Destacada

El tigre ya está suelto…

Los populistas son ineficientes por definición, pues todos terminan por hacer daños irreparables a los países que toman en sus manos. En el clima social, se observa ya desde antes de tomar el poder, una polarización de la población

Por Dr. Jorge Ballesteros

“Al verlo empezar a gobernar, ya que se descaró… qué horror…, temí que se volviera un demagogo al estilo de Stalin, autoritario y tirano, que llevaría al país a la ruina y se reelegiría indefinidamente. Tenía toda la facha, ¿a poco no?…”

Quien así exclamaba, era el otrora Jefe Máximo, Plutarco Elías Calles, quien se refería a Lázaro Cárdenas, apesadumbrado por los cambios profundos que impulsaba el general según lo menciona el escritor Ignacio Solares en su libro El Jefe Máximo, en la página 211.

Con López Obrador no va a haber sorpresas, ya vimos todos cómo va a gobernar, ya que lo empezó a hacer desde que se dieron a conocer los resultados de la elección que lo favorecía abrumadoramente.

En ese momento el todavía presidente en funciones, EPN le entregó prácticamente las riendas del poder y se hizo a un lado, dejando que todas las decisiones de gobierno las tomara el todavía presidente electo. Algunos analistas han mencionado que EPN negoció para el grupo Atlacomulco, el Estado de México a cambio de no oponerse y ayudar a la victoria de AMLO.

¿Qué es lo que hemos visto hasta ahora? En primer lugar un desastre económico antes de iniciar la presidencia con el error garrafal del capricho de la cancelación del NAICM y que le han costado al país y a empresas cantidades exorbitantes de dinero.

Los populistas son ineficientes por definición, pues todos terminan por hacer daños irreparables a los países que toman en sus manos, como Argentina, Brasil, Ecuador, Cuba, y el caso de Venezuela que, a pesar de tener la mayor reserva de hidrocarburos, lo convirtieron en un estado fallido.

Ni de chiste vamos a crecer al cuatro por ciento, como lo prometieron. No hay dinero que alcance para cumplir las mentiras, perdón, las ofertas de campaña.

Y ante su incapacidad para cumplir con sus promesas económicas, buscan culpables. Dividen a la población de los países que gobiernan, y terminan por ocasionar un desastre.

El gobierno que viene en México no parece ser la excepción. No se avizora un buen desempeño económico del próximo gobierno y tomando la experiencia de los otros países donde gobernaron populistas de izquierda, se vislumbra un quiebre del país con hiperinflación, fugas de capitales y de inversiones, cero crecimiento, desempleo, hambruna, corrupción, enriquecimiento de la casta gobernante y empobrecimiento del pueblo.

En el clima social, se observa ya desde antes de tomar el poder, una polarización de la población, azuzada desde la misma cúpula de Morena, por el mismo presidente electo, López Obrador, que fiel a su costumbre de propiciar la lucha de clases, dividiendo al país entre “el buen pueblo” (chairos de Morena) y los “fifís”,  los conservadores, los empresarios, los corruptos del PRIAN, la Prensa fifí, etc.

Nada bueno saldrá de esta táctica de alentar la confrontación, desunión social, y de dividir al pueblo como estrategia de gobierno. Solo generará odio, enfrentamientos, disturbios, oposición, marchas, protestas y la esperada represión violenta por parte de la Guardia Nacional integrada por militares gendarmes, que López Obrador la constituyó con este fin, el de poder enfrentar a sus opositores. En cuanto a la obra pública se ve que será de forma muy desaseada. No se asignaran por licitaciones a los mejores proyectos y presupuestos, sino que serán por designaciones directas, para tal motivo ya se decretó una Ley a modo en el Congreso para que sean los amigos de López Obrador, léase, Riobóo, los beneficiados.

Estas obras se harán a través de “consultas patito” (como la del Aeropuerto), que ya se dieron por aprobadas. Estas simulaciones se dan como tantas otras que acostumbran los gobiernos populistas saqueadores de la riqueza nacional.

La puesta en marcha, sin existir siquiera un proyecto claro o los estudios de impacto ambiental en el caso del llamado “Tren Maya” que no tendrá pasajeros ni carga para transportar y otras ocurrencias del presidente electo, que son un cúmulo de acciones claramente de corte populista.

¿Se siguen las directivas del Foro de Sao Paulo, creado en 1990 por partidos y grupos de izquierda en toda Latinoamérica? Recordemos que Morena forma parte del Foro de Sao Paulo que pretende convertir a los países de América Latina en una réplica de Cuba y Venezuela.

Morena es un partido que es propiedad de López Obrador, está formado por gente de todos los partidos, trásfugas del PRI, del PAN, del PRD. El mismo López Obrador militó 20 años en el PRI. Personajes que como las ratas huyen en cuanto su partido empieza a hacer aguas, o cuando no les dan el puesto que su ambición demanda, y que como los chapulines brincan de partido en partido, primero los vemos con Colosio, luego con Fox y ahora con López Obrador. Morena no le hace el asco a nadie, recoge la basura que los demás partidos tiran.

Aparte de este grupo de personajes ambiciosos y sin escrúpulos, existe un grupo de la izquierda delirante, enferma, retrógrada, apegada ideológicamente a doctrinas ya superadas y descalificadas por la historia y que babean por convertir a México en una dictadura como la de Venezuela.

Entre este grupo está la futura Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero,  “La hippie vieja” como le llaman algunos y que está empecinada en la legalización de las drogas como mariguana y amapola, en la despenalización del aborto, la eutanasia, el suicidio asistido, y los temas de la ideología de género, que ella llama “democratización de la familia”.

Entre otros radicales de izquierda esta Gerardo Fernández Noroña, que es el lamebotas de Nicolás Maduro, dictador de Venezuela. Yeidckol Polevnsky, la nueva presidente de Morena, cuyo verdadero nombre es Citlali Ibáñez Camacho, que se convirtió al judaísmo a la edad de 12 años a raíz de una violación sexual.

Martí Batres líder de Morena, ex porro y activista de izquierda, que tardó 21 años en obtener su título universitario en una universidad patito —López Obrador, que fue su mentor, tardó 15 años en obtener su título universitario— el alumno superó al maestro. Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el senado, que militó 18 años en el PRI antes de ser recogido por Morena.

Mario Delgado, Coordinador de la Cámara de Diputados por Morena, es uno de los alfiles de Marcelo Ebrard —quien le consiguió el cargo a partir de su cercanía con el presidente López—, y su tarea política será apuntalar los cimientos de la futura candidatura presidencial de Marcelo, que quiere ser el primer presidente gay de México.

¿Cuál de estos dos grupos dominará el mandato de AMLO? ¿El de los corruptos o el de los enfermos?

Con cualquiera de ellos le iría muy mal a México. El primer grupo llevaría a México a la década de los 70, de la docena trágica de Echeverría y de López Portillo, una época populista, de la que no queremos acordarnos por la tremenda crisis económica de la cual todavía no nos reponemos

El segundo grupo —más peligroso aún— nos llevaría sin duda a una dictadura semejante a la que hay en Venezuela.

Terrible futuro el que le espera a México con este mesías tropical, que mañana va a tomar en sus manos el destino del país. Se avizoran días oscuros para nuestra patria.

Solo la resistencia ciudadana podrá salvarnos…