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Depresión, medios masivos y falta de atención acentúan el bullying: Especialistas

Indicadores recientes señalan cómo el bullying, un fenómeno que se caracteriza por presentarse con mayor fuerza en espacios educativos y que alude a violencia y al hostigamiento, tiene también que ver con factores como la depresión, que incide en los estados de ánimo, especialmente de la niñez y la adolescencia, afirmaron los psicólogos Francisco Javier Romero Córdoba y Martha Cristina Chávez Favela.

Los especialistas calificaron de muy grave este problema, ya que generan casos como el reciente suicidio de un estudiante de nivel secundaria de Hermosillo, presuntamente por bullying, aunque seguramente existieron otros elementos que interactuaron en el adolescente, indicaron.

Los instructores del Programa de Orientación Educativa y Psicológica, de la Dirección de Servicios Estudiantiles de la Universidad de Sonora, afirmaron que esta situación se torna seria y preocupante para la familia porque afecta la salud emocional de niños y jóvenes, al presentarse con bastante frecuencia.

Coincidieron en que el bullying conjuga factores que son resultado de dinámicas familiares que desprotegen el desarrollo sano de sus descendientes por compromisos laborales, dejando solos a sus hijos, quienes manejan sus propias reglas o normas; además de que en este proceso entran en juego otros elementos que extralimitan su estilo de vida, como el internet.

Hoy, expresó Chávez Favela, desafortunadamente niños y jóvenes utilizan en demasía las herramientas tecnológicas, perdiendo la habilidad de contacto personal con su entorno alejándose de la realidad como un mal refugio o estrategia de encausar enojos, iras, frustraciones o problemas con la familia o sus amigos.

“Es como un trastorno obsesivo compulsivo, porque creen que son muy sociales al tener más amigos agregados en el facebook y sus padres no los supervisan, al considerar que ‘ya son mayores’, cuando en realidad podría haber un retraso en su desarrollo”, agregó la especialista.

Convinieron en que cuando un joven se suicida, la situación es algo más que un hostigamiento o violencia en la relación cotidiana con alguien y se debe pensar que el muchacho pudo estar pasando por una muy fuerte depresión, trastorno que le pega en los estados de ánimo e, incluso, a nivel orgánico y energético.

Romero Córdova agregó que los trastornos depresivos y de estado de ánimo, que eran comunes en personas adultas, bajaron a grupos de temprana edad y ahora también afectan a los grupos de temprana edad a partir de la infancia y la adolescencia.

El instructor planteó que la solución de este problema no corresponde sólo a las autoridades de salud, sino a todo el conjunto social; “el sector salud, para que genere políticas adecuadas, y nuestra responsabilidad es en el papel profesional y familiar”.

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