Destacada

Tiempos interesantes

El 2019 nos lleva de un lado para el otro: de la confusión de las faldas y los pantalones escolares, al escandaloso caso de un líder religioso

Por Franco Becerra B. y G.  

 “Qué vivas tiempos interesantes”, le murmura al oído el padre al hijo recién nacido en alguna aldea de China.

Aquel mensaje ancestral me recuerda al momento que vivimos: tiempos realmente interesantes que se mueven con la rapidez de las escenas del cine mudo. 

Lo que nos falta es tiempo y vida para… medianamente enterarnos del diario acontecer noticioso.

El 2019 nos lleva de un lado para el otro: de la confusión de las faldas y los pantalones escolares, al escandaloso caso de un líder religioso; de un supuesto flirt presidencial, al tuit de quién amenazó con tundir a garrotazos la economía de nuestro país, imponiendo aranceles como una moneda de cambio ante la crisis migratoria.

La situación era tensa, pues el daño anunciaba niveles catastróficos.  

Había que parar dos avalanchas: la amenazadora que provenía de la Casa Blanca y la incontrolable migración de interminables caravanas de familias de Centroamérica y el Caribe, a quienes se le suman a diario cientos de migrantes provenientes de diferentes países africanos. 

Los migrantes sufren el mismo drama: escapan de la miseria, huyen de la muerte, fueron expulsados por la delincuencia y las pavorosas hambrunas, tragedia que los lleva al comprensible deseo de llegar al país de las Quarter pounder con papas fritas; de pisar la nación que inunda sus calles con las marquesinas multicolores de ciudades que nunca duermen.

Es imposible ignorar a un paraíso que promete un Mazda a la puerta, viajes a Miami y shoppings en el mall los fines de semana.

Le llaman el “Sueño americano”, expresión que no requiere explicación, pues los norteamericanos se han dedicado desde principios del siglo XX a exportar los sueños de bonanza filmada en los sets de Hollywood, magnificada por sus poderosos medios de comunicación masiva, desde el imperio periodístico de Randolph Hearst denunciado por Orson Wells en “El Ciudadano Kane”, pasando por las poderosas cadenas NBC y la ABC, arribando a los influyentes canales noticiosos FOX y CNN, hasta confirmar el avasallante embate promocional con la llegada de Netflix y Spotify.

La máxima expresión de la tecnología de la comunicación se presenta en el espiral infinito de las redes sociales que abrazan al mundo, por cierto, también desarrolladas en la Unión Americana.

Los norteamericanos saben que es infinitamente más redituable invadir los mercados internacionales con productos y servicios y cebar sus cuentas bancarias, que arrasar con violencia tierras ajenas, a menos que la situación —según ellos— lo amerite.

El tuit que cimbró a la nación recibió como respuesta el mensaje presidencial de Andrés Manuel López Obrador planteando con firmeza y dignidad la posición de nuestro país, y presto a encontrar soluciones convocó al diálogo, lo cual fue un acto de sensatez, pues nadie en su sano juicio se enfrenta a un adversario que te aventaja en alcance y peso.  

Marcelo Ebrard Casaubón recibió una delicada encomienda, quizá la más trascendental de su vida política y afortunadamente la franqueó con éxito, ante las naturales reservas de algunos observadores.

Habrá que aceptar que no es sencillo negociar con quien te apunta a la sien con una Beretta 9 milímetros.

Nuestro canciller cumplió con su elevada función diplomática: impedir que la sangre llegara al río.

A partir del lunes 10 de junio la responsabilidad de que los acuerdos de Washington se cumplan se transfiere al despliegue de 6 mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera sur.

Por el bien de la nación le deseamos éxito al Secretario de Seguridad Nacional Dr. Alfonso Durazo Montaño, pues su responsabilidad no es menor: parar en seco a una migración hambrienta, pero ya no con el diálogo, sino con el apoyo militar.

Esto se encuentra en el terreno de lo posible, sin embargo mantener a raya a un sujeto trastornado de poder, requiere algo más que una camisa de fuerza.   Dónde quedaría aquel México que cuando menos en los almanaques de alguna cigarrera aparecía como el cuerno de abundancia, todo porque algún ocioso notó la similitud de la geografía nacional con el cuerno de mimbre trenzado que reboza de suculentos frutos: imagen romana que anunciaba al mundo que los mexicanos amarrábamos los perros con longaniza, y los canes como si nada: no se lo comían. ¡Faltaba más!