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Médicos forenses: la muerte sin escalofríos, solo ciencia

“Primera Plana” platicó con el maestro Maximiliano Cinco Anduaga, un criminólogo de carrera y docente universitario que observa la muerte desde un espectro más amplio, para explicar, resolver e incluso prevenir delitos

Por Gerardo Moreno

Mientras muchos ven con cierto temor a la muerte, tratando de darle un sentido religioso, místico o incluso solamente médico, hay quienes deben verla con total seriedad y desde un punto de vista científico, porque representa la posibilidad de resolver o no un delito, son los forenses y criminólogos.

Así ha sido la vida del maestro Maximiliano Cinco Anduaga, quien entró al mundo de la criminalística por el gusto de poder investigar y encontrar esos detalles del lado oscuro del ser humano y usarlos para poder resolver crímenes, pero también poder prevenirlos.

Maestro Maximiliano Cinco es coordinador de la carrera de Criminología en la UES.

“La criminología trata con lo más oscuro del ser humano, trata de hablar sobre el génesis de estas conductas antisociales como delictivas, hay diferencia pero están ligadas al final. Estos génesis precisamente a veces son de índole psicológico, a veces biológico y también de índole social, aquí es donde se encuentran todos los detonantes de los delitos que debemos detectar”.

El maestro Cinco recibió a Primera Plana en su cubículo en la Universidad Estatal de Sonora, ahí platicó como decidió dedicar su vida a la criminología, cómo terminó como docente y los retos de ser el coordinador de la carrera de Criminología y Criminalista de la UES.

Pasión por investigar

Toda su familia es sonorense, su padre era originario de Esperanza y su madre de Navojoa, pero su papá viajó a la Ciudad de México a un congreso de química y ahí nació él, inmediatamente volvieron a Esperanza.

En la preparatoria decidió estudiar la carrera de criminología pero no existía en ninguna universidad local, por lo cual tuvo que mudarse a Nuevo León a estudiar en la Universidad Metropolitana de Monterrey.

Antes de terminar entró a trabajar en Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, en criminalística de campo, se graduó en el 2005 y luego brincó al área del Servicio Médico Forense (Semefo) también en Monterrey.

En el año 2010 regresó a Sonora por el impulso de sus padres, comenzó a trabajar como docente en la Universidad Vizcaya de las Américas y trabajó en el Semefo de Hermosillo. Luego brincó a ser el director de la carrera en criminología de la Universidad Durando Santander.

Finalmente en el 2017 recibió la oferta de ser maestro de tiempo completo en la UES y coordinar las Carreras de Criminología y la licenciatura de Ciencias Policiales, labor que realiza con mucha pasión.

“Humildemente te lo digo soy un profesional dando clases en un aula, ciertamente no tengo esa formación pedagógica pero aun así en los temas, en la manera que uno tiene que proyectar y compartir lo mucho o lo poco que se tienen de conocimiento, se ha hecho una especie de vocación, de pasión y es eso lo que realmente comparto”.

Toda su vida se dedicó a la criminología y ahora a la docencia gracias al apoyo incondicional de su esposa. Tiene dos hijos, uno de dos años y otro de cuatro, sabe que algún día deberá hablar con ellos de lo que se dedica y si alguno quiere seguirlo lo apoyará, pero solo si tiene vocación.

“Tengo una gran esposa que me entiende y que hasta cierto punto le encanta esto también, es más es excelente perfiladora con eso te digo todo, pero es eso precisamente que tengo ese apoyo moral de parte de ellos. Y en su momento tocaría estos temas con mis hijos”.

Relación con la muerte

Platicó que se tiene la mala idea de que cuando se habla de crímenes pareciera un tema propio de policías o de abogados, donde se aplique un Código Penal, pero la criminología mira todo desde un espectro más alto que busca explicar por qué estas conductas, para incluso poder prevenir los delitos antes que pase.

La relación del Criminólogo con la muerte, hablando del tema médico-forense, se basa en tratar de responder tres preguntas legales básicas, que sirven para resolver un delito y obtener justicia para la víctima:

1.- Darle identificación a la persona que está en la plancha, a través de pruebas dactilares, ADN y otros exámenes científico-forenses que sirven para determinar quién es.

2.- Definir la causa mortem, es decir la manera de cómo murió, más cuando hay atenuantes, que se ve lo corrompida que está la sociedad donde encuentras cuerpos amarrados, enterrados, calcinados o flotando en un canal. Hay que definirlo y eso le dice al Juez cuál es el delito que va a perseguir.

3.- Por último, llegar a un cronotanatodiagnóstico, que es definir cuánto tiempo tiene de muerto en base a varias pruebas internas del cuerpo o externas viendo cuestiones de larvas, insectos y demás.

“Todos estos datos, más los mismos datos que te arrojan la criminalística de campo, te da luz a muchas líneas de investigación que evidentemente tenemos que agotar. Entonces la verdad de las cosas es que ciertamente es vocación lo que uno tiene que tener para realizar este tipo de cosas”.

Explicó que ser criminólogo o ser forense, no es como las series estadounidenses como CIS o Bones, sino que esto tiene que ser totalmente científico donde todas las pruebas periciales estén muy bien hechas, sin conjeturas, para determinar la verdad.

La importancia de la criminología toma mayor relevancia ahora con el nuevo sistema de justicia penal porque todo tiene que ser dictaminado y comprobado con evidencias científicas para resolver un crimen.

No es para todos

Maximiliano Cinco señaló que dedicarse a ser criminólogo, médico forense, pericial o cualquiera de las ramas de esta carrera, debe realmente gustarle esta profesión debe tener sentido de regresarle algo bueno a la sociedad a través de la impartición de justicia.

“Desgraciadamente llama la atención a todo el mundo para estudiarlo o para hacerlo en serio. Pero quiero decirlo con todas las letras, a todo mundo les puede gustar pero esta carrera es muy celosa, esta carrera elige, y en el camino se va descartando a aquel que no está hecho o no quiere dedicarse a ella”.

Dijo que ya ni siquiera se habla de quién pueda soportar un cadáver o hacer pruebas periciales, sino algo que parece tan sencillo como sacrificar navidades, vacaciones, tiempo en familia o pareja, porque tienen que quedarse en guardias. Ya que en cualquier momento se puede cometer un delito y debe haber un criminólogo que lo investigue.

“Yo creo que todo aquel niño que diga yo quiero ser policía es el perfil idóneo, porque si tú te sientes agredido te vas a defender, pero si ves que alguien está en peligro lo defenderías, pero déjame decirte que hay muchos que si lo haríamos y eso el perfil que queremos, necesariamente es ver por toda la sociedad”.

Explicó que en caso de la UES los aspirantes a criminólogos primero tienen que pasar una prueba con el psicólogo, un examen médico, ya que en esta carrera manipula todo tipo de armas de fuego, y se analizan las cuestiones sociales.

La carrera inició desde el 2017, la primera generación está cursando el quinto semestre y en dos años egresarán. Al momento hay inscritos alrededor de 400 estudiantes y por el éxito se planea seguir creciendo.