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Seis años no alcanzaron para la Cuatro Carriles

Por Gabriel Rigo Gutiérrez

Enrique Peña Nieto se bajó a toda prisa de la suburban negra. La gobernadora Claudia Pavlovich, y Gerardo Ruiz, titular de SCT, le seguían con paso acelerado. Minutos antes, el presidente de la República había aterrizado en el aeropuerto de ciudad Obregón y condujo por el nuevo libramiento rumbo a la carretera a Hornos donde desde hacía una hora, alrededor de 200 personas ya los esperaban inquietos.

Estaba a tres días de dejar la banda presidencial. Y más que una gira de trabajo para entregar la carretera de 34 kilómetros, era una gira de despedida.

Subió los escalones al templete y alzó ambos brazos. Sus ojos un tanto cristalizados. Agradeció con señas el cálido recibimiento y comenzó a arremangar la camisa.

Como si se tratara de un acto fúnebre, la mayoría de los invitados arriba del escenario vestían sobrias prendas de blanco y negro.

La gobernadora le dio la bienvenida.

“Me siento muy satisfecha por tenerlo aquí, por todo el trabajo que usted ha hecho por nuestro estado. Sé que a veces, las relaciones entre los gobiernos y los estados no son fáciles, pero usted siempre ha sido un hombre muy respetuoso, que siempre me ha sabido escuchar y escuchar a los sonorenses”.

La mandataria enlistó las obras que recibieron impulso federal como un hospital del IMSS en Nogales, otra unidad médica en Magdalena, el subsidio de energía, el centro aeroespacial en Hermosillo y desde luego la carretera de Estación Don a Nogales.

A propósito de esta última obra, fue el titular de SCT quien expuso un rosario de números, cifras, e inversiones para concluir que no lograron el compromiso de finalizar la obra —como lo declaró en mayo de este año—.

Una vez más, animado por el momento, Ruiz Esparza soltó: “Hoy entrego a usted señor presidente 656 kilómetros 100% concluidos y 30 kilómetros tienen un avance de 90% y deberán ser concluidos en los próximos 60 días”.

El titular de la SCT, justificó que no podrían entregarla en menos tiempo por el paso de los paisanos que en diciembre transitan por esta rúa. Peña solo asentía.

Para el mandatario federal lo importante era su legado, su huella. Comenzó diciendo que “más allá de percepciones, lo que verdaderamente cuenta, para poder valorar y evaluar mi gestión, son los datos y la información objetiva, información a la que la población tiene acceso a través de los distintos medios, de conocer los avances estadísticos y en cifras que nuestra nación ha tenido”.

Peña también celebró la relación lograda con el gobierno de Pavlovich. “Ha sido muy conmovedor trabajar de esta manera, con amplio respeto y en estrecha colaboración. Deseo que siga teniendo mayores éxitos en su gestión para bien de Sonora”.

Desde el público, no se hicieron esperar gritos de jóvenes que le llevaron al presidente: “no te vayas Peña”, “te queremos”, y otras porras ensayadas para la ocasión.

Entre el público se observó una numerosa comitiva cetemistas, encabezados por Javier Villarreal. También delegados federales que pronto dejarán sus oficinas como PGR, Darío Figueroa; SCT, Javier Hernández; Profeco, Rolando Gutiérrez.

A la despedida acudieron funcionarios estatales como el Secretario de Gobierno, Miguel Pompa; el Secretario de Educación, Víctor Guerrero; el titular de Desarrollo Social, Alejandro Corral. También la diputada federal Irma Terán.

Fiel a su estilo del sexenio, Peña Nieto se dio tiempo para tomarse algunas ‘selfies’. Caminó entre el público, escuchó palabras de agradecimiento. Agentes del Estado Mayor permitieron efusivos saludos —sobre todo de mujeres— que le pedían una foto. A esta faena de cercanía, dedicó más tiempo que su mismo discurso.

Después caminó rumbo a la nueva caseta del libramiento y antes de subir a la suburban negra, se tomó una foto con toda la comitiva. La camioneta enfiló al sur, rumbo al aeropuerto, por la carretera terminada de concreto hidráulico.

Hacia el norte, de Obregón a Hermosillo, la México 15 todavía cuenta con siete desviaciones, donde la carretera de vuelve de dos carriles, debido a secciones donde se está construyendo puentes o bien, porque aún hay kilómetros de asfalto. En esos tramos se observan obreros y maquinaria pesada laborando, lo cual hace lento y riesgoso el tránsito.

Pasaron seis años, el avance es notable por la calidad de la carretera, pero la realidad es que aún quedan tramos inconclusos.