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Un botín llamado Unison

Volvió a triunfar el caciquismo que nunca se ha podido erradicar en nuestro país y que tanto daño nos ha hecho. La Unison seguirá fomentando la empleomanía

Por Feliciano J. Espriella

Si aguantamos a los españoles trescientos años y al PRI setenta, es entendible que les concediéramos otros ocho años a los químicos para seguir mangoneando la Unison. Qué más da, apenas llevan veinticuatro años apoderados de nuestra otrora máxima casa de estudios.

Los mexicanos, y consecuentemente los sonorenses, somos, definitivamente, el pueblo más aguantador no digo del planeta, sino del universo entero. Me parece que también los más agachones.

La sucesión en la rectoría de la Universidad de Sonora en los últimos 24 años es ampliamente conocida. Jorge Luis Ibarra Mendívil la ocupó de 1993 a 2001. Luego impuso a Pedro Ortega Romero hace diez y seis años. Éste a su vez en el 2009 maniobró el proceso de elección y le heredó el trono a Heriberto Grijalva Monteverde, a quien ahora le tocó el turno de operar a favor de Enrique Fernando Velázquez Contreras.

Lo hizo bien. Su gallo (ojalá tenga cuando menos espolones) fue electo por la Junta Universitaria el pasado lunes, mediante el mismo método y las mismas artimañas que les han dado excelentes resultados. Sobre el sistemita de elección, en nuestra edición 1958 del 20 de marzo de 2009 escribí:

“…si el rector cuenta con tres votos de los foráneos, más el suyo propio, y algunos más de integrantes que en transcurso de los últimos ocho años ayudó a ingresar a la Junta, tiene si no el total control de la elección, sí una enorme ventaja para que llegado el momento el o la elegida sea quien más le conviene”. Se demostró en ese año y lo acabamos de ver nuevamente.

En esa misma edición también hice el siguiente comentario:

“He visto en los últimos años que la Unison ha recibido varios reconocimientos externos de diversas instancias educativas del país. Lo cacarea por todos lados el propio Pedro Ortega como si destacar en el súper mediocre esquema educativo nacional de veras fuera un mérito”.

Y en cuanto al hoy todavía rector Heriberto Grijalva y entonces candidato, en una reunión con un grupo de periodistas cuando andaba en campaña le dije: “la Unison se está conformando con ser de las mejorcitas universidades entre las mediocres. Luego le pregunté, ¿Cuándo y cómo se va a dar el salto para escalar el siguiente peldaño, y llegar a ser aunque sea de las últimas pero de entre las mejores?”.

No me respondió nada en ese sentido porque seguramente no tenía la menor idea de saber qué se tendría que hacer y mucho menos cómo. Fue evidente en su mediocre gestión.

Fábrica de empleados y además mal pagado

La Unison se ha convertido en una fábrica de empleados de nivel medio y mal pagados. Ya no produce emprendedores. Los últimos rectores se han dedicado en el aspecto académico a seguir el obsoleto sistema educativo que nos tiene hundidos como país. Un esquema que crea ciudadanos apáticos a los que se les enseña obedecer en vez de actuar, entrenados para hincarse ante los poderosos en vez de levantar la voz y luchar por sus derechos.

Las universidades públicas de México buscan sólo producir cantidad de egresados en vez de profesionistas de calidad y la Unison no es la excepción. Denise Dresser, escritora y politóloga mexicana escribió en alguna ocasión “…México, el país que produce empleados en vez de emprendedores. México, el país que produce personas orgullosamente nacionalistas pero educativamente atrasada. México, el país que enseña a sus habitantes a lidiar con un entorno que ya no existe, y México sólo prosperará y sólo habrá ciudadanos en este país, cuando su gente esté educada y muy bien educada”.

La Unison no se ha acercado siquiera esos esos estándares en los últimos 24 años bajo la dinastía de los químicos. No creo que el rector designado (me resisto a decirle electo), que viene del mismo establo vaya a hacer algo diferente. Algo que verdaderamente valga la pena.

Ya lo dice la sabiduría popular: “Si sigue haciendo lo que siempre has hecho, te seguirá pasando lo que siempre te ha pasado”.

No faltará quien argumente que la decisión fue de la Junta Universitaria integrada por 15 personas de reconocida solvencia moral. No dudo de su honorabilidad, sin embargo, a ellos en última instancia si les ha ido bien en los últimos ocho años (y me parece que algunos tienen muchos más de ocho), probablemente razonarán que deben apoyar al amigo rector que tan bien los ha tratado. Al fin y al cabo sus hijos y nietos seguramente se educarán en otras universidades de más calidad y mayor prestigio. Incluso en el extranjero.

Volvió a triunfar el caciquismo que nunca se ha podido erradicar en nuestro país y que tanto daño nos ha hecho. La Unison seguirá fomentando la empleomanía bajo la hegemonía de los mismos dueños que no se han cansado de exprimirla sin recato y sin rubor y por lo visto, con la complacencia de toda la población.

Otra vez será ¿Será? ¿Quién sabe?

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.