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Vórtice | El nuevo orden mundial y el terrorismo cultural

Este proceso global tiene las características propias de una guerra total. Además de las acciones de violencia física y material, esta revolución incluye ofensivas en planos religiosos, culturales, ideológicos, económicos, financieros

Por Dr. Jorge Ballesteros

Es penoso el espectáculo actual de América Latina, su contexto actual es de una crisis que amenaza a extenderse tanto geográficamente como en intensidad. ¿Cuáles son las causas profundas que están provocando estos movimientos?

Lo que estamos viviendo en nuestros días no solo es una revolución lo que está pasando en Colombia, en Chile, en Bolivia, en donde se manifiesta la violencia tan característica del marxismo, sino también lo que La escuela de Frankfurt allá por el año 1923,  definía uno de sus principales exponentes György Lukács, húngaro de origen judío, como “Terrorismo Cultural”.

Porque no podemos explicar este nuevo orden mundial que quiere cambiar la concepción del género humano, sino entendemos las ideas que están en el fondo, especialmente esa evolución del marxismo al marxismo cultural

Lo que está sucediendo en Hispanoamérica es lo mismo que está pasando en el mundo, es la manifestación de un proceso global, con ciertas peculiaridades que viene de nuestra idiosincrasia particular. Sin embargo, su análisis debe ser mayor que el de este continente.

Este proceso global tiene las características propias de una guerra total o con mayor propiedad de una revolución o si se prefiere de una guerra revolucionaria mundial. Además de las acciones de violencia física y material, esta revolución incluye ofensivas en planos religiosos, culturales, ideológicos, económicos, financieros y otros más.

Es necesario fijar el contexto en que se está llevando esa guerra revolucionaria. A ese contexto lo llamamos Nuevo Orden Mundial o NOM.

A partir de la finalización de la II guerra mundial, quedó establecido entre las naciones un esquema bipolar, cuyos centros estratégicos estaban en los EE.UU. y en la URSS y que colapsó este régimen comunista con la caída del muro de Berlín en 1989, pero el camino que conduzco a ese colapso estuvo marcado por varios hitos, aunque pocos previeron las consecuencias de lo que se puede llamar el NOM.

Después de la caída del muro de Berlín, apareció una palabra nueva llamada globalización, que George Bush padre, la asoció con el NOM, no era un proceso nuevo, recuerden la Sociedad  de las Naciones, al final de la primera guerra, después de la II Guerra mundial, la creación de la ONU, el Mercado Común Europeo, la Unión Europea, también coincide con el proceso de envejecimiento de la población de Europa y en paralelo con el crecimiento de las migraciones, especialmente hacia Europa Occidental y EE.UU.

La ONU, como otros organismos internacionales, dejaron de ser un ente representativo de los estados miembros que la habían constituido, se hizo evidente que se encuentra en manos de activistas expertos, profesionales de la mentira, las perversiones y de que es un peón o instrumento del NOM.

Por otra parte personas influyentes como el británico Anthony Ginés advierten que  la globalización no es solo económica, sino también política y sobre todo cultural.

Se trasforma la predica de los derechos humanos, cuyo nombre se había justificado en la guerra contra Alemania, pero que no podía invocarse en contra de los vencedores de esa guerra, a pesar de sus crímenes, muchos incuestionables, por lo cual los derechos humanos tuvieron que ser despojados de su fundamentación del orden natural y fue ahí que empezaron a hacerse “convencionales”.

Los derechos humanos convertidos en una ideología, despojados de todo fundamento racional objetivo, convencionales como han venido a ser ahora. Han logrado instalarse en el mundo occidental esta ideología, sobre todo como un sustituto de la religión y del derecho natural.

Pretenden ser un nuevo orden moral que se encuentra en constante evolución y ha logrado generar una situación donde hay indefensión de la sociedad política en esta guerra revolucionaria. Si uno intenta defenderse frente a esta revolución en nombre de los derechos humanos, esa defensa queda estigmatizada, prohibida.

De acuerdo al principio de naturaleza filosófica, según el cual todo desorden en el plano de la acción, comienza por ser un desorden en el plano de la inteligencia o como dijo alguien, las acciones del hombre son hijas de su pensamiento.

Esto significa que el amotinamiento de la gente, es la convulsión que pueda sufrir el orden social, por ejemplo las revoluciones, no se aplican a sí mismas, sino que están precedidos generalmente por la difusión en las inteligencias de principios nuevos, paradigmas nuevos, nuevos sistemas de valores, a la luz de los cuales se presentan como caducos o ilegítimos los principios que fundaban el antiguo orden.

Nunca habría habido revolución francesa sin el movimiento previo llamado ilustración. Nunca hubiera habido la revolución comunista rusa sin la contribución de Marx. Los movimientos, las mudanzas históricas son movimientos de ideas siempre.

La revolución es desde que ha sido iniciada predominantemente cultural y esto es el movimiento que late atrás de lo que estamos viendo.

Se llama a esta  revolución Nuevo Orden Mundial y tiene un rostro desagradable y perverso, no es sin embargo imbatible, conocerlo nos enseña a combatirla y va en aumento el número de países donde se le está plantando cara.