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Museos y naturaleza, turismo cultural en Sonora

Proponemos combinar naturaleza e historia, y hacer un recorrido en el espacio y en el tiempo de Sonora para redescubrir una geografía ante la que solemos cerrar los ojos    

Por Imanol Caneyada

Ahora que las vacaciones imponen horas muertas y un difícil acertijo sobre qué hacer con esas horas; y contra la idea generalizada de que en Hermosillo y en Sonora es escasa la oferta, va por delante un itinerario de museos que, en muchos casos, están ligados a lugares cuya belleza natural a veces se nos escapa.

No son los más famosos del país, es cierto, y su infraestructura deja mucho que desear, pero todos ellos, dentro de su precariedad, nos permiten acercarnos a nuestra historia, a un pasado lejano en algunos casos y cercano en otros; los pocos museos esparcidos por Sonora no dejan de ser un pedazo de nuestra memoria.

Museo Costumbrista de Sonora en Álamos.
Museo Costumbrista de Sonora en Álamos.

Empecemos por el sur. En la bella Álamos, en plena ciudadela, nos espera el Museo Costumbrista de Sonora, el cual nos ofrece un recorrido por la cotidianidad de los últimos tres siglos a través de objetos muy cercanos, humanos e inmediatos, y un acercamiento a las usos y costumbres y a la forma de entender la vida de los sonorenses.

Además, cuenta con una sala dedicada a una de las dos celebridades que ha dado esta ciudad: el médico y tenor Alfonso Ortiz Tirado, en cuyo honor se celebra el conocido Festival Alfonso Ortiz Tirado.

La otra celebridad, María Félix, la Doña, tiene su propio espacio no muy lejos de ahí.

Además del museo, Álamos cuenta con el encanto de su arquitectura colonial, encuadrada en un paisaje verde y frondoso.

Museo Sonora en la Revolución, en Cajeme.
Museo Sonora en la Revolución, en Cajeme.

A menos de dos horas de ahí, en Ciudad Obregón, encontramos el Museo Sonora en la Revolución, ubicado en la que fue la casa de Francisco Obregón Tapia. Una oportunidad para profundizar en la forma en que la entidad participó en uno de los eventos históricos más trascendentes del país que para bien y para mal nos define como sociedad.

Después de sumergirse en la gesta revolucionaria de la que surgieron la mayoría de las instituciones que, cien años después, parecen tambalearse, podemos darnos una vuelta por la Laguna Náinari, un espacio de recreo relajante y encantador, envidia de los hermosillenses.

Continuando por la eternamente en obras carretera Cuatro Carriles, es posible desviarse en Cócorit y visitar el Museo de los Yaquis, un espacio cultural conformado por once salas temáticas que permiten conocer la cosmovisión, territorio, fiestas tradicionales, música y danza, etnografía, gobierno, medicina, vida cotidiana e historia del pueblo yaqui, desde sus orígenes hasta el siglo XX, pasando por los períodos de lucha y supervivencia.

Museo del Ferrocarril en Empalme.
Museo del Ferrocarril en Empalme.

No muy lejos de San Carlos Nuevo Guaymas, el lugar preferido de los sonorenses para vacacionar, se encuentra el Museo Ferrocarrilero, en pleno corazón de Empalme.

Pequeño y modesto, se ubica en un coche que funcionó como exprés con el número 1047. El MUFER se ha dedicado al rescate, la conservación y la clasificación del patrimonio ferrocarrilero. Rescata la historia de la estación de Empalme, del ramal Guaymas-Empalme. Cuenta con una réplica de la máquina locomotora 650, elaborada en los talleres del mismo ferrocarril.

La oferta en la capital del estado es escasa. Con el museo regional sito en la antigua cárcel aún cerrado, las ofertas se reducen todavía más.

Sin embargo, en la que muchos consideran una de las playas más hermosas de la región, Bahía de Kino, está el Museo Comcaac, sobre la avenida Mar de Cortés.

En Bahía de Kino, el Museo Comcaac.
En Bahía de Kino, el Museo Comcaac.

Su contenido, aunque modesto, es sorprendente. Todos los objetos que conforman la exposición permanente son originales, algunos muy antiguos y casi únicos, otros pertenecen a las primeras figuras que se tallaron en palo fierro, artesanía de la que fue precursor José Astorga.

Si la visita al museo no llena las expectativas del viajero, siempre puede acercarse a la comunidad de Punta Chueca, en donde el mar y el desierto se encuentran en una comunión mágica y vive la tribu comcaac defendiendo su derecho a la singularidad.

Con suerte, un miembro de la tribu lo llevará en panga a la sagrada y rotunda Isla de Tiburón.

En las puertas de uno de los recorridos más hermosos del estado, el del río Sonora, nos espera Ures, una ciudad que conserva el encanto de los pueblos de la entidad, otrora capital y destacado centro cultural en el siglo XIX.

En Nacozari, museo dedicado al músico Silvestre Rodríguez.
En Nacozari, museo dedicado al músico Silvestre Rodríguez.

El Museo Regional, entre otras muchos objetos originales y sorprendentes, guarda el documento original de la Primera Acta del Congreso del Estado Libre y Soberano de Sonora, al separarse el Estado de Occidente.

Más al norte, la belleza de las postrimerías de la sierra guarda en su interior el Museo Silvestre Rodríguez, en Nacozari de García, dedicado al gran músico mexicano e instalado en la que fue su casa.

También cuenta con una sala en honor al héroe de la entidad, Jesús García, y otro espacio consagrado a otro gran músico, el sonorense Manuel S. Acuña.

Museo de la Lucha Obrera en Cananea.
Museo de la Lucha Obrera en Cananea.

Si de Nacozari nos regresamos a Moctezuma y de ahí a Baviácora, una ruta de poderosa belleza natural, podemos retomar el camino del Río Sonora hasta llegar a Cananea, en donde nos encontraremos con el Museo de la Lucha Obrera, ubicado en la antigua cárcel de la ciudad minera, cuna de la revolución y recorrido histórico por una actividad económica que hoy en día es la principal de la entidad: la minería.

Así, combinando naturaleza e historia, podemos hacer un recorrido en el espacio y en el tiempo de Sonora y redescubrir una geografía ante la que solemos cerrar los ojos.