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No estamos para defender nuestro huertito: Gómez Morín

Se ha olvidado el sentido de hacer política y la importancia de tener a los de casa en primera fila en el frente de batalla para ser verdadero equilibrio de poder

David Figueroa

A los 78 años de vida de Acción Nacional cruza por una de sus mayores crisis desde su fundación en 1939, no al margen de la crisis partidista en la que ha caído el sistema político mexicano en general.

“La fundación de AN no fue una aventura, fue destino. No fue arrebato de pasión ni interés transitorio; fue precisión de deber y certidumbre de un estilo de vida. Esta institución será huella espiritual indeleble porque no estamos aquí para servir intereses transitorios, ni estamos ni estaremos al servicio de patrones. Somos voluntarios libres sin otro interés que el de servir permanentemente al hombre y a la nación.

…No estamos para cercar y defender nuestro huertito, ni para redondear una capilla de vanidades; estamos para crear y fortalecer una opinión pública iluminada y resuelta para remediar los viejos males dolorosos de México”.

Palabras de don Manuel Gómez Morín durante la celebración del 5to aniversario de fundación del PAN en 1944. Era muy temprano aún para saber que esa lucha fructificaría en la alternancia e innumerables triunfos de libertades para nuestro país.

También era muy temprano aún para vaticinar que lo que se creó y creció con honor, generosidad y sabiduría, no se ha sabido cuidar de la misma manera.

Hoy lejos de sus orígenes sufrimos en una institución que se colapsa ante la ambición de su dirigente nacional que lo ha llevado al límite; también hay que decirlo, como consecuencia de una historia reciente de pragmatismo y atropellos a los derechos de libertad y dignidad en los últimos años.

Aquí mismo en Sonora como en el resto del país hay historias que si no son iguales, se parecen mucho. La crisis que hoy vive AN es consecuencia de lo que no fuimos capaces de parar a tiempo bajo el argumento de “no dañar al partido” y “no crear división”.

Mientras tanto el México de la impunidad y corrupción sigue sin equilibrios que lo detengan. Si este fuera el tema central como debiera ser, las acusaciones internas quedarán en un segundo plano y el PAN estaría haciendo hoy otro tipo de balances llevando a otros a juicio y no a los propios.

Se ha olvidado el sentido de hacer política y la importancia de tener a los de casa en primera fila en el frente de batalla para ser verdadero equilibrio de poder.

Las traiciones no se dan porque se piense distinto unos de otros, sino porque se pasa por encima de los derechos y libertades unos de otros. Porque el poder se aplica sin miramientos y sin respeto.

Sobre todo, cuando la traición es no contra una persona o más, sino contra una institución creada para servir a los ciudadanos.

Nunca debemos olvidar que junto con nuestras razones también están las de los demás.

Es sencillo, ha fallado el diálogo, la capacidad de hacer política, escuchar. Eso que hace a un líder.

Mientras en Acción Nacional sigamos centrando nuestras energías en diferencias internas y exigiendo lealtades personales, en México esperan justicia los cientos de vidas perdidas como las de Tlatlaya, Apatzingán y Ayotzinapa.

Seguimos sin un análisis del 5to año de gobierno de Enrique Peña Nieto (quien con una disculpa libró acusaciones de la casa blanca), mientras tanto el Procurador se da el lujo de esconder su Ferrari…

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico [email protected]; y  en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.

 

*David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.