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Guía para el suicidio en Holanda

Aunque un país muy liberal y avanzado, pero moralmente huérfano, pionero en la implantación de la eutanasia, una Asociación Civil fue reconocida por el gobierno para informar cómo poner fin a la vida

Por Dr. Jorge Ballesteros

El suicidio es la destrucción de la propia vida, directamente procurada, ya sea por medio de una acción o a través de una omisión voluntaria. Edwin Schneidman  definió el suicidio como “el acto consciente de aniquilación autoinducida, que se entiende mejor como un sufrimiento multidimensional en una persona vulnerable que percibe este acto como la mejor solución a sus problemas”.

La vida es un don tan grande y tan lleno de posibilidades que todos la aprecian como un gran tesoro. La misma naturaleza ha dotado al hombre de un fuerte instinto para no perderla: el instinto de conservación.

La tradición judeo-cristiana ha mantenido que la vida es un don de Dios y que está estrictamente prohibido darle fin. Estas influencias siguen existiendo y es posible que contribuyan a una menor tasa de suicidios en los practicantes de la religión católica.

Sin embargo en el mundo neo-moderno la filosofía laica ha influido en la forma como se considera el suicido en nuestra sociedad y ha llevado a la aparición de movimientos que apoyan el suicidio como parte de los derechos de los individuos, llegando a la aprobación de la eutanasia, incluso en menores de edad.

La “cultura de la muerte” Como ha sido definida por un experto de bioética, Gonzalo Miranda, sería “una visión social que considera la muerte de los seres humanos con cierto favor”, lo cual se traduce en una serie de actitudes, comportamientos, instituciones y leyes que la favorecen y la provocan.

En Holanda, país muy liberal y avanzado, pero moralmente huérfano, pionero en la implantación de la eutanasia, ha sacado una “Guía” para hacer más cómodo el  suicidio, por primera vez una organización en favor de la eutanasia ha lanzado un portal de internet en Holanda dando consejos sobre cómo suicidarse. (BBC Mundo). Está dirigido a personas que no padecen una enfermedad terminal.

Si bien en Holanda la ley penaliza la ayuda al suicidio, informar no es un delito, por lo que la asociación no infringe ninguna normativa, según fuentes del Ministerio de Justicia, quien ha recibido enérgicas quejas de grupos conservadores que piden el cierre del portal.

¿Muerte más humana?

6 SuicidioLa asociación afirma que es la primera vez que un interlocutor reconocido por el gobierno pone a disposición en internet información sobre cómo poner fin a la vida con ciertos medicamentos.

Según dice, el objetivo es evitar que quienes han entrado en un patrón irreversible de suicidio, recurran a técnicas altamente dolorosas, como brincar de un puente con una soga al cuello, lanzarse al metro o prenderse fuego.

«La idea es informar para que las personas puedan poner fin a su vida de una manera digna, (no estamos de acuerdo con su concepto de dignidad) no brincando de un tren», explica a BBC Mundo Walburg de Jong, del servicio de información del NVVE.

La información del portal es restringida, aunque puede accederse a ella pagando la membresía que tiene un costo de 25 dólares. El único requisito para ser miembro es tener más de 16 años.

Una vez que se entra a la página, la persona tendrá información del cóctel de medicamentos que se requieren para morir. Encontrará también datos sobre dónde encontrar los fármacos y los nombres bajo los cuales se venden en otros países.

«Es una opción para las personas que no pueden recurrir a la eutanasia», dice Walburg de Jong.

Otra noticia de Holanda, es que se está aplicando la eutanasia en contra de la voluntad de los pacientes, al arbitrio de los médicos o familiares. La Comisión para la Eutanasia en Holanda alerta de que un médico ha practicado el suicidio asistido a una anciana que sufría una enfermedad mental, sin que la paciente haya solicitado morir en ese momento, y haya mostrado su rechazo mientras se le inyectaba la dosis letal. El doctor consideró que la mujer vivía en «sufrimiento innecesario» y que era momento de acabar con ello dado su deterioro de salud. Esto no es eutanasia, ni suicidio asistido, es homicidio sin más, porque ¿quién es el médico para arrogarse el derecho de quitarle la vida a otro ser humano?

