Se extiende rechazo a migrantes en EU

La oposición contra los niños migrantes en Estados Unidos continúa creciendo.

Habitantes de ciudades en Arizona y California se han manifestado contra la llegada de menores sin papeles a refugios temporales, con los que las autoridades federales buscan lidiar con el influjo de migrantes.

Y, ahora, también han aumentado las protestas para la construcción de nuevos albergues para hospedar a los más de 57 mil menores no acompañados que han cruzado la frontera hacia Estados Unidos desde octubre.

La mayoría de los migrantes son centroamericanos huyendo de situaciones de violencia. Pero, a diferencia de lo que sucede con indocumentados mexicanos, que son deportados de manera inmediata, los sin papales oriundos de Centroamérica deben esperar para tener una audiencia migratoria en la que se decide si son deportados o califican para quedarse como refugiados.

Ante la oposición de residentes y funcionarios locales de California, Connecticut, Iowa, Nueva York, Michigan y varios otros estados, planes para los albergues han tenido que ser desechados.

El rechazo también se debe a que muchos de los locales creen que el costo de los refugios sería muy elevado y que los menores migrantes terminarían quedándose, aunque el tiempo promedio de estancia para los sin papeles es de 30 días y los albergues temporales establecidos en otras ciudades no han sido tan altos como se estima.

Un sector de la oposición ha llegado a límites extremos.

Algunos de los manifestantes que marcharon el lunes contra un refugio de migrantes propuesto en Vassar, Michigan, estaban armados con fusiles semiautomáticos y pistolas.

En Virginia, un esfuerzo para albergar a los niños en el campus de la Universidad de Saint Paul en Lawrenceville causó un alboroto tal que los funcionarios federales se retiraron, a pesar de que se había firmado un contrato de arrendamiento de cinco meses.

También aparecieron graffitis con lemas antiinmigración en una pared de ladrillo en una antigua instalación de la Reserva del Ejército en Westminster, Maryland, que estaba siendo considerada como un posible sitio para refugiar a los indocumentados.

Algunas ciudades han planteado preocupaciones de salud y de seguridad.

Al noreste de Oyster Creek, League City aprobó una resolución oponiéndose a brindar cualquier tipo de refugio a pesar de que el Gobierno federal no tenía planes de hacerlo.

«Los extranjeros ilegales que sufren de enfermedades endémicas en sus países de origen están siendo liberados en nuestras comunidades», rezaba la resolución.

También se han dado casos de organizaciones contratadas por las autoridades federales para aportar refugios a los niños centroamericanos que presentaron alegaciones de que estos suponían una amenaza para la salud.

REFORMA