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Bienvenido el 2018

Los dirigentes del PAN, PRD y MC, formalizaron su solicitud de registro como Frente Ciudadano por México, con carácter “no electoral” ante el INE. ¿Quién de sus connotadas figuras encabezaría la alianza?

Por Feliciano J. Espriella

En sólo 37 días que estuve fuera del país, al regreso lo encuentro mucho más revuelto y conflictuado de lo que me hubiera podido imaginar.

Los partidos políticos empiezan a mostrar fuertes resquebrajaduras por las que emanan aromas nauseabundos y fluye el cobre que hábilmente habían mantenido oculto. Empezaron las luchas por el poder y aunque faltan todavía 115 días para el Año Nuevo, evidentemente, para la clase política, el 2018 ya llegó.

Ahora sí que en todas partes se cuecen habas. Cada partido tiene una verdadera roca en el zapato plenamente identificada y la cual al parecer está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias. Aunque para los políticos las últimas consecuencias suelen ser negociables. Pero por lo pronto, internamente, los inconformes, disidentes, discrepantes, contras o como se les quiera llamar, están armando verdaderos San Quintines.

En el PRI, Ivone Ortega Pacheco, ex gobernadora de la hermana república de Yucatán, manifestó a principios de año su interés por contender para la candidatura de su partido a la presidencia de la república. Sin embargo, como evidentemente la nomenclatura y el actual primer dedo del PRI no la tienen ni siquiera considerada, ha emprendido una jornada nacional en contra del dedazo. En esta cruzada, recientemente denunció que el dedazo en el PRI es igual al de Morena. No descubrió el hilo negro, desde luego.

Por un motivo similar, un dedazo no aceptado, Morena afronta la primera crisis fuerte al interior del partido. La inminente (al pasado martes, fecha en que se escribió esta columna) salida de Ricardo Monreal quien seguramente se afiliará a otro partido que lo postule a la primera magistratura de la CDMX. Se especulaba que lo cobijaría el nuevo frente híbrido que conformaron PAN, PRD y MC.

En el PRD son tantas las broncas que cotidianamente se suscitan, que la verdad tratar de enumerarlas viene a ser hasta oficioso. Las tiene tanto con los que lo están abandonando como Leonel Godoy, René Bejarano y Dolores Padierna, como con los que se quedan dentro, entre quienes destaca por su liderazgo moral, Pablo Gómez, quien ante la cordial invitación a sus miembros de la presidenta Alejandra Barrales para “los que se quieran ir (del partido) que lo hagan de prisa”, le respondió contundentemente: “Yo no quiero irme ni me voy (del PRD)… Ustedes son los tránsfugas”.

En el PAN parece que son todos contra todos. Margarita Zavala le exige a Ricardo Anaya que renuncie por ser un factor de división y critica acremente a varios senadores de su partido. Anaya amenaza a varios senadores panistas con expulsarlos al tiempo que firma un pacto (frente le dicen ellos) con el PRD y MC. Además paraliza las actividades de la Cámara de Diputados en una maniobra que para muchos es distractora de los recientes escándalos de “enriquecimiento familiar” en que se le involucró.

Nupcias PAN, PRD y MC… hasta que un candidato los separe

El pasado martes los dirigentes del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya; de la Revolución Democrática (PRD), Alejandra Barrales y Dante Delgado, del Movimiento Ciudadano (MC), formalizaron su solicitud de registro como Frente Ciudadano por México, con carácter “no electoral” ante el Instituto Nacional Electoral (INE).

En el documento de causas y principios, los partidos coaligados subrayan que se trata de poner fin a un régimen autoritario y un “presidencialismo perverso” que acota las libertades y favorece la impunidad y la ausencia de una rendición de cuentas. O séase, quieren sacar al PRI de Los Pinos y de paso (aunque no lo dijeron) estar en condiciones de enfrentar a Andrés Manuel López Obrador en las próximas elecciones.

Este es el paso previo a tener una candidatura común para el 2018, lo cual, en mi modesta opinión, se ve poco menos que imposible. Y en el caso de que sí se pusieran de acuerdo, las inconformidades de los relegados probablemente debilitarían tanto al recién parido Frente, que echarían abajo sus nobles intenciones. Porque en última instancia, ¿quién de sus connotadas figuras encabezaría la alianza?

Si el candidato fuera del PAN y Anaya se impone sobre Margarita Zavala, lo cual seguramente sería a la mala, la ex primera dama no se va a quedar con los brazos cruzados y la ruptura tanto al Partido como a la Alianza, sería poco menos que fatal.

Por otro lado, si fuera a la inversa y Anaya muy deportiva y caballerosamente le cediera el lugar a la dama, quedaría otro fuerte problema cuyo nombre es Miguel Ángel Mancera. Complicado ¿No?

Este nuevo Frente se parece mucho a un lindo matrimonio ¿Cuánto durará? Me parece que hasta que un candidato los separe.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.