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“Che” Guevara: historia de un nuevo Quijote

Cabalgaba cargando a cuestas sus sueños. Músico, cantante, poeta, escritor y médico; el ideal del caballero argentino, reencarnado en el nuevo Quijote, es justamente eso: un generoso hidalgo, pobre, de una raza inmortal, un joven, enfermo, dispuesto a enfrentar a los poderosos

Por Enrique “Kiki” Vega Galindo

Ernesto “Che”  Guevara no ha muerto por una simple elevación en el nivel de vida material de los pueblos miserables. Hoy la tierra tiembla y habla mostrando a los ojos del mundo la pobreza de nuestras gentes que ha sucumbido ante la vorágine de la madre naturaleza. El cinturón de la miseria de Chiapas, Guerrero, Tabasco, Veracruz y Oaxaca, han sido destrozados por la avaricia y codicia de la clase dominante en el poder.

Hoy el hambre, el miedo, la muerte, las enfermedades, las epidemias, se presentan ante todo un futuro incierto a esas vidas, a esos verdaderos seres humanos. Ernesto luchó por un Nuevo Hombre, que luchara por la defensa, y en contra de la miseria de los pueblos oprimidos. Para formar una: Comunidad, entendida esta como lo que debe de ser: una comunión. Un entrañable vínculo de hombres libres. No sometidos a operar una maquinaria y ser etiquetados con un número. No ser esclavizados por la hegemonía del trust capitalista, o dominado por instrumentos de la burocracia política. No, Ernesto “Che” Guevara dentro de su ideal deseaba que los nuevos seres humanos fueran libres. No formar parte de una enorme alienación científica, que está conduciendo al mundo actual a una monstruosa maquinaria de robots, y nos está llevando a una catástrofe.

Guevara estaba en contra de la supremacía norteamericana y soviética, en contra del comunismo. Su ideal era una aventura, él decía: “no se puede luchar contra un adversario poderoso, porque terminaríamos pareciéndole”. Su creencia era un romanticismo anárquico. Estar lejos de permanecer encerrado en una oficina por años envejeciendo, sin sueños, ni anhelos. Esperando la muerte. Muriendo poco a poco ante un pelotón de oficinistas. Donde la carabina es: las planillas, los archivos y los escritorios.

Para Ernesto Guevara, el Nuevo Hombre sería el que tuviera un ideal para sacrificar su vida en bien de los pobres, de los miserables, de los olvidados. Esto representaba dentro de su esquema de la nueva sociedad: el valor de un símbolo. De una bandera que enarbole los principios de la libertad del ser humano. Nada fácil la tarea, para ser llevada con eficacia, en un sistema donde predomina la mentalidad empresarial dentro de los marcos del sistema capitalista norteamericano. Ernesto “Che” Guevara, no fue ni marxista, ni anti-clerical. Fue un rebelde, un revolucionario. Hablaba no en términos de aritmética, ni cuantitativos, sino de una situación de vida más coherente con las necesidades primarias de los seres humanos.

Para El Che, lo más importante era la cualidad de los seres humanos, la formación de una nueva sociedad, más equitativa. Donde no imperara el poder de los cañones, ni las bombas. Una nueva sociedad, con otra esperanza, lejos de la ambición de los poderosos mercaderes de la muerte. Una sociedad donde se respetaran los valores humanos. Una sociedad digna. Capaz de soportar los embates del empecinamiento sórdido y sangriento de los empresarios políticos.

Ernesto “Che” Guevara estaba en contra de la supremacía norteamericana y soviética, en contra del comunismo.
Ernesto “Che” Guevara estaba en contra de la supremacía norteamericana y soviética, en contra del comunismo.

Así pues, cualquiera que hayan sido las propias ilusiones de Ernesto “Che” Guevara, o sus teorías sobre la preeminencia de los factores económicos en la historia, la lucha del “Che”, ha sido una lucha espiritual, contra la materia. Así como los grandes pensadores en la época del enciclopedismo y la ilustración, Ernesto Guevara, fue un pensador de nuestros tiempos. Era un hombre que creía firmemente en sus principios, y los defendía. Luchaba por la igualdad social.

Escribió innumerables tratados sobre el tema de la injusticia. Era un ser caballeresco que cabalgaba cargando a cuestas sus sueños. Páginas enteras de la historia han sido llenadas con sus virtudes. Nacido en el seno de una familia privilegiada, se lanzó a la lucha movido por ideales románticos, y, aunque preocupado por las cifras de la producción, en un momento crítico de la economía cubana, se negó fomentar la producción mediante premios materiales. Sosteniendo que era menester cambiar la mentalidad de la masa para llegar al hombre nuevo, que la revolución anhelaba. Apelando únicamente al entusiasmo revolucionario, al patriotismo, al esfuerzo desinteresado y a la fe que mueve montañas. Alguien lo cuestionó diciéndole: ¿la fe mueve montañas? Él le respondió: “la sensatez es las que las mueve, el entusiasmo, el amor por el próximo…”.

