Lo difícil de ser policía en Sonora

Por Gerardo Moreno Valenzuela

Una de las principales propuestas que todos los candidatos hacen en el tema de seguridad es mejorar la labor policiaca, profesionalizar a los elementos y mejorar sus salarios, pero la realidad es que luego nadie respeta esto, incluso después de morir en cumplimiento de su deber sus viudas hasta tienen que bloquear calles para obtener apoyos como víctimas.

La realidad es que ser policía en Sonora no solo es una labor de alto riesgo, sino sumamente infravalorada y desdeñada por las autoridades. Esta semana, Expreso, publicó un par de reportajes que relatan las precarias condiciones laborales de los policías en Sonora, donde se evidencia que los oficiales municipales ocupan el último lugar en cuanto a salarios, según el Modelo Óptimo de la Función Policial (MOFP).

En 2016 los salarios de los policías municipales de Sonora fueron en promedio de siete mil 826 pesos, mientras que para el 2019 apenas subieron a ocho mil 75 pesos.

En Hermosillo reciben un salario tabular de tres mil 100 pesos a la quincena, más un bono de riesgo laboral de tres mil 300 pesos, lo cual da un total de 12 mil 800 pesos mensuales.

Además de los bajos salarios, ser policía es algo de alto riesgo en Sonora, ya que ocupamos el octavo lugar nacional en asesinatos a balazos de policías, con 15 casos en 2020.

Según un informe de Causa en Común, el primer lugar es Guanajuato, seguido de Veracruz, Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Michoacán, Ciudad de México, luego ya aparece Sonora, y cierran el top San Luis Potosí y Zacatecas.

Además, en todo el país un total de cuatro mil 800 policías, de todas las cooperaciones, se contagiaron de Covid19 y poco más de 700 fallecieron por esta enfermedad, un promedio de uno de cada siete, en Sonora no se tiene el detalle.

Por otro lado, según el informe del Observatorio Sonora por la Seguridad, se disminuyó la presencia policiaca municipal en el estado un 14%, ya que de tener cinco mil 384 oficiales municipales en 2019, ahora solo hay cuatro mil 551, de estos casi el 70% ya acreditó sus exámenes de control y confianza.

Y ahora, sabemos que aun cuando fallece un policía en cumplimiento de su deber sus esposas no recibirán justicia, pues desde el pasado martes 16 de marzo tuvieron que bloquear los bulevares Rosales y el Pino Suarez, en Hermosillo, para exigir una indemnización que se incluye dentro de la Ley de Atención a Víctimas.

20 viudas de ellas ya fueron reconocidas como víctimas por un juez y 10 más están en proceso, con eso pueden acceder a un fondo disponible desde el 2015, cuando se aprobó la ley, sin embargo, sólo les han dado largas y no resuelven, llegando al extremo de tomar las calles.

Sin duda, ser policía en Sonora no sólo es de alto riesgo, es una labor mal pagada y aun muriendo en algún ataque armado, su familia batallará para recibir apoyos. Justo en periodo electoral todos dirán que tienen la solución al tema de seguridad y que ellos si apoyarán, pero llegando al puesto se les olvida. Por justicia, esperemos que ahora sea diferente.

Así lo veo yo, como lo ven ustedes.