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La tradicional “bajada” de la Santa Cruz

Por Karla Karina Flores

San Javier es un municipio que se encuentra a solo dos horas de Hermosillo, los sonorenses podemos presumir que es un pueblo pintoresco, lleno de festividades y tradiciones. Tiene un gran potencial turístico, en primera parte por su propia naturaleza que permite dar un descanso de la vida citadina.

Además que es muy famoso gracias a la grabación de la película “La Tuba del Goyo Trejo” del sonorense Sergio Galindo, también por las ruinas de Las Ánimas, una mina que ya ha dejado de producir y se puede visitar para conocer parte de sus instalaciones.

Entre sus emblemáticas tradiciones se encuentran las festividades del día de la Candelaria y una que no es tan conocida: la famosa bajada de la Santa Cruz, de la cual les platicaré un poco.

Estamos acostumbrados a ver el tres de mayo como un festejo propio de los albañiles, sin embargo, desde que los jesuitas llegaron a San Javier a principios del siglo XVIII el día de la Santa Cruz se consolido como una tradición, hasta nuestros días, como un festejo minero.

A pesar de la modernidad y globalización que nos rodea, los habitantes de este pueblo honran año con año el día de la Santa Cruz, como sus antepasados mineros indígenas les enseñaron.

En México se consolidó el 11 de julio para conmemorar a los mineros, quienes tienen largas jornadas de trabajo riguroso y así facilitan nuestra vida con una infinidad de artículos que se producen a través de los metales extraídos. En este pueblo se comenta que para ellos también el tres de mayo es como si fuera el día del minero.

Hay que recordar que los mineros de San Javier trabajan de una manera muy “artesanal” haciendo su rutina de trabajo muy cuidada, en ocasiones con pico y pala para lograr extraer el carbón antracita de las 51 minas activas que se encuentran en el municipio; las cuales la mayoría pertenecen a los propios ciudadanos del pueblo siendo un potencial económico de la región creando pequeñas empresas que engrandecen y acogen a gente trabajadora del estado o foránea.

Es por ello que el festejo de la Santa Cruz se conmemora como un acto de fe y agradecimiento entre los mineros, sus familiares y los oriundos de San Javier que, aunque no residen ya en el pueblo regresan a las festividades que comienzan el dos de mayo.

En dicho festejo participa el patronato minero, los trabajadores y la comunidad en sí, la ‘bajada de la Cruz’ comienza en el puerto minero para realizar una procesión que finaliza en la iglesia de San Francisco Javier. Este año 20 minas participaron con la decoración de su cruz.

Según el cronista de San Javier, Juan Pórtela Encinas, la bajada de la Santa Cruz es un festejo minero para celebrar con fe haberlos guiado en sus trabajos en la profundidad de las minas.

Orgullosamente los mineros recorren los caminos de tierra, piedras y concreto cargando sus cruces durante toda la procesión, se agradece en la iglesia que se encuentra frente a la plaza del pueblo con una misa y la bendición de cada cruz, y por la noche el festejo con música tradicional sonorense no falta en lo que llaman ‘el día de minero’ en San Javier.

“El haber sido testigo de gente trabajadora, presenciando los rostros cansados, severos de tristezas y alegrías, me enseñó la grandeza del hombre minero, quien es libre del espíritu y con generosa bondad”, recuerda Juan Pórtela Encinas.

Es una tradición sonorense digna de conocerse. Y a ti que te gusta viajar por Sonora, la invitación de asistir a tan atractivo pueblo siempre queda abierta.