Vórtice

Fraude en las elecciones de Estados Unidos

Esto que estamos viendo con los vecinos del norte, sería como si en las elecciones de México el INE estuviera al servicio de Morena y falseara los votos a su favor

 

Por Dr. Jorge Ballesteros

Como dijo Nancy Pellosi: “Gane quien gane, Biden va a ser presidente”.

No se han acabado las elecciones en Estados Unidos, pero los medios de comunicación hegemónicos de ese país, han reemplazado al Colegio Electoral, ya que han dado por ganador a Joe Biden, a pesar de una serie de denuncias por irregularidades que cada vez tiene más consistencia y muchas cosas que muestran evidencia de que esta elección fue robada.

Lo ocurrido el 3 de noviembre y los días subsecuentes ha sido insólito, Estados Unidos, la democracia más estable, más sólida del mundo libre, del mundo Occidental, hoy bajo asedio de una fuerza izquierdista o progresista, liderada por el Deep State, que comprende al consorcio industrial, militar, financiero y farmacológico de los Estados Unidos.

Esto que estamos viendo en EE.UU. sería como si en las elecciones de México el INE estuviera al servicio de Morena y falseara los votos a su favor, ni más ni menos es lo que está pasando en esta elección con el Partido Demócrata.

La elección transitaba normal, con la tendencia favorable a Trump, sin embargo se detiene el conteo de los votos para Trump y se queda estacionado en 214, Biden después de la madrugada empiezan a ingresar votos muy enrarecidos en Wisconsin, en Michigan, y cambia todo de un momento para otro.

140 mil votos en Michigan, a favor de Biden y cero a favor de Trump, una cosa muy difícil de creer, las cosas en política no se dan así, si se observa el mapa de los Estados Unidos hubo una clara tendencia hacia Trump, salvo en las capitales, en las cuales el adoctrinamiento izquierdista hace que se inclinen más a los demócratas.

La tremenda preocupación que se viene con el conteo alterado para Biden y las irregularidades notables que uno ha visto en el proceso electoral, algo que podría esperarse posiblemente de países como el nuestro en América Latina, pero verlo en la democracia más establecida del mundo ya te da a entender el grado de descomposición al cual han llegado, no las instituciones, sino aquellos que durante años han empujado esta agenda.

Me refiero directamente a la prensa, a las revistas, a las plataformas tecnológicas, a las universidades, a las fundaciones, a las ongs, a los organismos supranacionales, es decir a las Élites que ocuparon el poder y que promovieron este cambio, que no es un cambio, sino que es una destrucción y las destrucciones no son cambios sino son destrucciones.

A lo largo de casi 230 años de la historia electoral de los Estados Unidos, no se había visto algo así ya que generalmente los grandes intereses económicos, los grandes capitales habían tenido la función de ser los grandes electores, por lo tanto ellos decidían a quién iban a postular y tenían asegurada la victoria ganaran de un partido o ganaran del otro.

Pero esto que estamos viendo ahora con Donald Trump y esta irrupción que hizo desde 2016 en la vida política norteamericana les ha cambiado por completo el panorama. Donald Trump es un “outsaider” o sea es un personaje que viene de fuera, que no pertenece a las élites políticas, sí a las de poder, sí a las económicas, hasta las del espectáculo, pero no pertenecía a esta oligarquía que controla la política norteamericana.

Para ellos ha sido un personaje que se les ha salido de control, y que por tanto les resulta bastante incómodo, Donald Trump se ha hido decantando como un presidente que está luchando contra estos intereses que nosotros identificamos muy bien como el complexo militar industrial y financiero, que es este grupo de corporaciones que están por encima del gobierno y que al final de cuentas son los que de verdad gobiernan, dirigen las políticas norteamericanas.

Donald Trump les ha declarado la guerra como lo hizo en su momento el presidente Kennedy y ya sabemos el resultado. A Trump le han hecho una campaña tremenda,  mediáticamente hablando para acabar con él, con su prestigio y con su presidencia.

Esto que se dio ahora y que empezó el 3 de noviembre, precisamente es como el capítulo más actual de esta guerra que estamos viendo entre los poderes del Nuevo Orden Mundial y esta gente que está encabezada por Donald Trump, pero que no es el único a nivel mundial, que está tratando de arrebatarles ese poder y destronarlos.

Todo mundo sabemos las deficiencias, los defectos de Donald Trump, eso está a la vista y no vale la pena insistir en ello, sin embargo y a pesar de eso Donald Trump ha hecho un buen papel como presidente y además si les ha dado algunos golpes bastante buenos por ejemplo contra la ideología de género, contra el aborto, etc.

Por lo tanto este aparato demócrata y el republicano, que ambos se juntaron para tratar de impedir la reeleción de Donald Trump, aunque usted no lo pueda creer, y me refiero al clan Bush cuando hablo de los republicanos. Habían decidido que bajo ninguna circunstancia esto se fuera a repetir como lo del 2016.

En 2016 sucedió un fenómeno muy interesante, ustedes saben que hubo una campaña brutal de los medios de comunicación hegemónicos, prensa radio y TV en Estados Unidos y a nivel mundial para tratar de no cubrir, para difamar a Donald Trump y no darle cobertura a su campaña, por el contrario estarle dando mucha difusión a lo que hiciera Hillary Clinton.

Sin embargo, sabiendo Donald Trump que tenía este veto de los medios de comunicación y que solamente contaba con el apoyo de Fox News, decidió lanzar su campaña y difundir su plataforma electoral a través de las redes sociales, específicamente Twitter y Facebook, posicionando a las redes sociales como un poder que estaba por fuera y además por encima de los medios tradiciónales.

