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Sonorense lleva a la ópera drama migrante

En un desierto, lleno de insectos y caminos polvorientos, aparecen tres minutemen armados con rifles, cervezas y cigarros. John, uno de los cazadores de inmigrantes ilegales en la frontera, asegura que han estado invadiendo su propiedad.

La escena pertenece a una ópera.

En Inmigrante ilegal, Alfonso Molina, libretista y compositor mexicano, examina cuestiones como la migración, el patriotismo, el derecho a la propiedad privada y la xenofobia.

«Estoy tratando de darle voz a las comunidades vulnerables en los Estados Unidos», dice.

Nacido en Sonora en 1980, Molina conoce de primera mano el drama de los migrantes. Vivió en la frontera y se involucró en una investigación sobre el flujo de migrantes centroamericanos que derivó en el documental De nadie, Morir cruzando, de Tin Dirdamal, que relata la pesadilla de María, una mujer hondureña que atraviesa el territorio mexicano para alcanzar el sueño americano.

Esa experiencia, por «terrible y dolorosa», dejó una marca en Molina.

La película resultó ganadora en Sundance en 2006. Y ahí se produjo otro encuentro clave. Conoció a un minuteman que defendía con vehemencia lo que consideraba su legítimo derecho a cazar migrantes, en aras de la defensa de su seguridad y propiedad privada. Eso le resultó un choque que está plasmado en la ópera.

Escribió la primera escena, aquella de los minutemen en el desierto, como un ejercicio de maestría en la Manhattan School of Music. Causó un gran impacto. Había logrado captar el sonido del desierto, la sed, el calor.

«Esto es un parteaguas, ésta es tu voz», le dijo su maestro, el compositor Richard Danielpour.

Decidió entonces ir al lugar donde estaba sucediendo todo. Postuló al doctorado en la Universidad de Arizona. Tenía pocas esperanzas de que lo admitieran con un proyecto tan crítico. Pero lo logró.

«No todo es oscuridad, había gente que tomaba sus coches y se llevaba a los migrantes», dice. Una ayuda que se castiga con cárcel. Por eso incluyó al personaje de Pumpkin, la esposa embarazada de John, el minuteman, que ofrece agua a los inmigrantes sedientos, y que trágicamente muere abatida por un disparo de los suyos.

«Patrullan y terminan matando a uno de los suyos. Es una metáfora de que estás matándote a ti mismo», dice Molina, autor de una «folk ópera», inspirada en Crónica de una muerte anunciada.

Estrenó la ópera en Tucson en febrero. Creyó que para entonces ya habría reforma migratoria.

Inmigrante ilegal acaba de ser premiada por la Boston Metro Opera que la incluirá tanto en su temporada 2014 como en su programa educativo.

En México se estrenó en las Fiestas del Pitic 2014, en Hermosillo. Molina afirma que quisiera verla escenificada en el DF.

REFORMA