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Ejemplo y vocación de servicio; Janneth Pérez, Directora de Tránsito

Es la primera mujer en asumir una jefatura en la policía municipal de Hermosillo, habla de sus 17 años de carrera policiaca; poner el ejemplo, como directora de Tránsito y como madre, es su lema  

Por Imanol Caneyada

Es la primera mujer en esta ciudad en asumir un cargo directivo en una corporación policiaca. Janneth Elena Pérez Morales fue nombrada el pasado 8 de diciembre directora del Departamento de Tránsito Municipal de Hermosillo.

A propios y extraños la noticia les cayó de sorpresa; en el mundo policiaco no es común que las mujeres lleguen a altos mandos.

Nos recibe en una modesta oficina de la Comandancia Centro en cuya puerta puede leerse Director (en masculino) de Tránsito. Es tiempo de actualizar el letrero y agregarle la a.

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Desde de diciembre ocupa la dirección de Tránsito en la Policía de Hermosillo.

Contrario a la idea imperante de que en las corporaciones policiacas prevalece el machismo, Janneth nos aclara de entrada que ella no siente haber tenido que enfrentar trabas y obstáculos durante su carrera por su condición de mujer.

Y añade que tanto dentro como fuera de la corporación ha recibido mucho apoyo y aliento desde que fue distinguida con el nombramiento.

Si alguien cree que la decisión de otorgarle esta responsabilidad obedece a poner una cara bonita al frente de un departamento con mala fama, el currículum de la oficial primero Pérez Morales lo desmiente: sus méritos son ejemplares.

Todo empezó cuando cursaba el último semestre en el CBTIS 206 de esta ciudad. Hizo su servicio social con el Escuadrón Juvenil de Educación Vial. En ese momento le entró el amor por el uniforme y servir a la ciudadanía. Coincidentemente, uno de sus maestros en el CBTIS era también profesor en el Instituto Superior de Seguridad Pública del Estado. A él le planteó su inquietud por entrar a formar parte de la policía.

En su casa, principalmente su madre, al principio trataron de disuadirla. En ese año, 1998, dos integrantes del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) habían caído en servicio. Los peligros y sacrificios que implicaban una carrera policiaca alarmaron a la familia de Janneth.

Ella los convenció argumentando que únicamente quería estudiar en el ISSPE, que no pensaba dedicarse a ello.

En diciembre de 1999 egresó de la academia en la que, recuerda, había muy poquitas mujeres. Antes de aplicar en alguna corporación, esperó a que pasaran las fiestas decembrinas pues intuía que serían las últimas que las celebraría en familia, como todo el mundo.

El 1 de marzo del 2000 entró a formar parte de la Policía Municipal de Hermosillo. El hecho de que fuera mujer no impidió que desde el principio le asignaran una tarea ruda, peligrosa; se incorporó al grupo conocido como La Ministerial, especializado en apoyar a la entonces Policía Judicial en ejecutar órdenes de aprehensión y en tareas de investigación.

A partir de ahí, su vocación y entrega la ha llevado a participar en 14 comisiones distintas, ha sido promovida en cuatro ocasiones, ha recibido siete reconocimientos por sus servicios y tiene en su haber 23 cursos culminados.

En 2015 se licenció en Criminalística por el Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas.

En su hoja de servicios no hay una sola denuncia ciudadana por haber cometido algún acto irregular.

Todo ello convenció al actual presidente municipal, Manuel Ignacio Acosta, para promoverla como directora de Tránsito. El objetivo: transformar un departamento que tiene muy mala fama entre la ciudadanía a causa de la corrupción.

En ese sentido, la directora de Tránsito está convencida de que las mujeres son menos susceptibles de corromperse, más sensibles, empáticas y humanas, no sólo con la ciudadanía, también al interior de la corporación, en donde Janneth segura que se preocupa por sus compañeros, los escucha y trata de ayudarlos. El hecho de que seamos madres, afirma, hace que veamos el mundo de otra manera.

Su lema para los agentes a su cargo es: trata a la gente como te gustaría que te trataran a ti y a tu familia.

No sabe si a sus espaldas, dice, pero de frente nadie ha cuestionado su autoridad por su condición femenina, al contrario, ha recibido el apoyo de sus compañeros desde el primer momento.

Reconoce que como en todo ámbito profesional, hay buenos y malos elementos, pero en el caso de la policía, por tener todos los reflectores encima, los malos profesionistas son más notorios. Esto no quita que esté totalmente decidida a atacar el cáncer de la corrupción, para ello, pide el apoyo de la ciudadanía, que denuncie ante las diferentes instancias cualquier acto irregular de un miembro de la corporación; promete que se le dará seguimiento.

Al respecto, los ciudadanos tienen que entender que son corresponsables; “creemos que nunca nos va a pasar nada malo y manejamos atendiendo el celular, nos saltamos un semáforo en rojo, no respetamos las señales de tránsito, hasta que pasa una desgracia”.

Cuando se trata de que nos apliquen el reglamento de tránsito, siempre tenemos una excusa, pero exigimos que se lo apliquen a los demás, reflexiona esta policía de carrera que también es madre de un adolescente de quince años.

“Las mujeres combinamos perfectamente las responsabilidades como madre y profesionista”, asegura la oficial primero Janneth Pérez.
“Las mujeres combinamos perfectamente las responsabilidades como madre y profesionista”, asegura la oficial primero Janneth Pérez.

Al principio, su hijo no entendía la dimensión del cargo que actualmente ostenta su madre. Poco a poco se ha ido acostumbrando y aceptándolo, aunque a veces muestra ciertos celos por la absorbente carrera de su madre.

Todos los días Janneth tiene listo el desayuno para su hijo y lo lleva a la escuela. En la tarde lo recoge y lo deja con su abuela, quien durante estos 17 ha apoyado infatigablemente la carrera de su hija.

Las mujeres combinamos perfectamente las responsabilidades como madre y profesionista, asegura la directora de Tránsito; ya somos una mayoría que hemos asumido la jefatura de la familia, ¿por qué no entonces ser jefas también en el ámbito laboral?, se pregunta.

Un ámbito aparentemente hostil con las mujeres, y más en el mundo policiaco. La fórmula de Janneth Elena Pérez Morales ha sido la del esfuerzo, la entrega y la dedicación.

Asegura que da el 150% de su capacidad cada día, y si siente que no es suficiente, entonces entrega más.

Como jefa, trata de actuar con el ejemplo, si exige puntualidad, ella es la primera en presentarse en la Comandancia; si exige dedicación plena, ella es la primera en dedicar horas extras a su desempeño.

Lo mismo hace con su hijo, afirma, intentar ser ejemplar y entregarse totalmente tanto a su carrera de policía como de madre sin regatear nada.

A las jóvenes que podría tentarles ponerse un uniforme y dedicarse a esta profesión, les advierte que la escuela de policía es muy dura: el internado, el ejercicio, el trabajo día y noche; y posteriormente los turnos, patrullar las calles, enfrentar peligros.

Sí, pero al mismo tiempo, concluye, es una profesión que le ha dado enormes satisfacciones; cuando ayudas a un ciudadano, cuando cumples con tu deber, aunque muchas veces no recibas ningún reconocimiento, en el fondo sabes que estás haciendo algo por los demás y eso es muy gratificante.