Destacada

La voz del paciente con cáncer

“Mi lucha en estos 30 años ha sido dignificar al paciente oncológico, luchar por sus derechos, y lograr que cada día más la gente sea consciente de esta problemática; hoy por hoy mi único propósito en la vida es alzar la voz”: Alma Irene Salazar, fundadora de Grupo Reto y fundación Fonsi

Por Redacción

Alma Irene Salazar es una activista entusiasta con un enorme corazón, dispuesta siempre a luchar, dar y ser una mano de ayuda para quien lo necesita. Tiene una energía que irradia. La injusticia y el dolor, son cosas que no deja pasar fácilmente, más cuando se trata de un paciente.

Recibió a Primera Plana en el cubículo de Grupo Reto que está al interior del Centro Oncológico de Sonora, este hospital público es el único en su tipo en la entidad y recibe a personas diagnosticadas con cáncer, en un 80% se trata de personas de escasos recursos.

La charla con Alma Irene se da en medio de su actividad cotidiana. Los pacientes acuden con ella porque saben puede solucionar.

Recuerda que era muy joven cuando le entregaron los resultados de su primer diagnóstico de cáncer. No entendía muy bien de qué se trataba aquello. Así que decidió informarse y conocer a fondo todo lo relacionado con esta enfermedad.

“Desde el primer diagnóstico hasta ahorita —ha tenido tres diagnósticos de cáncer— han pasado 32 años; en ese tiempo no me he sentado a llorar y lamentar de ¿por qué a mí…? Todo ha sido todo tan rápido, tan sorpresivo, tan inesperado que si me platicaran mi propia historia no me la creería. En esa búsqueda de solución de problemas que he vivido, ya sea estéticos, emocionales, de cualquier tipo, me he enfocado a buscar información, por lo que me he preparado constantemente desde aquel primer diagnóstico”.

Sin duda eso le cambió completamente la vida, pero más allá, como lo explica, le dio un propósito.

“Estoy 100% enfocada a defender los derechos de los pacientes y no me importa qué es lo que tenga que hacer si yo veo una injusticia”.

Desde hace casi veinte años, y tras superar la enfermedad, le dio vida a una institución que ha ayudado a cientos de personas (aunque nos confiesa que no le agrada fijarse en cantidades). Grupo Reto nació con ese único propósito: ser un apoyo físico, mental y espiritual para los pacientes con cáncer.

“Siempre voy a estar a favor del paciente, soy la voz del paciente en acción”, indica con firmeza.

Y es que para lograr esto, se mantiene en constante capacitación. Apuesta por la información en todo momento, toda vez que por su ocupación de brindar conferencias, charlas y asesorías, lo considera primordial para orientar. Frecuentemente acude a seminarios, capacitaciones, ya sea en México o en otros países.

¡Toc-toc! —se escucha que llaman a la puerta—. Diana, una mujer de Agua Prieta entra al cubículo para avisarle a Alma que esa tarde dejará el Albergue de la Fundación Fonsi, donde estuvo una semana mientras recibía un tratamiento en el Centro Oncológico. Agradecida y con lágrimas en los ojos, solo le pide le ayude a completar su pasaje para el camión de regreso. Después de unas llamadas por teléfono esa misma noche ella estaría cenando con su familia.

El albergue está ubicado a 300 metros del hospital y quienes lo solicitan pueden quedarse. Ahí tienen cama, comida y los servicios necesarios mientras reciben atención médica.

“Siempre me ha gustado apoyar”

Un logro reciente, platica, es que acaban de conseguir un convenio para que pacientes con cáncer puedan acceder al estudio de PET CT Scan. Con esta tecnología, los médicos podrán conocer cómo están surtiendo efecto los esquemas de tratamientos aplicados al paciente.   

Regularmente el costo de ese estudio es alrededor de 40 mil pesos, pero a través de este convenio de Grupo Reto con el Instituto de Cancerología de la Ciudad de México, podrán ayudar a que pacientes de escasos recursos paguen solo 3 mil pesos. “Siempre vamos a buscar qué más hay a favor del paciente”, dice la entrevistada.

