Destacada

Crisis en los partidos: ¿lo mismo de siempre?

Por Bulmaro Pacheco

Los partidos políticos mexicanos no necesariamente han tenido que llegar al poder para enfrentar fracturas y divisiones internas. Incluso desaparecer.

Las interminables pugnas por el poder les han llegado —incluso—, a los más grandes y más antiguos y, en algunos casos los ha fracturado.

Las diferencias de orientación y la pugna por las prerrogativas y los recursos económicos ha golpeado también a los más chicos, y casi en todos se han presentado fracturas y divisiones.

Entre 1976 y 2015 se dan los tiempos de las verdaderas reformas políticas. Es cuando se registra la mayor irrupción de partidos políticos en México. De esos años a la fecha han aparecido en el escenario nacional 33 partidos políticos en procesos electorales. De esos 33 solo han sobrevivido hasta ahora nueve. ¿Qué pasó con el resto? 24 partidos desaparecieron por diversas causas; unos se dividieron, otros fueron rebasados por la realidad, otros más surgieron como expresión de la disidencia de otros partidos y otros más solo fueron vistos como un jugoso y productivo negocio para grupos o familias.

De acuerdo a Alarcón Olguín y Reyes del Campillo, en la elección federal de 1976 hubo solo cuatro partidos con registro: PRI, PAN, Partido Popular Socialista y el Auténtico de la Revolución Mexicana. El Partido Comunista Mexicano, creado en 1919, participó en la elección presidencial —sin tener registro—, llevando como candidato al exlíder ferrocarrilero Valentín Campa Salazar.

Para 1979 y ya con la reforma política, además de los cuatro partidos aparecieron en escena el Comunista Mexicano (con registro), el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y el Demócrata Mexicano (PDM).

Para 1982 el Comunista Mexicano pasó a ser el Socialista Unificado de México (PSUM). Aparecieron como nuevas formaciones, el Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Socialdemócrata (PSD) y se sumaron a los otros cinco: PRI, PAN, PPS, PARM y PDM.

En 1985 aparece el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), impulsado por Heberto Castillo, Demetrio Vallejo y Alejandro Gascón Mercado. Se mantienen los otros ocho: PRI, PAN, PARM, PPS, PRT, PSUM, PST y el Demócrata Mexicano.

En 1988 el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) evoluciona a Partido Mexicano Socialista (PMS) y se forma el Frente Democrático Nacional (FDN: PMS-PFCRN (ex PST) -PPS-PARM) para postular a Cuauhtémoc Cárdenas, quedando PRI, PAN, PDM y PRT con candidaturas propias.

En 1991 aparecen ya los partidos de la Revolución Democrática, formado en 1989 (PCM-PSUM-PMS-PRD), el Ecologista Mexicano y el Partido del Trabajo en 1990. Se mantuvieron PFCRN, PPS, PARM, PRI, PAN y PDM.

En 1994: PT, PRD, PFCRN, PARM, PPS, PRI, PAN y reformado el Verde ecologista Mexicano (PVEM) y UNO (Unión Nacional Opositora), ahora sin el Partido Demócrata Mexicano.

Para 1997: PT, PRD, PPS, PARM, PRI, PVEM, PAN y PVEM. En esta elección ya no aparece el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) y se crea uno nuevo: el Partido Cardenista (PC).

Para el 2000 aparecen los partidos: de la Sociedad Nacionalista (PSN), Centro Democrático (PCD), Democracia Social (DS), Convergencia por la Democracia (CD), y Alianza Social (PAS). Desaparecen el PPS creado en 1956 y el PRT. Quedan también PRI, PAN, PRD, PVEM, PT y PARM.

Para el 2003; cuatro nuevos partidos políticos aparecen: Fuerza Ciudadana (FC), México Posible (MP), Partido Liberal Mexicano (PLM) y resurge la Unión Nacional Opositora (UNO). Se conservan; PT, Convergencia, PSN, PLM, PRI, PAN, PVEM y PAS, y desaparece el PARM, creado en 1954.

En el 2006, en elección presidencial aparecen como nuevos partidos: Nueva Alianza y Alternativa Socialdemócrata y Campesina, junto con el PRI, PAN, PT, Convergencia, PRD, PRI, PAN y PVEM. Desaparece el partido Fuerza Ciudadana, de Jorge Alcocer.

En 2009, en elecciones intermedias aparece como novedad una nueva versión de partido Socialdemócrata (PSD), que da la batalla junto con el PRI, PAN, PVEM, PANAL, PT, Convergencia y PRD. Desaparece Alianza Socialdemócrata, que había llevado como candidata a Patricia Mercado.

En 2012, en elección presidencial desaparece el socialdemócrata y el partido Convergencia pasa a denominarse Movimiento Ciudadano. La lista se redujo a siete partidos con PRI, PAN, PVEM, PANAL, PT y PRD.

En 2014 es aprobada la nueva ley de partidos políticos  que regula la operación y el funcionamiento de los partidos sacando de la ley electoral todo lo concerniente a esas organizaciones.

