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Deporta EU a 34 niños mexicanos por día

Las crisis humanitarias a raíz del éxodo de millones de migrantes en el mundo ha encendido las alarmas a nivel global, pero es un hecho que uno de los casos más dramáticos se presenta en nuestra frontera norte.

Ahí, los derechos de miles de niños, niñas y adolescentes mexicanos que dejan sus hogares rumbo a Estados Unidos son vulnerados todos los días, alerta la UNICEF.

«Estos niños suelen ser brutalmente discriminados. Deben ser protegidos, no criminalizados», señaló a REFORMA Karla Gallo, oficial nacional de protección de la oficina de la UNICEF en México.

Tan sólo entre enero y abril de 2015, 4 mil 083 menores de edad fueron repatriados a México desde Estados Unidos, según el organismo, basado en cifras de la SEGOB.

Esto quiere decir que las autoridades fronterizas estadounidenses deportan en promedio a un niño migrante mexicano cada 42 minutos.

De ellos, 8 de cada 10 son varones que viajaban solos de entre 12 y 17 años.

En el tránsito, los niños migrantes pueden sufrir accidentes, estar expuestos a abusos físicos y sexuales, caer en redes de explotación y trata de personas y ser víctimas de humillaciones y discriminación, apunta la especialista.

Cuando los niños migran solos, estos riesgos aumentan.

«El inicio de la travesía es una situación dura y el trayecto muy peligroso, pero muchos niños y niñas se ven orillados a salir, no es una decisión completamente voluntaria», indicó Gallo.

Muchos de ellos ansían reunirse con familiares que cruzaron la frontera o salen en busca de oportunidades que les permitan mejorar sus condiciones de vida.

Otros huyen de la violencia y la inseguridad causada por los grupos del crimen organizado o de abusos dentro de sus propias familias. Los datos de las autoridades mexicanas, empero, dan visos de realidades sumamente diversas y de un fenómeno que se ha extendido por todo el País.

En 2015, los principales estados de origen de los menores no acompañados que fueron deportados han sido Tamaulipas (401), Oaxaca (391), Sonora (369), Guerrero (290) y Guanajuato (266), pero hay registros de deportaciones de niños oriundos de todas las entidades federativas.

Esto hace que en algunos casos los niños migrantes tengan que recorrer miles de kilómetros para llegar a «la línea» y, si sobreviven al trayecto, deben superar el desafío de cruzar a Estados Unidos, es decir, vencer al Río Bravo y al desierto para después tratar de eludir a la Patrulla Fronteriza.

El número de niños, niñas y adolescentes mexicanos repatriados por las autoridades de Estados Unidos ha disminuido cada año desde 2010, cuando se registraron 20 mil 438 casos, hasta 2014, el punto más bajo con 14 mil 339 deportaciones de menores de 18 años.

Sin embargo, el porcentaje de menores solos que debió regresar al País ha sido consistentemente más alto que los que viajan acompañados y se ha incrementado de 67.1 por ciento en 2010 a 83.7 por ciento en 2014, de acuerdo con el informe «Menores migrantes en México» presentado por la SEGOB en el primer bimestre de 2015.

Debido a la magnitud de los abusos que enfrentan los niños migrantes que viajan solos, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la UNICEF han implementado un protocolo de asistencia consular para activar una cadena de protección focalizada a menores de edad que migran solos antes de que sean deportados.

«Los niños, niñas y adolescentes tienen los mismos derechos que los adultos, pero están en una etapa de desarrollo, así que necesitan de más apoyo para proteger sus derechos», explicó Gallo.

El programa deja de lado el enfoque interrogatorio y busca identificar con una técnica más afable las necesidades de los menores, para después encausar soluciones a las autoridades competentes.

«Este esfuerzo es muy importante porque las autoridades consulares son las primeras que tienen contacto con los niños y adolescentes que viajan solos después de ser detenidos y tienen muy poco tiempo para actuar de forma eficaz», aseguró la funcionaria.

Los 45 minutos, casi el mismo tiempo que transcurre cada vez que un menor es deportado, que pasa por derecho un oficial consular con cada niño o adolescente, pueden ser clave para revertir los abusos de la travesía migratoria, un reto que se incrementa al mismo tiempo que los flujos migratorios aumentan.

El protocolo ya superó pruebas piloto en tres puntos migratorios y ha iniciado una etapa de capacitación para aplicarlo en los consulados fronterizos que atienden repatriaciones de mexicanos.

Reforma