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Flor Ayala: Precursora del empoderamiento de la mujer

“Hay un sinnúmero de mujeres que hemos batallado mucho en estos temas y que estamos dispuestas a arriesgarnos. Creo que harán buen papel y que poco a poco vamos a ir generando una clase política de género”

Por Feliciano J. Espriella

El término de empoderamiento de la mujer, fue otorgado por primera vez de manera formal en un encuentro celebrado en la ciudad de Beijing en 1995, denominado Conferencia Mundial de las Mujeres. El objetivo principal era aumentar la visibilidad de la mujer en la toma de decisiones y su participación en el poder.

En este sentido, para las próximas elecciones y en virtud de las leyes de paridad de género, el empoderamiento de la mujer en Sonora tendrá importantes avances. Para profundizar en el tema, entrevistamos a la diputada Flor Ayala Robles Linares, quien desde los diversos espacios legislativos que ha ocupado, ha sido, sin duda, una de las precursoras del actual posicionamiento de la mujer en la política y el servicio público.

Diputada ¿Sientes que una mayor participación de mujeres en los próximos comicios se reflejará en una mayor presencia femenina en puestos de elección popular?

Definitivamente. Esta próxima elección del 2018 va a ser un parte aguas, porque vamos a tener, ahora sí y por Ley, un mayor número de candidatas mujeres tanto como para los puestos federales, como los puestos locales, de diputados, senadores, diputados federales y alcaldías.

Definitivamente, de que va a haber por primera vez en la historia el 50 por ciento de candidaturas de todos los partidos va a haber, lo vamos a ver forzosamente. Yo creo que estas aperturas que se han ido dando poco a poco, que han ido abriendo estos candados o estas formas de control quizás, que tenían nuestros compañeros de partidos, han roto muchos paradigmas. Yo lo he visto en un lapso menor a diez años.

¿Tú haz participado de alguna manera en la apertura de más espacios para mujeres en el servicio público?

A mí me tocó abrir los primeros temas de género aquí en el estado cuando todavía ni siquiera en la federación se empezaba a hablar del tema. Aquí logramos por ejemplo la paridad y la equidad de género en las fórmulas de los ayuntamientos. Traíamos cuatro reformas de las cuales sólo pasaron dos en aquel entonces.

Estoy hablando de 2009-2010 durante mi primera diputación local en la Legislatura LIX. Ahí fue cuando se abre por primera vez en el estado el tema de la paridad de género. Yo recuerdo la resistencia que hubo muy fuerte al interior de mi partido y al interior de la mayoría de los partidos, con los propios compañeros diputados.

Lo que vemos hoy en el tema de paridad de género se logró gracias a esa lucha de muchas mujeres, no nada más mía, si no de muchas mujeres que venían atrás de mí y que junto conmigo logramos ir abriendo estos candados.

Fue muy difícil. Fue muy difícil, porque en primer lugar al querer esa equidad y paridad de género te encontrabas con ese machismo o esa misoginia tan enraizada en nuestros sistemas políticos partidistas que eran verdaderas barreras.

¿Cómo sortearon esas barreras?

Fuimos abriendo pasos, fuimos abriendo y rompiendo esas barreras. Yo recuerdo que me decían “para qué quieren que las leyes impongan una paridad y una equidad de género cuando las leyes dicen que hay igualdad entre hombres y mujeres”. Y hay mucha gente que todavía piensa de esa manera.

Y yo les digo: los grandes cambios en la vida del mundo y de nuestro país se han dado a través de imposiciones. Por ejemplo, el voto de la mujer tuvo que ser una imposición porque nosotros lo veníamos peleando desde la revolución sin lograrlo; tenemos los diarios de los debates y tenemos las cartas y los activismos de las mujeres, pero fue por Ley y hasta 1953 que terminó dándose el voto de la mujer. Entonces, si no se establecía por Ley, nunca lo hubiéramos tenido de otra forma, a pesar de que en otros países ya se había dado con muchos trabajos y con mucha sangre de por medio.

Hace muchos años que las mujeres tienen la opción de contender por puestos de elección popular, pero lo han hecho en muy baja escala. Casi no participaban ¿Por qué crees que la participación de mujeres ha sido tan reducida?

No es que no participáramos, no se nos permitía participar. Por más que nos dijeran que sí teníamos el espacio disponible, nunca llegábamos y nunca estábamos en las listas, nunca formábamos parte de las listas.

Cuando impusimos estas reformas a la Ley Electoral del Estado de Sonora para que hubiera equidad y paridad por lo menos en las fórmulas municipales, recuerdo que mis compañeros me decían: «es que las mujeres tienen que demostrar, primero que nada, que pueden ser candidatas y que tienen que demostrar que tienen capacidad para llevar a cabo una campaña y para ser diputadas o ser alcaldes. Las mujeres tienen que demostrar que quieren y que pueden».

La diputada Flor Ayala en el recinto legislativo acompañada de sus compañeras legisladoras de bancada priista.

Recuerdo que les dije: «Pues si esto fuera de capacidad, ninguno de ustedes fuera diputado. Así de sencillo, ¿por qué a mí me exiges demostrar algo que tú jamás has demostrado?