“Es un acto grave de violación a la ley moral de no matar”. La acción eutanásica no es un acto médico sino un acto homicida impropio del médico. La eutanasia no es una forma de medicina. La razón de ser de la medicina es la curación del enfermo, guardando siempre del respeto a la dignidad humana. El médico nunca puede provocar la muerte, aunque sea por compasión.

Desde que se legalizó la eutanasia en Holanda —dice el Dr. J.C. Willke— lo que comenzó aplicándose sólo en casos extraordinarios, se ha transformado en rutina. Veinte mil de las 130 mil personas que mueren cada año en ese país son matadas o ayudadas a morir por médicos. ¡La mitad de las mismas no pidió morir! Estas incluyen ahora recién nacidos cuya calidad de vida se considera deficiente y adultos (e incluso adolescentes) depresivos en buenas condiciones físicas.

El Dr. Karel Gunning, holandés, cita varios casos documentados sobre la eutanasia en Holanda, entre ellos los siguientes: «Conozco a un oncólogo que trataba a una paciente con cáncer en el pulmón. Sufrió una crisis respiratoria que hizo necesaria la hospitalización. La paciente se rebela: —no quiero la eutanasia—, imploraba. El médico le aseguró que no; la acompañó el mismo a la clínica; la vigiló. Tras 36 horas, la paciente respira normalmente, las condiciones generales mejoraron. El médico se fue a dormir. A la mañana siguiente, no encontró a la enferma en su cama: un colega había «acabado» con ella porque faltaban camas libres». En otro caso, «es de un anciano hospitalizado de agonía. El hijo pide a los médicos que “aceleren el proceso”, de modo que el funeral del padre pueda tener lugar antes de su viaje de vacaciones al extranjero que ya tenía reservado».

El debate

En medio del debate sobre el derecho a morir dignamente surgen conceptos que a veces se confunden entre sí. Eutanasia, suicidio asistido y muerte digna no es lo mismo.

Muerte digna es la que se produce con todos los alivios médicos adecuados y los consuelos humanos posibles cuando una persona está en fase terminal de su enfermedad y va a morir irremediablemente. No es una muerte bajo petición ni a demanda.

Cuando se habla de suicidio asistido se hace referencia a la ayuda que recibe una persona que desea la muerte para suicidarse, incluidos el asesoramiento sobre dosis letales de medicamentos, la prescripción o el suministro de los mismos. Pese al asesoramiento, es el paciente el que voluntariamente termina con su vida, (la otra persona nada más ayuda a matarla).

La eutanasia es “causar la muerte de otro, para evitar sufrimientos considerados insoportables (por ser personas disminuidas o enfermas o moribundas) a petición de esta persona o bien por considerar que su vida no es digna”. El juicio moral de la eutanasia es que siempre es una forma de homicidio, porque un hombre da muerte a otro, por un acto positivo o por una omisión.

Valoración moral del suicidio: Como ya ha indicado Santo Tomás, el suicidio directo, objetivamente considerado, es un acto gravemente ilícito, por tres razones principales:

  1. Porque es contrario a la inclinación natural (ley natural) y a la caridad por la que uno debe amarse a sí mismo.
  2. Porque hace injuria a la sociedad a la cual el hombre pertenece y a la que su acto mutila: la priva injustamente de uno de sus miembros que debería colaborar al bien común.
  3. Porque injuria a Dios: “la vida es un don dado al hombre por Dios y sujeto a su divina potestad que mata y da la vida. Por tanto el que se priva a sí mismo de la vida peca contra Dios, como el que mata a un siervo ajeno peca contra el señor de quien es siervo… A sólo Dios pertenece el juicio de la muerte y de la vida…” (Santo Tomás).

Ya San Agustín lo había interpretado de tal manera: “No es lícito matarse, ya que esto se debe entender como incluido en el precepto No matar, sin ningún agregado.

No matar, por tanto, ni a otro ni a ti mismo. Porque efectivamente, quien se mata a sí mismo, mata a un hombre” (De civitate Dei, I,20).

*Asociación Sonorense de Filosofía ASFIL