Vórtice

El leviatán tecnológico

“No hay duda de que la libertad de expresión es el principal enemigo de las dictaduras”.

—Fidel Castro (1959)

Por Dr. Jorge Ballesteros

Lo primero que hacen los dictadores es acabar con la libertad de expresión, es establecer la censura. Y la censura en estos días en EE.UU., ha sido atroz, Twitter, Facebook, e Instagram, no solo han suspendido de forma permanente las cuentas del Presidente, Donald Trump, sino también las del General Flint, Sidney Powell y cientos de otros usuarios conservadores con millones de seguidores.

La Digitalización masiva de la experiencia humana se está convirtiendo en una catástrofe “progresiva, evolutiva, que alcanza la Tierra entera”. Asistimos a un alineamiento entre lo técnico, lo económico y lo político en beneficio de un grupo reducido que adquiere el poder.

La censura impuesta por las grandes plataformas tecnológicas al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para que no pueda emitir ningún mensaje es la más grave amenaza que tiene el mundo contra la libertad de expresión.

Sin embargo, si bien la censura descarada sacudió al mundo. El bloqueo a las voces patriotas ya se había anunciado, este plan ya había iniciado con restricciones temporales de las cuentas de Trump, Linwood y otros, ahí fue cuando empezó el barrido de patriotas en todas las redes sociales, los dirigentes de las redes no muestran ningún escrúpulo, la censura en estos momentos no parece tener límites ¿quién les dio Google, Facebook y Twitter, para decidir que es o no es verdad?

Tienen un poder enorme y no responden ante nadie la gente de Silicon Valley a quien nadie votó, y ahora tienen el poder de ser los dioses que deciden que discurso se escucha y cual no, no me sorprende que Mark Zuckerberg le diga al Presidente de los Estados Unidos qué puede decir y qué no, qué puede comunicar y qué no, como si fuera el juez supremo de un tribunal secreto… Lo que quiere, es que el adversario del Estado profundo: Donald Trump, sea completamente censurado, que silencien para siempre al presidente de Estados Unidos

Pero ahí no quedó todo, Google y Apple, amenazaron a la red alternativa independiente Parler, para que también censure las voces patriotas, en caso contrario sacarían su Apps de los sitios de descarga. La purga va a continuar, Trump fue el primero pero se vienen más, los usuarios empiezan a cambiarse a plataformas alternas.

Los dueños de las grandes redes se están constituyendo en un supra poder, estas súper élites están por arriba del bien y del mal y de la legitimidad democrática, llevan al mundo hacia una tiranía tecno colectivista.

La falta de una adecuada regulación legal por parte de los gobiernos, es lo que ha contribuido a que se haya consolidado una concentración de plataformas alrededor de un oligopolio global con niveles de capitalización billonarios que hacen sombra a los presupuestos públicos de las mayores economías del planeta. La cotización en bolsa de las principales empresas tecnológicas del mundo de 2019, nos da una idea del gran poder económico de estas empresas:

Según los datos que arrojan los niveles de capitalización en miles de millones de dólares en enero de 2019 de las corporaciones de Silicon Valley: Microsoft (733), Apple (709), Amazon (697), Alphabet (685) y Facebook (409). A las que hay que añadir las principales corporaciones chinas: Alibaba (380) y Tencent (357). En 2013, solo había tres empresas tecnológicas entre las diez más grandes del mundo, en la actualidad son ocho.

El totalitarismo digital que imponen los gigantes de la tecnología está provocando una gran indignación, que genera sus suspensiones y bloqueos que no disminuyen; la censura que están llevando a cabo las tecnológicas podría ser un error, por la reacción que está provocando en la gente, como por las pérdidas que están sufriendo las arcas de las propias corporaciones.

Los gigantes de las redes sociales Facebook y Twitter, han visto en las dos últimas sesiones de negociación, cómo se les esfumaban 51 mil doscientos millones de dólares en valor de mercado combinado, desde que amordazaron al Presidente Donald Trump en sus plataformas.

Muchos son ya los gobiernos que están considerando implementar políticas para limitar el poder de la censura que ejercen las plataformas sociales y proteger de este modo los derechos de los usuarios, sin embargo es tanto el poder que ejercen estas tecnológicas en el mundo, que dudamos que esto vaya a prosperar.

En adelante serán ellos los juzgadores. Ellos decidirán a quién callar y quién podrá expresarse. Ese es el principio de las dictaduras, en contra de lo que el mundo libre y democrático ha luchado tanto.

Según José María Lasalle, en su libro “Ciberleviatán”, estamos avanzando hacia una concentración del poder inédita en la historia. “Una acumulación de poder tomar decisiones que no necesita la violencia para imponerse, ni tampoco un relato de legitimidad para justificar su uso. Estamos ante un monopolio indiscutible de poder basado en una estructura de sistemas algorítmicos que instaura una administración matematizada del mundo”.

Si eso se consolida vamos a la tiranía global del pensamiento. Eliminar, vía redes sociales, la disensión tan fundamental para una sociedad democrática y libre sería lo más catastrófico que podría ocurrir en los tiempos actuales.