Y yo creo que en la vida real hemos demostrado que las mujeres a veces tenemos muchas más capacidades o por lo menos generamos un equilibrio en un trabajo. Y después de esto, me tocó la reforma en el 2012 me tocó esa reforma en la que… ¿cómo te puedo decir? ¡Qué tan negados estaban nuestros partidos políticos de todos, incluyendo el mío, de que la ley no se iba a llevar a cabo tal cual como estaba establecida, que a la hora de definir candidaturas ni siquiera llegaron al 50 por ciento como estaba estipulado. Creyeron que así podían pasarla y que no pasaba nada!

Entonces el tribunal les dice: Pa’ atrás los hilos. Ningún partido se registra si no lleva el 50 y 50. Fue cuando en todo el país se empiezan a caer todas las candidaturas de los hombres y empiezan a subir a las que encontraban a la mano; que a la hermana, que a la prima, que a la estaba de secretaria general del partido, que a la diputada que habían bajado y que luego la volvieron a subir, como fue mi caso. Entonces qué tan mal y que tan negados todavía en 2012. No es tanto el tiempo.

Una cosa en contender y otra ganar. Muchas de las próximas candidatas tienen poca o nula experiencia en participar como candidatas ¿Qué pasaría si el índice de derrotas en las urnas fuera muy grande? ¿No estarían dando argumentos en contra de la paridad de género?

Puede ser. Los logros han sido difíciles y todavía nos falta demostrar que podemos ganar elecciones. El problema que tenemos ahorita y que enfrentamos las mujeres con estas aperturas del 50-50, es que nos van a decir, “ándele… ahí la tienes, ahora gánala, demuestra que la ganas. Si no la ganas, entonces pues nos vamos a regresar a lo anterior. O sea, nos regresamos a lo que estaba”.

La mujer tiene una forma muy diferente de hacer política y es muy diferente la forma en la que una mujer llega a ser candidata. Para empezar se le tiene que preguntar si quiere ser candidata, si quiere correr, si quiere participar para una candidatura, ¿por qué? porque tienes muchas cosas a tu alrededor que tienes que valorar.

Segundo, tenemos que capacitarlas, ¿para qué? para que generen un mensaje, para que generen estructura, para que logren hacer sus propios financiamientos, para que logren tener capacidad mediática, entonces, es muy fácil decir: «¡órale! al ruedo» sin capote y sin espada casi casi. Hay que generar ese tema, pues…  para que las mujeres lo puedan hacer, ¿no?, para que puedan lograrlo y hay que informarlas, capacitarlas, empoderarlas. Yo creo que el próximo año es un parte aguas en este tema, por qué van a participar el 50 por ciento de mujeres en todas las candidaturas. Y va a ser un parte aguas en la vida política de nuestro país, de nuestro estado, y va haber muchos reclamos.

Reclamos obviamente, de aquellos que siempre se han negado. Va a haber mucho reclamo por aquellas que no ganen… “¿Ya ves? Te digo. Te lo dije. Las mujeres no ganan. No son garantía».

No va a ser una garantía mientras no capacitemos a nuestros cuadros de mujeres. Mientras no les demos esa fortaleza que requieren, mientras no les demos la  información. Necesitamos, a las mujeres, de todos los partidos, darles ese empoderamiento.

Pero, creo que hay un sinnúmero mujeres que hemos batallado mucho en estos temas y que estamos dispuestas a arriesgarnos, estamos dispuestas a que participen, independientemente de que tengan esa formación o no. Creo que harán buen papel y que poco a poco vamos a ir generando una clase política de género. Yo en broma y broma les digo a mis compañeros: «calmados, la ley del 50-50 no la hicimos para nosotras, la hicimos para protegerlos a ustedes. Como venimos, nos los acabamos.»

Entonces creo que ahí va el tema de género y que tenemos muy buenos cuadros que han demostrado mucha capacidad. Lo vemos en las diputadas, lo vemos en las funcionarias, y en las dirigentes de partidos, en áreas políticas y aparte siempre hemos sido muy activas. Normalmente en todas las organizaciones civiles el 99 por ciento están manejadas por mujeres. ¿Que qué es lo que hacen las organizaciones civiles? El trabajo que debería estar haciendo el gobierno. Y todas ellas, la forma de organizarse, de conseguir recursos, de buscar las causas, de pelear por ellas, de luchar, creo que muchas mujeres van a encontrar en la política una buena causa para luchar.

Cada estado tiene su propia ley electoral. Hay algunos estados que ya lo hicieron y otros que están en ese proceso, pero al final del día son aperturas. En nuestro caso, teniendo una gobernadora mujer y siendo una de las puntas de lanza en los temas de igualdad y equidad vamos a hacer muy buen papel. Ella ha sido una gran aliada. Creo que la ciudadanía tiene una muy buena visión en el tema de género. Antes se cuestionaba que hubiera una mujer gobernadora y decía la gente: “¿¡Una gobernadora mujer en Sonora!? ¿Cómo? No, no se puede… no hay cabida”. Y ya ves, ya la tenemos.

Sí, somos muy machistas y machitos y todo… y ya vemos, tenemos una gobernadora mujer que combina la mano firme, la buena organización y que tiene sensibilidad. El próximo año ya veremos qué pasa… ¿dónde estarán nuestras mujeres?

Definitivamente, el 2018 abre nuevas expectativas para el empoderamiento de la mujer. Y las vamos a aprovechar.