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El centro histórico, sometido al yugo de la delincuencia

La impunidad, la corrupción y el fracaso del nuevo sistema acusatorio penal tienen a los comerciantes y vecinos del primer cuadro de la ciudad aterrados; del 2006 a la fecha ha habido dos intentos por rescatar y reactivar la zona: ambos han fracasado  

Por Imanol Caneyada

En medio de la impunidad, los señalamientos de vecinos y comerciantes de la clara colusión entre policías y delincuentes y el probado fracaso del nuevo sistema penal acusatorio, el centro histórico de Hermosillo se ve asolado por bandas de macheteros y asaltantes.

Mientras que en otras ciudades de la República, incluida la capital del país, ha habido una clara apuesta por recuperar los centros históricos mediante mayor vigilancia, iluminación y la conquista de los espacios públicos para solaz de turistas y habitantes de esas urbes, en Hermosillo, los tímidos intentos existentes han fracasado, y el primer cuadro de la ciudad, especialmente las calles incluidas entre el bulevar Rosales y el parque Madero, es en este momento presa de una desatada delincuencia que no ha encontrado freno.

2 Centro Hermosillo1Las historias que cuentan comerciantes y vecinos son un calco unas de otras: menores de edad con machete en mano asaltan de manera brutal en las calles a cualquier hora. Todos saben quiénes son, dónde viven (en las colonias que rodean el cerro de la Campana) y cómo actúan.

En promedio, cada cuarenta días los comercios de esa zona reciben la visita de los ladrones. Los propietarios ponen denuncias que la autoridad posteriormente no ratifica y son testigos de la impunidad con que campan los delincuentes.

Algunas de las historias rayan el absurdo si la integridad física de sus protagonistas no estuviera en verdadero peligro.

Es el caso de Omar y Lorena, quienes hace aproximadamente un año decidieron abrir un café en las inmediaciones del parque Madero.

Además de las dificultades que tiene que enfrentar todo pequeño comerciante a la hora de acreditar un negocio en estos tiempos de crisis, ambos han pasado por un infierno en manos de la delincuencia; la respuesta de las autoridades ha sido tibia e indiferente.

En el tiempo que llevan al frente del acogedor café, el automóvil de Lorena ha recibido un cristalazo, al igual que el de una de las clientas habituales; después, les abrieron un boquete en la parte de atrás del negocio y desvalijaron el café.

Posteriormente, el otro propietario, Omar, fue asaltado al interior del local por un adolescente con machete en mano, quien sin mediar palabra ni advertencia descargó un machetazo en el hombro del propietario para después robar la caja del día, dos laptops y los celulares de los clientes que se encontraban en ese momento en el lugar.

Omar puso la correspondiente denuncia; la autoridad quedó formalmente de comunicarse con él para ratificarla; aún sigue a la espera.

Días después, a la vuelta de la esquina, uno de los parroquianos habituales, cuando dejaba el café, fue asaltado por un muchacho armado con una navaja; del asalto la víctima resultó con las manos tasajeadas.

A una cuadra, una conocida tienda de conveniencia ha recibido la visita de los ladrones en al menos doce ocasiones entre 2016 y lo que va de 2017. Rompen el cristal, se introducen y roban mercancía. Desde el año pasado un guardia de seguridad custodia la entrada del local.

La última vez, el viernes 17 de febrero, las cámaras de seguridad alcanzaron a grabar el rostro de uno de los asaltantes que se quitó la máscara.

Unas cuadras más allá, en una conocida e histórica papelería, de octubre de 2016 a la fecha les han entrado a robar cuatro veces.

Los propietarios tienen plenamente identificado al ladrón, aseguran que seguido los visita para sacar copias y “zorrear” al interior del negocio.

La última vez, el policía municipal que atendió la denuncia le preguntó al propietario si quería denunciar; éste le dijo que sí. El policía le advirtió que el Ministerio Público tardaría de cinco a seis horas en presentarse en el lugar. El propietario prefirió desistir por considerarlo una pérdida de tiempo y una inutilidad.

Las 5 colonias copiaAl menos dos choferes de Uber han sido víctimas recientemente de jóvenes armados con machetes en el centro de la ciudad. Uno de ellos sufrió un secuestro exprés; en cuanto al otro conductor, el supuesto cliente, al momento de pagar, sacó un machete y le descargó un golpe en la mano para después robarle.

Éstas son algunas de las muchas historias de horror que cuentan los comerciantes y vecinos de la zona.

Además de los constantes robos nocturnos que los negocios sufren, tanto comerciantes como vecinos están realmente alarmados por la brutalidad de los asaltos en la vía pública y al interior de los negocios.

Se trata de jóvenes de entre quince y diecisiete años armados con machetes, cuchillos e incluso pistolas, que tienen como modus operandi agredir a la víctima antes de que ésta les entregue sus pertenencias y sin mediar palabra.

Los vecinos y comerciantes consultados no reparan en afirmar con total certeza que ciertos integrantes de la policía municipal están coludidos con las bandas de asaltantes que asolan el centro histórico.

Además, desde la implementación del nuevo sistema acusatorio penal, los cuerpos policiacos se han declarado impotentes e incompetentes ante los nuevos protocolos y procedimientos marcados por la reforma penal, por lo que han dejado de acudir a los llamados de emergencia o persuaden a las víctimas de no llevar a cabo las denuncias.

Esa parte del primer cuadro de la ciudad ha vivido varios intentos de ser rescatada de manos de la delincuencia y los maleantes para recibir la categoría de corredor cultural.

Todos han fracasado.

Robos a comercios copiaDurante el trienio de Ernesto Gándara (2006-2009) se formó un comité de rescate del centro histórico con el objetivo de restaurar los edificios históricos existentes que se encuentran semiderruidos, formar un corredor cultural y reactivar la economía de la zona.

El comité murió como nació, sin impulsar ninguno de los proyectos.

Posteriormente, durante el trienio de Javier Gándara (2009-2012), primo del anterior alcalde, se llevó a cabo una gran inversión para rehabilitar el cerro de la Campana y el parque Madero y convertirlos en atractivos turísticos.

Esa administración iluminó el camino que sube a la cima del cerro, construyó un aparador turístico en el lugar e incluso llegó a prohibir la entrada de vehículos. Al mismo tiempo, cercó el parque Madero, edificó una fuente con espectáculo de sonido y luz incluido y un anfiteatro para llevar a cabo actividades culturales. Puso también una caseta de policía con vigilancia las 24 horas del día, la cual, en la actualidad se encuentra abandonada.

Durante el trienio de Alejandro López Caballero y lo que va de la presente administración, ambos proyectos cayeron en el olvido y tanto el cerro de la Campana como el parque Madero han vuelto a ser lugares muy peligrosos en donde es habitual que la ciudadanía se convierta en víctima de asaltos y agresiones.