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¿Por qué el temor a la alianza PRI-PAN- PRD?

Quedó conformada oficialmente la alianza.

La posibilidad de la alianza, desespera a Morena porque a alguien hay que echarle la culpa del desorden y también de las crisis en los tres problemas que ahora flagelan a México: La inseguridad, la crisis económica y la pandemia

Por Bulmaro Pacheco

Desde tiempo atrás el gobierno federal comenzó la descalificación a una probable alianza opositora (PAN, PRI, PRD y MC) contra Morena y López Obrador para las próximas elecciones del 2021. Ese temor se juntaba con la sorpresa de tener opositores organizados y con capacidad de movilización como FRENAA y Sí por México, a menos de dos años de gobierno. ¿Qué pasó? ¿No le llegó el convencimiento sobre la autollamada 4T a un sector importante de la población? ¿Por qué tan temprano?

Detectaron que se organizaban ya para darles la batalla, principalmente en la lucha por las 500 diputaciones federales elegibles en 2021.

“FRENA” con sus plantones y manifestaciones recuerda la inconformidad social.

El primero en la descalificación fue el presidente López Obrador; atacó al PAN y al PRI cuando dijo: “¿Qué diría el fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, de la alianza PRIAN?”. Convenientemente, el presidente no recordó que cuando él dirigió al PRD fue en la época del número mayor de alianzas con el PAN.

Debería de pulsar también la opinión de los panistas para saber qué opinan de que en su gobierno estén colaborando dos ex dirigentes nacionales del PAN: Germán Martínez y Manuel Espino Barrientos.

El presidente insiste en saltarse la legalidad al opinar a cada rato del proceso electoral, aún a sabiendas de que está prohibido. Olvida que en el 2006 él se quejó de Vicente Fox, con aquella famosa expresión de: “¡Ya cállate chachalaca!”.

En su turno, el flamante dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, habló para descalificar la alianza y llenándola de improperios. Lo mismo de siempre, en relación a presuntas responsabilidades sobre el pasado.

Y no andan mal informados. En la última encuestas de GEA-ISA y en la elección de diputados federales, la distancia entre Morena y la alianza se reduce solo a dos puntos (24 contra 22).

Habría que ver también lo que piensa Mario Delgado de que en un partido sin disciplina interna y con tanto desorden político se hayan inscrito 150 aspirantes a candidatos de las 15 gubernaturas estatales que estarán en juego el próximo año. A Delgado le será muy difícil tratar de conciliar a quienes no alcancen la postulación. No la tendrán fácil.

Aparte y en plena contradicción de que “ahora son diferentes” y de que en el gobierno de la auto llamada 4T no hay “partido de Estado” o “partido oficial”. ¿Qué no? Van dos muestras: Ante la tardanza para elegir a su dirigencia nacional, el presidente López Obrador les recomendó la selección de su dirigencia por encuesta —aunque no esté ese método en sus estatutos— también para los candidatos a gobernadores, y le hicieron caso. Recientemente, se envió al dirigente nacional de Morena a representar a su gobierno, ante el cambio de poderes en Bolivia.

La posibilidad de una alianza entre PAN, PRI y PRD les desespera porque a alguien hay que echarle la culpa del desorden y también  de las crisis en los tres problemas que ahora flagelan a México: La inseguridad, la crisis económica y la pandemia. Estas crisis sin solución en el corto plazo, seguramente van a golpear al partido en el gobierno y a sus candidatos en la intención de voto en los próximos meses.

Han registrado también que no les funcionó la estrategia inicial de tratar de incluir el presidente López Obrador en la boleta electoral con el tema de la revocación de mandato. Ese tema se pasó para el 2022.

Tampoco tuvieron éxito con la estéril consulta sobre la posibilidad de llevar a juicio a los ex presidentes de la República para realizarla el mismo día de la elección. La consulta —de llevarse a cabo— se realizará en agosto como lo estipula la Constitución. Ante eso, y para contrarrestar la crítica en tiempos electorales, buscan nuevas estrategias.

Ahora solicitan al gobierno de los Estados Unidos que autorice la extradición de Genaro García Luna para “juzgarlo en México”. La idea es tenerlo en México para contar con un pretexto más para atacar al PAN y al expresidente Calderón. También alistan armas con el caso de Rosario Robles y lo que queda del ‘affaire’ del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya.

Agrupaciones como “Sí por México” han logrado ser oposición al Gobierno.

Se pensó que al PRI, PAN y PRD también se les iba a sumar Movimiento Ciudadano y hasta el momento no ha sido así.

¿Qué pasó con Movimiento Ciudadano? Han dado una explicación que a nadie convence en torno a sus resistencias a las alianzas. Creyendo que el fenómeno Jalisco se pudiera repetir en otras entidades, el partido ha entrado en crisis en Coahuila, Nuevo León y Sonora, por ahora.

Las alianzas electorales entre partidos políticos están en la Ley. Se han utilizado en México desde 1991 y han aportado a la gobernabilidad, han conciliado posturas políticas y han abonado en las coincidencias sobre retos y soluciones a los problemas nacionales y locales.

El gobierno las ataca porque esos aliados, son partidos nacionales que cuentan con una real estructura política y electoral a nivel nacional.

Cuentan también con la mejor reserva humana de candidatos presentables, entrenados en la militancia partidista y en el trabajo político de base, algo de lo que carecen Morena y sus aliados.

El PRI y el PAN, aunque han tenido sus crisis y escisiones internas, también han desarrollado una historia de disciplina interna en sus procesos internos. El relevo de sus dirigencias nacionales por lo general ha sido terso, igual la postulación de sus principales candidaturas, algo que en Morena a pesar de los años no pueden presumir.

Ni el PAN ni el PRI ni el PRD enfrentan actualmente el desgaste del ejercicio del Poder, como sí le sucede a Morena. Tanto el PRI como el PAN han pagado caro, con derrotas sus errores y omisiones.

Además, ambos partidos gobiernan importantes núcleos urbanos donde habitan las clases medias, que por ahora viene siendo el segmento social que ha presentado una mayor resistencia e inconformidad contra el presidente de la República y su partido.

Seguramente en esos espacios los tres partidos aliados podrán captar la inconformidad creciente de las clases medias, y lograr que esa tensión se traduzca en votos.

Quienes critican la alianza han querido destacar que no cuentan con un proyecto alterno para la atención de la problemática nacional. Todavía queda tiempo y habrá que esperar los respectivos convenios electorales donde queden definidas las plataformas comunes.

Esto apenas empieza. En el caso de Sonora y a menos de seis meses de la elección, se consolida la alianza PAN-PRI-PRD. Movimiento Ciudadano empieza a experimentar la desbandada de cuadros importantes y Morena, al tiempo que busca disidentes de otros partidos al precio que sea, no logra unificar del todo a sus propias dirigencias, sean las modernas, sean las históricas y todo eso tendrá sus costos políticos.

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