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Consejos para mantener la mente y activar la memoria

Por Marina Brauer y Téllez-Girón

El cerebro diseñado para nuestra supervivencia tiene sus mecanismos para decidir qué retiene y cuándo recuperarlo, considerando que una de las capacidades que nos definen como seres humanos, que se convierte en algo esencial, no sólo para aprender, sino para desenvolverse en el mundo. Por eso es muy importante seguir un estilo de vida saludable, que son factores claves para el óptimo funcionamiento del cerebro.

La memoria es uno de los bienes más preciados de que disponemos, pues permite almacenar recuerdos y conocimientos que condicionan nuestra personalidad y nuestro comportamiento a lo largo de toda la vida.

Podemos diferenciar entre varios tipos de memoria. La semántica es la que guarda datos concretos, conocimientos adquiridos como las tablas de multiplicar, números de teléfono o fechas señaladas. La memoria episódica almacena los recuerdos y  las experiencias vividas; y la memoria de procedimiento, en cambio, se encarga de recordarnos habilidades aprendidas (conducir, montar en bici, nadar, bailar…) además existe memoria a corto plazo, que es la que se pierde en un breve período de tiempo, y a largo plazo, que se conserva por tiempos prolongados.

A medida que cumplimos años, tenemos la sensación de que el tiempo vuela. La memoria está detrás de esta percepción. Es en ella donde se genera la sensación subjetiva del tiempo. Valoramos el paso de los días a partir del número de recuerdos. En las épocas en que generamos muchos, como en la niñez o la adolescencia, trazamos un extenso mapa de las horas. Es más esos recuerdos están cargados de más emoción, por lo que los recordamos más vívidamente. En cambio en la edad adulta, cuando nos sumergimos en la rutina y la repetición no creamos nuevas memorias por lo que los días nos parecen iguales o más cortos que a los veinte años. Sin embargo, esta aptitud humana tiende a disminuir con la edad y es uno de los factores más importantes asociados al envejecimiento. Con el paso de los años notamos cómo disminuye nuestra capacidad para recordar datos y episodios vividos. De hecho las primeras pérdidas de memoria significativas pueden empezar a los 40 años. Pero las neuronas, las células del cerebro continúan creciendo y reproduciéndose durante toda la vida, por lo que la capacidad de aprendizaje del ser humano dura toda su existencia. Cuanto más ese ejercite la mente, mejor funcionará nuestra memoria y nuestras posibilidades mentales en general.

La hipófisis: Es la glándula “madre” o la glándula “maestra” que da la vida y la juventud.

Está situada en la base del cerebro, sobre la parte posterior de la garganta y encajada en una silla” o “cuna”, llamada “turca” ósea, de gran resistencia destinada a darle protección que merece por su gran importancia para el organismo. Es la glándula de las glándulas segrega las hormonas que activan a las demás glándulas del cuerpo, especialmente segrega la hormona adrenocorticotrófica que difusa vitalidad sanguínea a la médula-ósea y nerviosa-cerebral y Espiritual en lo más recóndito del ser. Está glándula según los maestros yoguis de la India, es el centro del sexto sentido que dará el sentido de la intuición es decir “saber las cosas antes del tiempo material”. Se altera con los alimentos y bebidas que tienden a la intoxicación lenta y paulatina. Como una consecuencia de la falta de contacto con la naturaleza ya que si observamos en las hierbas, los riachuelos, en los animales y en toda la naturaleza no existe la intoxicación mental. Aquí la recomendación es darse una ducha de agua fría y en especial en la cabeza, frente y nuca. La recomendación es aumentar el consumo de ensaladas con lechugas frescas, escarola, apios, tomates, verdolagas, cebollas, zanahorias  y otros vegetales verdes de la estación.

Recuerde que el cerebro necesita una gran cantidad de hidratos de carbono y una glucemia estable. Solo de esta forma puede mantener su funcionamiento óptimo, con una buena capacidad de concentración y de aprendizaje.

Alimentos neurosaludables: pan integral, avena, cebada, centeno, arroz salvaje, arroz basmati, verduras y frutas, el cerebro requiere de una gran cantidad de vitamina B12, porque es una de las causas del deterioro de la memoria y de las facultades mentales a una edad precoz, esta vitamina interviene en el metabolismo de la homocisteína y junto con la B6 intervienen en la producción de células sanguíneas y en la síntesis de mielina, la capa protectora de las neuronas del cerebro y de la médula espinal. Además es un antioxidante.

Alimentos ricos en vitamina B12: el pescado, huevos, leche, carnes rojas y en menor cantidad, en las carnes blancas. Una dieta totalmente vegetariana no es recomendable para la memoria pues carece totalmente de ella. En el caso de la vitamina B6 se encuentran concentraciones elevadas en la carne de pollo, cerdo, pescado, papas y cereales integrales.

Ácido fólico: El déficit de ácido fólico se asocia a múltiples síntomas neurológicos. De todos ellos los más graves son la pérdida de memoria progresiva y la depresión y es responsable de muchas enfermedades neurológicas. Los alimentos más ricos son espinacas, lechuga, espárragos, cereales, tomates, pepinos, hígado. Una de las causas más severas del déficit de ácido fólico es el abuso crónico de alcohol, así como las dietas para adelgazar en las que se administran medicamentos estimulantes,  la ingesta prolongada de fármacos, incluidos algunos de uso tan frecuente como los antibióticos,  y las enfermedades crónicas que provocan mala nutrición.

Recuerde la mejor receta para mantener la memoria en excelente forma incluye una buena alimentación rica en ácidos grasos omega-3 que favorecen la plasticidad cerebral, practicar deporte con regularidad, nadar, correr, caminar, montar bici, porque los científicos ahora saben que está estrechamente relacionado con la salud de las neuronas: apartar el estrés y la ansiedad día a día, ocho horas de sueño reparador, esenciales para archivar todos los datos obtenidos durante la jornada laboral: ejercitar la mente con pequeños retos y desafíos. Y sobre todo no angustiarse si no recuerda todo lo que quisiera. Tenemos una mente perfecta e imperfecta a la vez, la recomendación es leer, hacer juegos de mesa (ajedrez, dómino) son excelentes.

Tenemos un cerebro plástico, capaz de modificarse para adaptarse a las circunstancias de la vida, para ello debemos trabajar la mente. Como dijo Santiago Ramón Cajal (Premio Nobel de Medicina): “es como un músculo, si no se ejercita se pierde”. BUENA SUERTE Y MUCHA SALUD.