Sin embargo aprendiendo de la experiencia, estas redes fueron tomadas por estos grupos de poder y entonces ahora, las redes sociales se han convertido también en voceros y en una extención de estos medios y de estas corporaciones que tratan de decidir o de inclinar la opinión pública en el mundo y específicamente en Estados Unidos.

Muy sintomático del control que tiene el Deep State sobre los medios de comunicación, fue lo que sucedió el 5 de noviembre de la rueda de prensa del Presidente Trump, que fue boicoteada literalmente por los medios de comunicación y por las redes sociales, simplemente apagaron, dejaron de trasmitir en el momento en que Donald Trump estaba aportando las pruebas de este gran fraude de las elecciones.

Se ve con mucha preocupación el efecto que tenga en los Estados Unidos porque se va a replicar inmediatamente en todo el mundo y la gente que piense que la elección en Estados Unidos no tiene relación con su vida, con  su bienestar en México, Argentina, Francia, etc.,  se equivoca de plano. Lo que pase en Estados Unidos va a determinar cómo viviremos en las próximas décadas.

¿Estarán las instituciones de los Estados Unidos, en capacidad de reaccionar frente a este atentado que ha ocurrido? La representación de las instituciones norteamericanas por ahora lucen fuertes, ese es el gran valor de este país, el estado de derecho, nos preguntamos ¿reaccionarán?

Esperamos que sí, pero a estas alturas no se podría hacer un pronóstico, uno tendría que hablar desde la perspectiva del deseo o de la esperanza. Estados Unidos probó su solidez institucional en 2016, frente a un proceso electoral muy complexo, donde también esta maquinaria quizo suvertir el proceso democrático.

No lo pudo lograr, hoy han venido con cuatro años de experiencia, cuatro años de ataques, el ataque es más fuerte que el 2016, se estan atacando no solamente las instituciones, sino también se están atacando a las personas, se está atacando a los negocios, se está atacando a todo aquello que configure el Estados Unidos orgánico.

El elector promedio norteamerciano que votó por Trump está reaccionando frente a esta dictadura, esta plataforma totalitaria disfrazada de Partido Demócrata y se confía que por la solidez institucional de los Estados Unidos el resultado real de estas elecciones se va ha hacer respetar.

Un gran sector de la población han expresado su voto de rechazo hacia esta cultura de la destrucción, esta cultura de la muerte, de las injusticias y las desiguldades no retóricas sino reales, porque quienes encabezan esta banda se encuentran entre las personas más ricas del planeta, las que concentran la inmensa cantidad de recursos económicos, tecnológicos, minerales, forestales, energéticos, etc., que están funcionando abiertamente para subvertir la democracia.

En esta guerra contra Trump se ha expuesto abiertamente esta cúpula de poder que desde la sombra ha estado financiando al Partido Demócrata en Estados Unidos, para tomar el poder de una manera absolutamente ilegal, eso es lo que está pasando y la gente creo que es la gran fortaleza de Trump y que lo va ayudar en el tema de esta apelación, por suerte Trump está encabezando esta lucha legal contra el fraude y  hay un respaldo mucho mayor del que se pensaba.

Y va a ser la justicia norteamericana, quien en el mes de noviembre, diciembre o enero, quien va informar al público, que fue lo que realmente pasó en esta elección y sobre los culpables se van a establecer responsabilidades penales.

Hay dos escenarios: uno, que el presidente Donald Trump se quede 4 años más y el otro que Joe Biden suba al poder, en cualquiera de esos dos escenarios hay elementos graves, porque cuando el Presidente Donald Trump se mantenga en el poder tiene un conflicto enorme, porque estos poderes desnudos van a contraatacar y se va a generar un problemas de gobernalidad grave. Y si está Biden en el poder, los seguidores de Trump, también va a contraatacar.

No solo es la pugna entre dos partidos políticos, sino entre dos futuros completamente distintos, ese es el punto central y lo que ofrecen esos dos futuros. Lo que tiene de común es que a pesar del resultado que se obtenga van a venir días difíciles, hay mucha tensión en estos momentos acumulada y la gente que apoya a Trump es la menos visible, por que los otros salen a protestar siempre son las plataformas de movilización social proges, como Black Lives Matter, Antifa, las feministas radicales, etc.

En el caso de la gente que está con Trump, que son la principalmente la clase trabajadora, la clase obrera, la gente que ha sido afectada con todo este confinamiento, viendo que sus negocios están llendo al descalabro, la gene que ha sido censurada, los cristianos, católicos o protestantes que tambien se han visto censurados, también van a reaccionar.

Se ve una gran probabilidad de conflicto social, pero a una gran escala, mucho mayor de la que hemos visto, que va a afectar la gobernabilidad. Preferible que este conflicto se genere con Trump a la cabeza que con Biden.

A Trump le tocó jugar el papel más importante de su vida, Trump representa en este momento la institucionalidad y la defensa del poder en manos del pueblo, de la gente, mientras que Biden consolida la toma del poder por parte de la Élite, con muchísimo dinero, con muchísima presencia de tecnología que literalmente va a crear una especie de “Tecnosocialismo” que va ir poco a poco quitándonos las libertades, no solo en los Estados Unidos, sino que ese modelo se quiere replicar en todo occidente, porque a eso aspira el globalismo, como ya lo ha hecho en la China comunista.