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Bush: «Espíritu benevolente» debe guiar reforma

En un regreso poco común al escenario político, el ex presidente George W. Bush exhortó el miércoles al Congreso a llegar a una «solución positiva» sobre la reforma a las leyes de inmigración, un tema que lo eludió durante su presidencia y que ahora enfrentan sus colegas republicanos a raíz de la sonada derrota en las elecciones de 2012.

En una breve alocución durante una ceremonia de naturalización en su biblioteca presidencial en Dallas, Bush evitó pronunciarse sobre los méritos de alguno de los proyectos de ley en específico que se analizan en el Congreso, pero dijo que es importante que los legisladores reconozcan los beneficios de la inmigración para el futuro del país. Aunque no apoyó directamente el plan aprobado en el Senado, sus declaraciones indican la necesidad de que los republicanos atiendan la reforma inmigratoria de una forma integral.

«No tengo intenciones de participar en la política o proyectos de ley específicos, pero espero que este debate se solucione positivamente», dijo. «Y espero que durante este debate mantengamos un espíritu benevolente y comprendamos las contribuciones que hacen a nuestro país los inmigrantes».

Bush habló en momentos en que los representantes republicanos estudian cómo deben responder a la reforma integral aprobada el mes pasado en el Senado. Algunos republicanos han dicho que el partido necesita ayudar a dar forma a la reforma de las leyes de inmigración después de la abrumadora victoria del presidente president Barack Obama entre los hispanos en las elecciones de 2012.

Sin embargo, muchos republicanos de la Cámara de Representantes no están convencidos de que apoyar un camino a la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes no autorizados sea el enfoque correcto.

Bush se acercó a los electores hispanos durante su presidencia, pero desde entonces los republicanos han perdido terreno y algunos se preocupan de que ello pueda dañar irreparablemente su capacidad para ganar elecciones en el futuro.

El ex presidente ha evitado el candelero político desde que dejó la Casa Blanca en enero de 2009, pero ha defendido la reforma migratoria anteriormente. Durante su segundo período presionó a favor de proyectos de ley similares que contemplaban dar a los inmigrantes no autorizados un camino a la ciudadanía.

En sus comentarios, Bush señaló la importancia de hacer cumplir las leyes de inmigración vigentes. «Somos una nación de leyes y debemos hacerlas cumplir. Estados Unidos puede ser una sociedad guiada por las leyes y que a la vez de la bienvenida (a los inmigrantes)», dijo.

«Podemos mantener la tradición de asimilar a los inmigrantes, de honrar la herencia de nuestra nación, creada sobre la base de la ley, pero tenemos un problema. Las leyes de rigen el sistema de inmigración no funcionan, el sistema no funciona», aseveró Bush.

No estaba claro si el aliento público de Bush ayudaría a acicatear a los representantes republicanos o tiene el potencial de socavar los esfuerzos por la reforma. Aunque el índice de aprobación de su imagen ha mejorado, Bush era un presidente muy impopular cuando abandonó la Casa Blanca y muchos conservadores se rebelaron contra su impulso a la reforma de las leyes de inmigración.

El representante Tim Griffin, republicano por Arkansas, quien trabajó en su campaña y fue asistente en la Casa Blanca, dijo que la mayoría de los representantes concuerdan con las ideas planteadas por Bush, «pero ahora tenemos que dedicarnos a legislar sobre los detalles y eso es algo muy diferente».

«Lo aplaudo por no respaldar el proyecto de ley del Senado, pero en la Cámara representamos a electores que tienen ideas fuertes sobre el tema», dijo Griffin.

El intento más reciente para buscar una solución a los problemas del sistema de inmigración fue aprobado el mes pasado en el Senado, controlado por los demócratas. El plan contempla gastar 46.000 millones de dólares en mejorar la seguridad de la frontera con México, crear nuevas vías para las personas que vienen a trabajar al país, exigir a las empresas que verifiquen el estatus legal de sus empleados y ofrecer un camino a la naturalización para los que viven en el país ilegalmente.

Sin embargo, es muy probable que el debate en la Cámara sea mucho más difícil. Muchos republicanos conservadoras representan distritos con pocos electores hispanos y pueden mostrarse menos inclinados a actuar sobre el tema.

John Boehner, republicano por Ohio y presidente de la Cámara de Representantes, dijo que no presentará el proyecto de ley del Senado en el Pleno de la Cámara y ha expresado que ningún proyecto de ley se debatirá en ese foro sin el apoyo de una mayoría de sus republicanos.

Boehner ha dicho que las mejoras de seguridad en la frontera deben ocurrir primero y que muchos republicanos en la Cámara apoyan un enfoque por fases, en vez de un solo proyecto de ley como el aprobado en el Senado.

Las discusiones sobre la inmigración se celebraron en el Centro Presidencial George W. Bush después de la ceremonia de naturalización de 20 personas procedentes de 12 países. Uno de los paneles se centró en cómo los inmigrantes ayudan a impulsar la economía de Texas.

AP

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