Preguntamos a Alama Irene sobre cuáles son sus principales satisfacciones en esta lucha y nos dice sin temor:

“La satisfacción más grande es escuchar de alguien que les haya servido aunque sea un poquito mi voz, ya sea luchando por ellos o dando algún consejo, un apapacho un apoyo”.

¡Toc-toc! —nuevamente llaman a la puerta—. Ricardo, un joven que hace dos años le diagnosticaron cáncer llega para saludar a Alma. Ella se levanta y se abrazan con júbilo, “vengo como cucaracha fumigada”, dice entre risas.

“Mira ya te está creciendo más el pelo”, le comenta admirada la líder de Grupo Reto.

El joven le informa contento que como le cambiaron el esquema de quimioterapia ya no se le cae el cabello y lo mejor de todo, le confiesa, es que le quedan solo dos sesiones. Las risas de nuevo y piden que les tome una foto a los dos, con los puños en guardia, simulando estar dispuestos a boxear. Él se retira y promete regresar pronto.

“Escuchar de ellos como Richard: ‘si tu pudiste, por qué yo no voy a poder…’, es de las cosas que más satisfacción dejan. Cuando tú le explicas a alguien todo el proceso y te dice gracias porque creía que era otra cosa, es ser ese puente entre la ignorancia y un poquito de bienestar, eso no tiene precio, el escuchar que te digan gracias por lo que tú quieras, para mí no tiene precio. Si yo puedo ayudar a una sola persona, para mí no tiene precio”.

Necesario sensibilizar a la sociedad

Para Alma no hay cosa que la haga más feliz que al terminar el día, poner la cabeza en la almohada y reírse de lo que pasó en el día.

“Si estoy aquí en este mundo es por algo, tres diagnósticos… tengo muy claro que no me voy a quedar para muestra, si me voy a morir algún día, pero este tiempo que tengo aquí es con un propósito ¿y qué me voy a llevar? sólo la satisfacción de que mi estancia en este mundo sirvió para darle un poco de esperanza a alguien, lo demás, lo material quién sabe… la verdad es que la gente no sabe ni se imagina y le cuesta tanto desprenderse de su tiempo para compartir con alguien, de su dinero para apoyar a alguien, le cuesta tanto que no sabe que cuando das recibes más. Yo no doy porque sea rica ni nada, doy porque tengo, y tengo porque doy. Es como un boomerang”.

Brindar tiempo es de lo más complicado en este mundo, comenta, y se tiene que dar aunque no lo tengas, no solo migajas.

“Mi lucha en estos 30 años ha sido dignificar al paciente oncológico, luchar por sus derechos, y lograr que cada día más la gente sea consciente de esta problemática que estamos viviendo, que la gente sea más sensible, solidaria, que se comprometa con eso que no tiene, que sea empático y se ponga en el lugar del otro, hoy por hoy mi único propósito en la vida es alzar la voz”.

Empoderamiento de la Mujer

Para Alma, la clave para avanzar y construir, sin duda es el trabajo. “Siempre lo he dicho que no me gustan los pleitos, y las cosas no se logran peleando, se logran con evidencias, con sensibilización, compromiso, sin grilla. Para lograr un objetivo específico no me voy a pelear voy a tocar la puerta y voy a exponer la situación».

Escribió un libro que se llama “La decisión es tuya”, en el cual relata que en el individuo está el poder de hacer las cosas. No hay nada más poderoso que tomar conciencia y decidirse.

A propósito del Día Internacional de la Mujeres, les deja el siguiente mensaje:

“No quiero que la mujer sea más que el hombre, ni que el hombre más que la mujer, quiero que seamos iguales. Te voy a decir una cosa, lo deseable es que ninguna mujer tenga que ser defendible de nada ni de nadie, lo que necesita es empoderarse, una mujer empoderada ¡aguas! El empoderamiento de la mujer es el paso que se necesita para cambiar todo tu entorno, una mujer empoderada no la vas a convencer fácilmente de hacer o no hacer cualquier cosa. La educación es básica”.

Es así que el consejo que da a las mujeres primero es que se acepte, reconozca, y si no es así en alguno de esos casos, que busque ayuda para lograr ese punto.

“No se trata de ser más o ser menor, es que llegue el punto donde se le reconozca como dos seres humanos con las mismas oportunidades”.