En 2015, la lista de partidos se amplía con tres más: Con un gran desprendimiento del PRD, Andrés Manuel López Obrador impulsa la creación del partido Morena. El mismo año surgen los partidos Encuentro Social y el Humanista. Se conservan PRI, PAN, PANAL, PVEM, PRD, PT y MC. El partido del Trabajo, al no alcanzar el porcentaje obligado de la votación se le niega el registro. Lo recuperaría meses después en una elección extraordinaria. El Partido Humanista desaparece en su primera elección, al no alcanzar la cifra de votos (3%) señalados en la ley.

Por orden de antigüedad, quedan: PRI, desde 1929; PAN, desde 1939; PRD, desde 1989; Verde y del Trabajo, desde 1990; Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), desde el 2000; Nueva Alianza, desde 2003; y los nuevos: Encuentro Social y Morena, desde el 2015.

El PRI ha resistido sus peores crisis, como las de 1952, 1988, 1994 y el 2000. Perdió la presidencia de la República y se recuperó 12 años después. Del PRI han salido otros partidos: PRD, Verde Ecologista, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza. El ex aspirante presidencial Manuel Camacho Solís, fundó en el 2000 el Partido de Centro Democrático (PCD), con el que participó él mismo como candidato.

En el PAN, sus peores crisis antes de ganar la presidencia de la República  se dieron en 1963, 1975 y 1992. Del PAN han surgido otros partidos, como el del Foro Democrático y el Partido Alianza Social, ambos de corta duración. Ganó la presidencia en el 2000 y la perdió doce años después. Ahora enfrenta una nueva crisis, que amenaza con fracturarlo de cara al proceso electoral del 2018. Su liderazgo nacional cuestionado, sus legisladores divididos, sus expresidentes de la República enfrentados y seis aspirantes a la candidatura presidencial lo mantienen en vilo y en un permanente mensaje de división en sus filas.

14 BoletasEl PRD ya no es lo que fue, ni lo que sus fundadores creyeron que iba a ser en 1989. Estuvo a un tris de ganar la presidencia de la República en 2006. Desde 1997 gobierna la Ciudad de México y ha ganado gobiernos estatales en cinco entidades. Su peor desprendimiento ha sido la creación de Morena con sus propios liderazgos, la salida de fundadores de la talla de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y López Obrador. La baja calidad de sus liderazgos y la apropiación por el llamado grupo “Los Chuchos”, del control del partido, lo ha llevado a los niveles más bajos de votación, y a una disputa permanente por lo que queda de su estructura. Es un partido que no pasa del 6% de la votación en más de 15 Estados, pero su intención de voto en lo nacional le da para hacer alianzas como la que actualmente ha planteado al conformar un Frente con el PAN y Movimiento Ciudadano. Su crisis vendrá cuando se discuta el perfil del candidato presidencial impulsado por ese Frente.

Su convocatoria al PAN a integrar el Frente para el 2018 le ha generado actualmente desbandadas porque históricamente al PRD nunca le ha ido bien en sus alianzas con el PAN y porque ahora —¿irónicamente?— vuelven las izquierdas a tener un candidato fuerte.

Esas alianzas para disputar gobiernos estatales han acabado con el partido en varias entidades, entre ellas Sonora.

Después de las elecciones lo relegan y le pagan muy poco. Además y por primera vez desde su creación, ya no es el partido más importante de las izquierdas que alguna vez llegara a convertirse en la tercera fuerza política nacional. La guerra de desprestigio contra los partidos políticos y sus liderazgos ha arreciado en México. Los han acusado de todo y les han endilgado una cantidad interminable de defectos y desviaciones.

Ha habido razones de peso, sobre todo en materia de corrupción de sus liderazgos (Partido de la Sociedad Nacionalista) y de algunos de sus representantes populares (PAN, PRD, PRI) (Padrés, Bejarano, Duarte, Borge, etc.) y se han destacado como (“un exceso de gasto ante los problemas de pobreza”) los programas de financiamiento de los partidos  políticos a través del INE que algunos liderazgos civiles han solicitado que se elimine sin plantear de fondo lo que podría pasar si esos sucediera.

¿Quién financiaría a los partidos en caso de desaparecer los apoyos del INE? ¿Las cuotas de sus afiliados? Claro que no, ahora—y por lo visto—, es fácil suponer en manos de quién o de quiénes caería el financiamiento de los partidos políticos y hacia dónde se orientaría la acción política de muchos de ellos.

Los partidos han dejado pasar los ataques, no han atajado las críticas con eficacia y no defienden el argumento—fundamental—, por ejemplo, de que —más allá de los partidos políticos—, no se han inventado en el mundo figuras u organizaciones políticas que integren la representación política que pudiera sustituirlos en las modernas democracias.

Ni los golpes de Estado ni las revueltas en algunas naciones han podido borrar a los partidos. Incluso en las naciones llamadas socialistas los partidos han afianzado su dominio.

¿Cuantos partidos políticos son necesarios para México en el futuro inmediato? Ese tema, por complejo y controvertido lo tendrán que decidir los electores con su voto en los próximos procesos. En 40 años los electores han sacado de la jugada a 24, quedan solamente 9. Menos serán en los próximos años, con toda seguridad.

 

[email protected]