvenil de Los 100 que está en Netflix, la protagonista de la noche a la mañana se vuelve lesbiana, también en la nueva película de La Bella y la Bestia el compinche de Gastón es gay, y en la nueva película de los Power Rangers,  la ranger amarilla también es gay, todos ellos son programas dedicados a niños y adolescentes y muchos padres que no tienen ni idea de que ven sus hijos por la TV o internet los dejan verlos sin saber el contenido que manejan.

Es la intención perversa de controlar la mente humana mediante la construcción en la víctima de una realidad impuesta bajo las imágenes de la TV. El lavado de cerebro es producto del pensamiento totalitario que cobró auge a lo largo del siglo pasado, no sólo en lo que concierne a la política o a la economía, sino también en la difusión de una ideología tan corrosiva y nefasta como la de género.

El lavado de cerebro consiste fundamentalmente en la manipulación de la mente de un ser humano con la finalidad de que éste no sólo se comporte en la manera deseada por el manipulador, sino que también piense y sienta lo que éste le impone. Lavarle entonces el cerebro a alguien significa darle forma, moldear, los flujos de información que lo definen en los planos interno y externo, eliminándole la libertad de controlar tales flujos en función de sus propias conveniencias e intereses.

El lavado de cerebro pretende cambiar la situación de equilibrio que en una persona sana codifica su libertad individual a una nueva situación de equilibrio en la que la libertad se transforma en obediencia dócil y además comprometida. Se vacía la mente de los valores tradicionales y creencias religiosas, y se substituyen por nuevos antivalores y una visión artificiosa de la realidad. Es un asalto a la conciencia individual de cada persona con el fin de manipularlo y controlarlo.

Es el momento de levantarnos y denunciar todas aquellas acciones y/o programas, series, películas, etc. que contengan esta ideología o la promuevan. Si no concientizamos sobre esto, si no nos preocupamos por ello y si dejamos que entre a nuestros hogares, estamos de alguna manera favoreciendo al desarrollo de esta ideología perversa, que busca corromper, controlar y destruir a nuestros niños y adolescentes.