Noticias_Recientes

Pierden todos en divorcio Pemex-Repsol

La salida de Pemex de Repsol perjudica a las dos empresas que perderán tamaño y fuerza a nivel internacional, según expertos.

«Es una mala noticia para las dos compañías. Revierte a Pemex a una situación de empresa mexicana con menor tamaño y competitividad y estará más sujeta a decisiones políticas, ya que cuanto más local, más vulnerable se volverá en este sentido», señaló a Grupo REFORMA Fernando Fernández, profesor catedrático de economía del IE Business School de España.

«En el caso de Repsol sucede lo mismo. Le quita mucho tamaño y capacidad de inversión que era lo que aportaba Pemex, además de crecimiento en el mercado energético mexicano por desarrollar», agregó el consultor internacional en referencia a la venta de Pemex del 7.86 por ciento de su participación en la petrolera española.

Fernández consideró que, tras la venta, las posibilidades de que Repsol participe activamente en el desarrollo del mercado energético mexicano han disminuido drásticamente.

«Pemex se ve incómodo como un inversor extranjero puro y duro, sin que haya sinergias empresariales, tecnológicas y de mercado con Repsol, por lo que decide invertir los más de 2 mil millones de euros en otro sitio, tras constatar que no tiene un papel que jugar en una empresa en la que no participa en la gestión», precisa.

En las desavenencias de fondo entre Pemex y Repsol que condujeron a la ruptura influyeron también las rivalidades personales entre el presidente de Repsol, Antonio Brufau, y el director general de Pemex, Emilio Lozoya, señaló.

«En un momento dado Brufau decide nombrar a un consejero delegado, Josu Jon Imaz, sin consultar a Pemex, que consideró que su participación en la gestión de Repsol era igual a cero, siendo un accionista importante», indicó.

«Cuando todo apuntaba, resuelto el tema argentino (expropiación de YPF), que había unas nuevas reglas de juego y entendimiento y que era una buena alianza estratégica, se produce el distanciamiento».

Pemex explicó ayer que la decisión de desinvertir en Repsol respondía a la baja rentabilidad de las acciones obtenida, a diferencias prácticas de gobierno corporativo, y a que no se materializaron los beneficios mutuos que esperaba.

En tanto, Repsol no ha hecho ninguna valoración sobre la salida de Pemex de su Consejo de Administración y sus comités.

REFORMA