Ernesto “Che” Guevara, fue músico, cantante, poeta, escritor, y médico. Escribió: “yo amo a los me aman, que son mi esposa y mis hijos”. El Che Guevara era amante de las ocurrencias, tiernamente humorístico y algo sarcástico. Escribió una carta donde dice: “…otra vez siento bajo mis talones el costillar del Rocinante; vuelvo al camino con la adarga al brazo…”. El Che, hombre puro de corazón, lanza en ristre y coraje invencible, no solo para enfrentar la mediocridad de los acomodados y razonables, que viven rodeados de risotadas, viendo cómo sufren  los desamparados, los humillados y ofendidos.

El ideal del caballero argentino, reencarnado en el nuevo Quijote, es justamente eso: un generoso hidalgo, pobre, de una raza inmortal, un joven, enfermo, dispuesto a enfrentar a los poderosos y mezquinos. Un hombre tan loco que finalmente logra arrancar la adhesión y hasta las lágrimas de un pueblo vibrante de emoción. Atrás se queda la inmortal presencia del querido Comandante Che Guevara. Don Quijote, El Che Guevara, como el borinquen, sale con su cargamento de sueños de su amada Cuba, en busca de nuevos peligros y aventuras, como todo buen caballero andante. Se aleja de los halagos. Para caer en un infierno. En Cuba, pudiera haber sido un hombre rodeado de las comodidades de una familia burguesa. Pero prefirió encaminarse a la selva peligrosa. Minado por su asma. Agobiado por la enfermedad, montado sobre su mula. Pero estoico e invencible. Días, semanas, meses infinitos de penurias y sobresaltos, y finalmente la implacable persecución.

Ahora podemos reconstruir sus días finales, el término de su Vía Crucis. Como al Nazareno, también tuvo que haber un Judas. Quien se llamó Antonio Rodríguez Flores. Guerrillero rendido ante las fuerzas militares bolivianas, dio las exactas indicaciones, para encontrar a Guevara. El 7 de octubre de 1967, víspera de la captura, el New York Times daba una descripción de los lugares:

Los restos fósiles fueron encontrados en el año de 1997 por un grupo de expertos científicos forenses y trasladados a territorio cubano.
Los restos fósiles fueron encontrados en el año de 1997 por un grupo de expertos científicos forenses y trasladados a territorio cubano.

“…la tierra y las picaduras trasforman aquí la piel de cualquier ser humano en un manto de miseria. La vegetación inextricable. Seca y cubierta de espinas hace casi imposible todo desplazamiento, si no es por los senderos y por el lecho de los arroyos que están estrechamente vigilados. De acuerdo con los informes militares, el comandante cubano y sus dieciséis camaradas están rodeados desde hace un par de semanas. Los militares afirman que el comandante no saldrá vivo”.

El Teniente Prado hizo al día siguiente 8 de octubre a las seis de la mañana: “ El primer pelotón enfrentó a los rebeldes y murieron dos soldados, inmediatamente identificamos a El Che y le disparamos ráfagas de ametralladora, las balas le volaron el ribete, y le pegaron en las piernas y el tórax, su compañero de nombre Willy levantó el cuerpo del Comandante Guevara, se lo echó a lomo y huyó para esconderlo, pero los soldados los alcanzaron, y soltaron ráfagas, que terminaron acribillándolos a balazos..”.

El Che no había muerto, y fue trasladado en un helicóptero a una cabaña en el Colegio de Higueras. El Coronel Selnich, fue el único que habló con El Che Guevara. Lo sometió a un interrogatorio pero El Che no dijo nada. El Mayor Guzmán quiso trasladar al Che Guevara a un hospital pero el Coronel Selnich, no lo dejó. Al anochecer, el Comandante Che Guevara le dijo a un teniente que lo cuidaba: “me duele mucho aquí”. Señalando su pecho. Al día siguiente lunes temprano en la mañana, los dirigentes políticos reunidos en La Paz, Bolivia, decidieron ejecutar a El Che.

Herido, enfermo, indefenso, desprotegido, cuya situación física se agravaba, fue ejecutado de un balazo en el corazón, por el Teniente Mario Terán. Su muerte fue muy triste. Saint-Exupéry, amigo del Che Guevara escribió: “Soy culpable del delito de intención, pues habría querido luchar en medio de ellos, habría deseado morir al lado de Guevara”. “Bandera y símbolo para esos millones de “condenados del mundo”. John Lennon gran amigo de Ernesto “Che” Guevara, le escribió una carta cuando salió de Cuba donde le expresa lo siguiente: “Eres un potro rebelde que cabalga solitario en la pradera”.

A partir de su muerte el Che Guevara se convirtió en un mito. Sus restos fósiles fueron encontrados en el año de 1997 por un grupo de expertos científicos forenses, y trasladados a territorio cubano para su cristiana sepultura.

El Che Guevara habló en las Naciones Unidas, viajó por Asia y África. Visitó Egipto, Sudán, Marruecos, Pakistán, China, Japón y Yugoslavia. Fue Director de la División de la Industrialización de la Agricultura en Cuba. Presidente del Banco Nacional Cubano. Visitó la Unión Soviética y los Estados Unidos. Estuvo en Uruguay. Fue a al Congo, Tanzania, Guinea, Argelia.

 

*El Autor es: Sociólogo, Historiador, Escritor e Investigador.

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