Así lo veo | Seguir el ejemplo de Rebeca

Por Gerardo Moreno

Cuando uno ve que un deportista está triunfando se imagina que tuvo que poner mucho esfuerzo en sus entrenamientos para lograrlo, pero a veces nos quedamos cortos con la realidad, con todas las adversidades que tienen que sobrellevar, un ejemplo es la atleta paralímpica sonorense Rebeca Valenzuela Álvarez.

Rebeca estuvo en el Cobach Villa de Seris compartiendo su experiencia con los estudiantes, como parte del programa “Héroes Orgullo Sonora” de la Secretaría de Gobierno.

Les platicó que su primera prueba fue a una corta edad, cuando sus compañeros le preguntaron por qué sus padres tenían diferentes apellidos al de ella, es decir, se dio cuenta que era adoptada. Con esa idea confrontó a su madre quien la hizo entender que aunque no sea su hija biológica sí es su hija porque ella la cuida y ama.

Luego recordó que al ser una niña con problemas de visión sufría mucho bullying en la primaria, donde le decían todo tipo de adjetivos por sus ojos. Sin embargo, enfrentó a su acosador y logró entrar al equipo de futbol de su escuela.

Como siempre le gustó el deporte, de ahí brincó al Atletismo donde probó en varias disciplinas hasta que a los 15 años decidió quedarse en lanzamiento de bala y de jabalina, porque fue la que más le lleno.

Rápidamente ganó campeonatos estatales, nacionales, Panamericanos y calificó a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde iba confiada, pero en la competencia no se dio cómo esperaba y quedó en cuarto lugar.

Platicó que al ver la ceremonia de premiación desde las gradas se llenó de frustración y coraje por saber que estuvo cerca de estar en el podio. Pero dijo que quizá no se lo merecía porque no se dedicaba al 100% a ese objetivo, ya que a veces dejaba el entrenamiento.

Entonces decidió poner todo su esfuerzo en lograr la victoria en los Juegos Olímpicos. De nuevo comenzó el ciclo de competencias que dura cuatro años, logró clasificar a los Juegos de Río 2016, donde si obtuvo la medalla de bronce. Algo que dijo le supo a oro porque fue fruto de mucho esfuerzo y disciplina.

Ahora tiene su objetivo fijo en los Olímpicos de Tokio 2020 va por más. Y al final ese fue el mensaje que la joven atleta de tan solo 27 años, les quiso dejar a los estudiantes y que creo todos deberíamos escuchar y es que todos tenemos talentos y solo falta decidirnos a poner nuestro empeño y esfuerzo y dedicación en desarrollarlo y al final el éxito llegará.

Quise usar este espacio para platicar esta historia, porque muchas veces no se cuentan, solo se ven notas de los logros pero no de cómo lo hicieron y cuánto batallaron para conseguirlos. Y al final esa es la diferencia entre alguien que logra sus objetivos y quienes no, las ganas de salir adelante y el trabajo diario que le imprimas pese a los obstáculos, igual que Rebeca Valenzuela.

Así lo veo yo, cómo lo ven ustedes.